En ese contexto se reunió con el secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, Adolfo “Fito” Aguirre. “No podíamos dejar de estar aquí, para agradecer en nombre del pueblo saharaui el apoyo solidario de la Central de Trabajadores de la Argentina a esta causa justa”, sostuvo.
Acompañado por Salem Bachir, representante de la RASD y el Frente Polisario en la Argentina, el movimiento de liberación del pueblo saharaui, el diplomático se refirió a la importancia vital de América latina en la política exterior de su país: “Es la extensión estratégica del Sahara Occidental, formamos parte de los hispanos-parlantes en el mundo, y somos los afro-latinos, por eso nos interesa”.
Respecto de la Argentina dijo: “Si la dictadura fue un aliado de la dictadura marroquí nosotros siempre hemos tenido la esperanza de que la democracia argentina apoye el derecho, la legitimidad y la legalidad de los saharauis y el compromiso histórico del primer gobierno argentino luego del retorno de la democracia (por el de Raúl Alfonsín, 1983-1989), de reconocer a la República Arabe Saharaui Democrática y estamos seguros que el gobierno actual cumplirá esta promesa de honor, tarde o temprano”. En ese punto marcó como “una señal positiva el reconocimiento del Estado palestino”.
Sobre la esperanza de los pueblos del Medio Oriente, Yeslem Beisat subrayó: “El comienzo de la Primavera Arabe, sin duda fue el 8 de noviembre, en los territorios ocupados, cuando los saharauis construyeron un campamento pacifico de protesta de 30 mil personas y 10 mil carpas, y lo que está pasando en el norte de Africa no es nada más que la segunda ola de liberación, desconolización y autodeterminación de los pueblos que quieren apoderarse de sus destinos, de sus recursos, que quieren tener la ultima palabra sobre sus asuntos, son aspiraciones legitimas y democráticas”.
La RASD proclamó su independencia de España en 1976, pero luego, sendas ocupaciones de Marruecos y Mauritania (a quien logran expulsar en 1991), la obligaron a luchar por su derecho a la autodeterminación. En 1991 se produjo un alto el fuego y el ingreso de una misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Minurso, quien debía garantizar la realización de un referéndum para avalar el estatus de nación, sin embargo, en 20 años de presencia jamás la puso en práctica. Con una población de naturaleza nómada que no llega a los 300 mil habitantes los saharauis han sufrido hostigamientos y la violación flagrante de sus derechos humanos.
* Equipo de Comunicación de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA
AGENCIA ACTA, 12/04/2012
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