La masacre a la cual el Principe Rachid El Alaoui, « Moulay Rachid », sometido el idioma árabe, oficial en Marruecos, ha eclipsado el mensaje que este príncipe alauita quería transmitir a la Asamblea General de la ONU. Al llegar a Nueva York el pasado viernes para hablar de Marruecos, del Sahara Occidental y de los derechos humanos, Su Alteza Rachid El Alaoui a masacrado con un discurso vacilante y lleno de traqueteo, y cometiendo muchos errores en la pronunciación de la santa lengua árabe.
Calificando el conflicto saharaui, que, sin embargo, lleva ya casi cuatro décadas, de « artificial », reiteró la necesidad de que el gobierno marroquí garantice « la soberanía nacional y la integridad territorial » frente a la pretensión de la determinación.
El hermano del rey Mohammed VI dijo que la oferta de autonomía ofrecida por Rabat al Polisario era « sincera y seria » y que había que encontrar una solución « realista y consensuada (…) y creíble ».
Desde luego, como la nueva Constitución que permitió que la tortura y la represión persistan en Marruecos.
« Moulay Rachid » también habló de la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO) con la que Marruecos colabora, según él. Pero se negó a « cualquier cambio que afecte a la naturaleza y el contenido » de la misión onusiense. Con eso, quería decir que ni hablar de que los derechos humanos sean supervisados por la MINURSO en el Sáhara.
Sabemos por qué, sobre todo desde el paso de Juan Méndez, el relator de la ONU sobre la tortura.
Por eso, cuando el Señor Hermano evocó la primavera árabe que « ha puesto en evidencia la voluntad de los pueblos para construir sociedades democráticas donde el respeto de los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y la vida digna constituyen la nota dominante », algunos se habrán partido de risa.
Un pequeño detalle que no lo es, todo el mundo a notado la presencia en la delegación marroquí encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores Othmani Saad-Eddine del consejero real Taib Fassi Fihri, que marca a paso el primero.
Convertido en su sombra, Fassi Fihri no pierde ninguna ocasión para aparecer en el gobierno de Benkirane.
Abdellatif Gueznaya
Demain
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