Desde siempre, Marruecos ha hecho de la cuestión del Sáhara Occidental una condición previa a cualquier discusión sobre la construcción de la Unión del Magreb Árabe. Marruecos, con sus maniobras y sus ambiciones en el Sáhara Occidental obstaculiza la construcción del Gran Magreb árabe al que todos los pueblos de la región aspiran. Aunque las Naciones Unidas y la comunidad internacional no paran de pedir al Reino de Marruecos que ponga fin a esta ocupación y que respete las diferentes resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental, el rey Mohamed VI persiste en su negativa a someterse a la voluntad de las Naciones Unidas. Esto es lo que hace que tropiece la construcción de la entidad regional según tan recomendada por la Unión Europea, Francia y los Estados Unidos .
La diplomacia marroquí, estando basada en el apoyo a su anexión del Sáhara Occidental, las relaciones con sus dos países vecinos, Argelia y Mauritania, siempre tuvieron altibajos. Actualmente, las relaciones con Nouakchott están prácticamente congeladas. Desde hace tres años, no hay embajador mauritano en Rabat. E incluso el diplomático que se ejercía de Encargado de Negocios ha dejado su puesto para irse a Bamako.
Con Argelia, Marruecos niega cualquier regularización de las relaciones antes de la resolución del conflicto saharaui para mantener un chivo expiatorio que presentar al pueblo marroquí. Es su única forma de justificar la represión que practica el gobierno marroquí contra los saharauis con una violencia sin igual.
Con Argel, las relaciones se han deteriorado en los últimos tiempos hasta el punto de que en esta sesión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la UMA, Argelia ha limitado la representación a la Secretaría General del Ministerio de Asuntos Exteriores. Un nivel eminentemente técnico que subraya diplomáticamente el poco interés acordado por Argelia a esta reunión.
Marruecos es en sí mismo fuente de problemas para la región, especialmente con la producción de droga que hacia del Magreb un espacio de tránsito antes de convertirse en un espacio de consumidores.
Marruecos también ha manipulado e instrumentalizado grupos terroristas tanto en Argelia como en la región del Sahel con el fin, en primer lugar, de debilitar Argelia y, por otra parte, implicar al Frente Polisario en aras de acusarlo de organización terrorista con la esperanza de aislarlo internacionalmente.
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