Todos hemos vivido con angustia lo que acaba de suceder en la Wilaya de El Aaiún. Todos hemos seguido con tristeza esos acontecimientos en los que un grupo de jóvenes atacaron a la sede de la Wilaya del campamento del Aaiún llegando incluso a prender fuego en uno de sus locales.
Qué ha pasado para que lleguemos a este nivel de caos y desorden?
Unos de los factores por los que el Frente Polisario gano el respeto y la consideración a nivel internacional fue el elevado grado de disciplina, entrega y sacrificio de sus militantes. Esa realidad hacía temblar al enemigo que sangraba a muerte a causa de la bravura de los combatientes saharauis.
El sentimiento nacional y el espíritu de solidaridad hicieron que el ciudadano saharaui tenga una confianza ciega en sus dirigentes. Sin embargo, lo que presenciamos hoy es un escenario completamente diferente. Si el antiguo era positivo en todos los aspectos, el escenario actual es negativo y da la impresión de que estamos viviendo una caída abismal sin precedentes.
Hace unos meses, miembros de la gendarmería y la policía saharaui fueron linchados en la Wilaya de Smara y ahora la sede de la Wilaya del Aaiún es el objetivo de un ataque. Un factor común reúne a todos los incidentes de este tipo: los disturbios son provocados por elementos que se agrupan en nombre de la tribu. Los une la relación tribal para defender sus reivindicaciones o para tratar de hacer justicia por sus propias manos. Un fenómeno que se ha vuelto habitual desde la revuelta de 1988. La anarquía reina desde que Abdelkader Taleb Omar, Mansur Omar, Mohamed Salem Uld Salek, Brahim Hakim fueron engañados por El Adhmi Mohamed Ali Uld El Uali, alias Omar Hadrami antes de que vaya a rendir a pleitesía a sus señor el rey de Marruecos.
Todos estaban al frente de ministerios, todos eran miembros del Buro Político, todos eran venerados por un pueblo noble y dedicado a la causa que daba su sangre y su sudor en nombre de los ideales que ellos le habían inculcado. Sin embargo, eso no les bastó. La ambición humana no tiene límites. Ellos lo demostraron con creces.
Teóricamente, se rebelaron contra el “Chato” como ellos llamaban a Bachir Mustafa Sayed. Pero en la práctica, en la realidad fueron llevados por las ansias de venganza de un hombre rencoroso que en sus interior solo llevaba odio y sed de venganza. Si, quería vengarse de aquellos a los que consideraba inferiores a él y que consideraba no tenían su talento.
Cuando después de sus fechorías tuvieron que confrontarse con la determinación de la dirección del Polisario, recurrieron al estilo más bajo imaginable: el del tribalismo. Todo con el fin de sus privilegios. Ese tribalismo que saben que es el peor enemigo del pueblo saharaui. El tribalismo al que combatieron de centenas de reuniones, de mítines, de conferencias, de congresos populares, pero que ahora adoptan como arma para combatir a la histórica dirección del Polisario. Bajaron hasta el fondo de las cloacas para conseguir su innoble objetivo.
Desde entonces, el tribalismo y la anarquía reinan. El Polisario fue perdiendo autoridad sobre la población de los campamentos. Recurre a las mediaciones tribales para solucionar los conflictos. Ya no puede sancionar a nadie por temor a que su tribu se subleve.
Hadrami y Hakim se fugaron a Marruecos. Abdelkader, Mansur y Uld Salek se mantienen en el poder gracias a sus pertenencias tribales, ya que desde la traición del 88 la dirección del Polisario ya no es más que un consejo tribal. El criterio tribal prima en todos los nombramientos y los cargos. En los ministerios, las secretarias, las direcciones, las organizaciones de masas, el ejército.
Todas la familias que se manifestaron en 1988 para defender a Kader y Mansur abandonaron a los campamentos para ir a vivir en los territorios ocupados rindiendo pleitesía a Marruecos en la ciudad de Dajla, esa ciudad conocida por su indiferencia por la causa. La ciudad a la que la Intifada solo llego en 2011 a raíz de una agresión provocada por los marroquíes en un desesperado intento de frenar la marche de la Primavera Marroqui.
Kader, Mansur y Uld Salek pudieron movilizarlos contra la dirección del Polisario pero no pudieron impedir la hemorragia de la que son víctimas los campamentos de refugiados desde 1988. El último episodio de esta hemorragia fueron las 16 personas que se quedaron en Dajla en abril pasado. Son miembros de 7 familias que fueron a Dajla en el marco de las visitas familiares organizadas por la ONU, que como se sabe, pero que nadie dice, son visitas que forman parte de un plan tramado por la América de Bush y la Francia de Jacques Chirac para vaciar a los campamentos de refugiados de su población que constituye uno de los puntos de apoyo del Polisario en su pulso contra Marruecos. Para ello, Marruecos ofrece una casa y un salario a todo el que no vuelva a los campamentos después de una de esas visitas. El hecho de que esas 16 personas se hayan quedado es un duro golpe para la causa del que son culpables los traidores del 88. Se quedaron en Dajla y forman parte de las familias que se alzaron en 1988 para defender a Kader y Mansur.
“La verdad es amarga”, dice el refrán saharaui. Y difícil de tragar a causa de su amargura. Son verdades que muchos jóvenes saharauis ignoran. Incluso los que tienen más de 30 años no se acuerdan de esos acontecimientos porque apenas tenían 4 años de edad. Jóvenes que agradecen al blog Diáspora Saharaui el abordar un tema considerado como tabú por algunos para no sacar a la luz sus fechorías.
El autor del blog Diaspora Saharaui nunca ha desempeñado un cargo de responsabilidad en el Frente Polisario. Hoy en día, es un simple emigrante que lleva más de 19 años en Europa. Sin embargo, sus publicaciones suscitaron numerosas reacciones, algunas incluso de carácter violento. A pesar de que solo se trata de una opinión de un simple ciudadano, parece que estos artículos hicieron mucha pupa como se diría en el léxico popular. Muchas deben preguntarse por las razones de esta avalancha de críticas, de insultos y de ataques personales. La respuesta se encuentra en la credibilidad del blog Diáspora Saharaui. Es el primer blog en francés y en español que se propone realizar un trabajo de propaganda y contrapropaganda para contrarrestar la deficiencia de la prensa saharaui en ese campo. Desde 2008, Diáspora Saharaui denuncia la desinformación, la intoxicación, las mentiras y la propaganda del enemigo al igual que ataca a Marruecos en sus puntos más débiles, como la homosexualidad de su sublime Majestad el rey de Marruecos. El autor de este blog
recibió de varios responsables saharauis cartas de felicitación al igual que fue recibido con todos los honores en los campamentos por la labor que hace.
recibió de varios responsables saharauis cartas de felicitación al igual que fue recibido con todos los honores en los campamentos por la labor que hace.
Marruecos intentó acallarnos desde el primer momento a través de Christopher Ross. En su primera visita en 2009, nada más bajar en Tindouf, Ross dijo que los marroquíes quieren que el Polisario deje de atacar a la persona del rey Mohamed VI. Su interlocutor saharaui le dijo que ningún medio oficial saharaui lo hace. El embajador Ross saca un papel en el que había anotado el nombre del blog Diáspora Saharaui. Y dijo: entonces de quiénes son estas publicaciones?, preguntó Ross. “De un ciudadano que vive por su cuenta en Bruselas”, respondió el responsable saharaui. “Ah bueno, yo me creía que era una página oficial saharaui”, replicó Ross.
La ironía de la historia es que quienes hoy intentan hacer callar a este blog son responsables saharauis que a través de distintas plumas intentan desprestigiar el blog y el contenido de sus publicaciones. Quién se lo iba imaginar?
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