Sahara Occidental: Marruecos pesca en las cloacas

Algunos marroquíes dicen que Dios no ama a Marruecos. En lugar de petróleo y gas, le dió una monarquía cuyos orígenes son dudosos y que para mantener su control sobre el pueblo marroquí ha vendido su alma al diablo.
Según la propaganda del Majzen, el rey Hassan II, gracias a su facultad de político visionario, escogió el campo de Occidente. Sin embargo, la realidad es que el Rey de Marruecos necesitaba el apoyo de Francia y Estados Unidos para combatir la corriente de Mehdi Ben Barka y la poderosa izquierda marroquí de aquella época.
Como prueba de lealtad y fidelidad, Hassan II atacará Argelia en 1963 para ganar la simpatía de sus aliados occidentales y crea una potencia antisocialista y acabar con la oposición interna.
El histórico discurso del Presidente Boumediene ante las Naciones en abril de 1974 hizo de Argelia un país líder en el Movimiento de los Países No Alineados. Su apoyo al Frente Polisario presagió la aparición de un nuevo estado socialista cuyos recursos naturales son importantes.
Business Week anunció en mayo de 1975, basándose en un informe confidencial de la ONU, la presencia de cantidades significativas de titanio, vanadio, cobre y zinc, según informaciones publicadas por el periódico español ABC en su edición del 11 de mayo de 1975.
Según dicha publicación norteamericana, además de estos minerales en potencia, el Sahara español cuenta ya con las mayores reservas de fosfatos del mundo, con unos 1700 millones de toneladas de este mineral, en su mayor parte a menos de siete metros de profundidad, añade la misma fuente, subrayando que Argelia quiere abrir una brecha hacia el Atlántico para explotar sus minas de hierro del sur, más cerca de El Aaiún que de los puertos argelinos del Mediterráneo.
Francia y Estados Unidos van a tratar de evitar esto aprovechando la agonía del general Franco y el clima de transición incierta en España para presionar a Madrid y así obligarla a ceder el territorio a Marruecos y Mauritania.
El rey de Marruecos, con la invasión del Sáhara Occidental intentará matar dos pájaros de un tiro: calmar el clima de tensión interna creada por las reivindicaciones de la oposición progresista y enviar el ejército al Sahara para evitar nuevos intentos de golpe de Estado como los de 1971 y 1972. Al mismo tiempo, prestar servicio a sus amigos occidentales impidiendo la creación de un nuevo estado progresista en la región. Las declaraciones del rey Hassan II en este sentido estaban clarísimas. Según Wikileaks, el rey de Marruecos declaró durante las negociaciones entre Marruecos, Argelia, Mauritania y España sobre el Sahara en 1973 que « el Sahara debe ser marroquí, sino que siga siendo español, pero nunca será ni argelino ni independiente ».
El « poder visionario » de Hassan II no había previsto que los saharauis iban a luchar para defender sus legítimos derechos y resistir durante casi 40 años para impedir que Marruecos se apodere de sus tierras y sus riquezas.
Hoy, por falta de legitimidad, Marruecos se tira entre los brazos de los lobbistas. Incluso se encuentra obligado a pedir los favores de personajes tan despreciables como Aymeric Chauprade, militante de la extrema derecha francesa. La amarga derrota empujó la monarquía marroquí a pescar en las cloacas con la esperanza de mantener su control sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental .

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