La falta de caladeros alternativos a Mauritania llevó a la flota cefalopodera a buscar salidas como la de probar fortuna en la pesca de peces de profundidad en Marruecos gracias al nuevo pacto pesquero. Cinco de estos barcos pidieron y pagaron licencia de pesca desde el 1 de agosto pero hace unos días se confirmó que la flota comunitaria no podrá operar en aguas marroquíes antes del 10 de septiembre, cuando se reúne la comisión de la UE con el país magrebí para revisar las condiciones técnicas del acuerdo, donde los cefalopoderos esperan lograr un cierto margen de pesca incidental de pulpo y marisco.
Este retraso ha provocado la indignación de parte de la flota española y también la de Anacef, que critica que « después de 25 días preguntando sin respuesta y con Marruecos jugando al gato y al ratón, se comunique ahora que no se va a poder pescar, como pronto, hasta mediados de septiembre ». Francisco Freire entiende que este retraso ha causado « en balde, importantes perjuicios » a las empresas que « habían preparado tres barcos, con sus tripulaciones, para empezar a faenar en Marruecos en agosto, como se había prometido, y han tenido que darse la vuelta a Senegal y Marín y eso se podía haber evitado con una simple comunicación a tiempo ».
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