Los recursos naturales siempre han estado de moda, y cada vez más. Y si no que se lo pregunten a los venezolanos sobre las reservas de oro, diamante, petróleo, gas y aluminio. O a los africanos por algunos oligoelementos famosos, y en particular a los saharauis por los fosfatos, los hidrocarburos y el sol, y a los canarios por la actualidad que vivimos.
Por ello me ha parecido apropiado el excelente artículo de Saray Encinoso publicado en DIARIO DE AVISOS el pasado 2 de noviembre acerca de las “prospecciones okupas” en los territorios del Sáhara Occidental. Aludió de manera genérica a las ilegalidades de los sondeos en aguas saharauis con la tolerancia de Marruecos.
Aunque es un asunto que viene de atrás, de siglos pretéritos, cuando Europa se repartió la riqueza del continente africano de manera colonial y caciquil, vale la pena recordarlo en estos momentos para refrescar la memoria. Sabemos que hubo una Guerra por el Sáhara Occidental y una Marcha Verde, unas retiradas de España y Mauritania en 1975 y 1979, un alto el fuego en 1991 con intervención de la ONU. Se inició un proceso de descolonización aún pendiente de resolver. Se notaba la influencia de EE.UU. y Francia, y de España, en menor cuantía.
El Frente Polisario saharaui acudió al Derecho Internacional y al ordenamiento jurídico elevando protestas ante Naciones Unidas. Algunas empresas petroleras se retiraron como lo hicieron a partir de 2001, ante una resolución jurídica de la ONU. Fueron los casos de Repsol y de una empresa noruega, sin embargo la francesa Total Elf y la norteamericana Kerr Mc Gee se mantuvieron. La Repsol solicitó entonces autorización al Gobierno español para prospecciones en aguas canarias. Según el artículo de Saray Encinoso, la empresa petrolera estatal de Marruecos tiene actualmente concedidas otras licencias en territorios del Sahara.
De la carajera interna comunitaria que tuvo lugar en Nueva York por la posición de la UE en 2001 ante la Comisión de Descolonización de la ONU por el asunto del Sahara, se hizo eco el periodista Ignacio Cembrero en la edición del 11 de noviembre de 2001 de El País. Me cita como “responsable” de la disputa entre París y Madrid, y de la crisis abierta con Rabat, por el mal uso por parte de la diplomacia francesa de una contestación oficial a una pregunta que hice, en mi etapa de eurodiputado, al Consejo de Ministros de la UE. ¡Ver para creer!
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