La solución está en nuestras manos

por Zrug Lula
Finalmente he tenido la oportunidad de ver el documental de Álvaro Longoria y Javier Bardem sobre el Sahara Occidental “Los Hijos de las Nubes”. Es emocionante, revelador y brillante a la hora de abordar el conflicto desde una perspectiva histórico-política. 
Varias declaraciones en este documental me hicieron reflexionar sobre el futuro de nuestra causa. Todas ellas indican que mientras mantenemos esta postura defensiva jamás avanzaremos más de lo que ya hemos hecho. Cambiar de estrategia será la única solución viable si queremos de verdad tener nuestro propio estado independiente y soberano sobre Saguia Al-hamra y Río de Oro.
Primero, la declaración de Frank Rudy (fallecido recientemente), primer jefe de la MINURSO, sobre la descripción perfecta de los marroquíes al tildarles de “mafiosos a la hora de abordar el conflicto”. El Señor Rudy dijo que “recibió catorce ofertas de soborno” para que cambie su modo de ver el conflicto y abordarlo desde la perspectiva de la tesis marroquí directa o indirectamente.
Mientras que la segunda declaración fue hecha por un insólito amigo de la causa saharaui y es nada menos que John Bolton, ex representante de los Estados Unidos en la ONU. El Señor Bolton dijo claramente que “Marruecos jamás permitirá la celebración de un referéndum y que los saharauis debemos ser realistas y entender esta cuestión”. John Bolton es considerado un neo-conservador pero era increíblemente un defensor acérrimo de la causa saharaui.
La tercera cuestión y más preocupante que me hizo reflexionar fue la intervención de dos niños para explicar la razón de existencia del muro. Cuando el primero se apresuraba en decir que su objetivo era dividir las fronteras entre Argelia y….el segundo lo interrumpe rectificando que dividía al Sahara Occidental entre territorios liberados y aquellos ocupados por Marruecos. Viendo esta triste interpretación de un niño saharaui sobre el “Muro de la Vergüenza” que divide a nuestras familia, siembra el miedo y amenaza diariamente la vida de todos aquellos que viven u optan por cruzar los territorios liberados, solo nos quedaría preguntarnos sobre qué historia estamos formando a las nuevas generaciones si no saben ni porqué están en los campamentos de refugiados. Si seguimos así, dentro de diez años las generaciones venideras dirán que vienen de otro planeta.
La cuarta declaración que me impactó fue la de Erwin Lanc, Ministro de Exteriores de Austria en los años ochenta del siglo pasado, quien dijo que los políticos de hoy en día hacen política por dinero. “Ellos no son políticos, sino máquinas de hacer dinero”. Y esto se aplica perfectamente a unos cuantos de nuestros representantes “supuestamente diplomáticos”. 
Por su parte, Roland Dumas, Ministro de Exteriores francés en los años ochenta e inicios de los noventa del siglo pasado, afirma que “hay problemas que no tienen solución y esa (la del Sahara Occidental) es una de ellas”. Así de simple! Hace unos años atrás escuché decir personalmente a un embajador francés (había convivido mucho con la sociedad “bidán” durante la época colonial) en uno de los países africanos a los que iba a trabajar que “él no estaba de acuerdo con la postura de su país en el conflicto y que para él los saharauis merecemos tener nuestra independencia”. La postura de enemistad de Francia hacia nosotros no es eterna ni tampoco su apoyo incondicional a Marruecos es sagrado, tal como lo demuestra la actual crisis política entre ambos países. 
Cambiar el rumbo de las cosas, darle un nuevo aire a la causa y presionar para que el conflicto se resuelva pronto, y a nuestro favor, está en nuestras manos. Marruecos ha fracasado en su política de comprar posturas, sus planes cocidos en el harén de su Majestad han fallado estrepitosamente y solo le queda sembrar la discordia para debilitarnos y hacernos ver como incapaces de edificar nuestro propio estado. 
La justeza de nuestra causa es obvia y nada ni nadie puede cambiar eso; ni el tiempo ni el dinero ni la traición. El próximo año puede decisivo, pero aún así no se puede vivir de esperanzas e ilusiones. El cambio es necesario y urgente, y más que de las personas, debería ser en la forma de hacer las cosas. 
Termino esta reflexión con una anécdota que leí recientemente en un artículo del destacado académico y ex Ministro de Cultura argelino Muhyiddin Ameimur. 
El Dr. Ameimur relata que una vez el General francés, luego presidente Charles de Gaulle, sospechaba de que uno de sus funcionarios trabajaba de espía para los alemanes durante la segunda guerra mundial. Aunque no tenía pruebas contundentes de ello, algo le decía que trabajaba para el enemigo. Un día decidió escuchar su instinto y acusarlo directamente de espionaje, aunque no estaba seguro de cómo sería la reacción del oficial. Cuando le pidió que le dijera cómo hacía para pasarle información a los alemanes, el hombre le dijo que él no pasaba información sino que “empleaba a las personas menos indicadas en los lugares más sensibles”. Saquen ustedes sus propias conclusiones! 
Por último, no puedo pasar por alto esta ocasión sin felicitar al pueblo cubano y a la Revolución Cubana por la liberación de sus héroes y celebrar que el bloqueo político y económico injustamente impuesto a Cuba será finalmente eliminado. “Sólo vencen los que luchan y resisten”. 
Zrug Lula.

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