Burial lleva 18 días en huelga de hambre y nadie habla de él en los medios saharauis, ni de su grupo, el denominado grupo de Gdeim Izik. “Están en total olvido”, comentan algunos amigos del pueblo saharaui. Y sin embargo, ridículas actividades de ciertos personajes ocupan las portadas y exclusivas de la RASD-TV y de la agencia de prensa saharaui.
Una amiga del pueblo saharaui se interroga sobre las causas de tal hecho porque no sabe que los medios saharauis se han convertido en una plataforma de propaganda personal de los clientes del presidente Mohamed Abdelaziz. Digo clientes porque el régimen de Abdelaziz está basado en el clientelismo. Para los que no entienden el significado de esta palabra, hé aquí su definición, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española : “Sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios”. Los clientes de Mohamed Abdelaziz necesitan tener eco en los medios saharauis para complacer a su amo y hacerle creer que están haciendo bien su trabajo.
Por ello, a menudo el equipo de SPS recibe llamadas de teléfono del ministro de asuntos exteriores, Mohamed Salem Salek y otros responsables, embajadores y representantes en el extranjero para protestar porque no se ha publicado la noticia que mandaron. Bujari Ahmed, hispanófono, ya no manda las noticias en español ni en inglés, el idioma del país donde ejerce, sino en francés porque manda una copia a la agencia de prensa argelina para que esta última se ocupe de hacerle propaganda.
Así es el sistema establecido por el presidente saharaui después de 40 años de mandato. Un sistema que ha dejado en el olvido a los héroes de esa gran epopeya acaecida en Gdeim Izik, en las afueras de la capital ocupada del Sáhara Occidental, El Aaiún y que, sin embargo, hace la promoción de los súbditos de Mohamed Abdelaziz.
Esta es una de las causas por las que la causa saharaui tiene poco eco en el exterior. Ya nadie habla del conflicto del Sáhara Occidental en Europa. La corrupción de los dirigentes saharauis desmoralizó a nuestros amigos y acabaron abandonando la causa.
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