“Inaceptable” fue la palabra utilizada por el secretario general de la ONU, Bank i-moon, al referirse a “una de las tragedias humanitarias más olvidadas de nuestro tiempo”, la que viven los refugiados saharauis en el desierto argelino en los campamentos “más antiguos del mundo”.
Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas desde de enero de 2007, viajó por primera vez al Sáhara Occidental el 5 de marzo de 2016, en el último año de su mandato. Pero solo fue a la parte bajo control del movimiento de liberación saharaui, el Frente POLISARIO, ya que las autoridades marroquíes se negaron a que el diplomático surcoreano incluyese en su viaje los territorios de la excolonia española que desde hace 40 años ocupa militarmente el reino de Marruecos.
Tanto en el campamento de Smara, en Tinduf (Argelia), como en Bir Lelhu, ya en la parte del Sáhara Occidental que controla el POLISARIO, miles de saharauis pidieron a Ban Ki-moon que se realice el referéndum de autodeterminación acordado en la ONU, que debía haberse celebrado en enero de 1992 y que ya no acepta Marruecos.
Durante la recepción en Smara a la delegación de la ONU, los saharauis mostraron su decepción por el continuo aplazamiento de las Naciones Unidas en la organización del referéndum, reprobaron el desprecio de Marruecos a la legalidad internacional y condenaron el asesinato del ciudadano saharaui Achmád Abad Yul, ocurrido por disparos efectuados desde el muro defensivo marroquí el pasado 27 de febrero, según la agencia Sáhara Press Service (SPS).
En Bir Lelhu, donde el 27 de febrero de 1976 el POLISARIO proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), justo un día antes de arriarse la última bandera española en El Aaiún, capital de Sáhara Occidental, el secretario general de las NNUU escuchó las informaciones que le transmitieron los jóvenes sobre sus difíciles condiciones de vida, el futuro y la persecución que padecen los saharauis que habitan en las zonas ocupadas.
A la trágica situación de los refugiados saharauis se refirió así Ban Ki-moon: “Lo que realmente me entristece es la ira que han manifestado muchas personas que han pasado 40 años viviendo en circunstancias muy difíciles y sienten que el mundo se ha olvidado de su causa. Es doloroso ver a familias separadas durante tantos años. Esta situación es inaceptable y debe ser tratada de forma independiente del proceso político”.
El responsable de la ONU, al que acompañaron su enviado personal a la región, el norteamericano Christopher Ross, y la jefa de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINUSO), la canadiense Kim Bolduc, se entrevistó con el presidente de la RASD y secretario general del Frente POLISARIO, Mohamed Abdelaziz, en Chahid El Hafed, la wilaya donde están las instituciones saharauis.
Las partes, según SPS, “abordaron el proceso de negociación que debe alcanzar una solución que garantice el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación y la independencia, la situación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental ocupado y la explotación ilegal de los recursos naturales saharauis por parte de Marruecos, así como la situación de la seguridad en la región”.
Derecho a la autodeterminación
Bam Ki-moon declaró a la prensa que hasta ahora no ha habido ningún progreso real en la búsqueda de una solución justa y duradera, insistió en la necesidad de buscar “una solución que permita la autodeterminación del pueblo saharaui”, y dijo que para ello “las Naciones Unidas van a trabajar para la reanudación del diálogo e impulsar el proceso de paz”.
Pidió a los países que envían ayuda humanitaria que redoblen su apoyo a un pueblo olvidado, para proporcionarle condiciones de vida básicas: »Aquí se vive una situación humanitaria muy crítica, donde hay una necesidad urgente de educación, agua potable, medicamentos, alimentación y fuente de sustento”.
También habló de la seguridad en la región y expresó su preocupación por el aumento de la actividad criminal, el flujo de las drogas y la posible aparición de terroristas y extremistas.
Para el coordinador saharaui con la MINURSO, Mhamed Jadad, “el pueblo saharaui no pueden esperar más y desea relanzar las negociaciones con la parte marroquí antes de que finalice el mandato de Ban Ki- moon”.
El Gobierno de la RASD entregó a Ban Ki-moon las medidas que ha tomado para proteger su plataforma costera, fijando los límites exteriores de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Sáhara Occidental a 200 millas “para frenar la intolerable explotación ilegal de las riquezas naturales y los continuos intentos por parte de Marruecos de implicar a empresas extranjeras en la exploración de los fondos marinos del Sáhara Occidental”.
En un comunicado, el Gobierno saharaui pide a todos los países y empresas abstenerse de la pesca o cualquier otra forma de explotación de los recursos naturales del Sáhara Occidental por violar tales actividades la legalidad internacional.
El secretario general de la ONU, que señaló como primer objetivo de su visita evaluar y constatar de forma personal la situación, estuvo también en Mauritania y Argelia, pero no en Marruecos que quería se aplazase el viaje hasta julio y será objeto de una segunda ronda en fecha aún no determinada.
Ban Ki-moon elaborará ahora un informe para el Consejo de Seguridad, que tiene previsto debatir a finales de abril la renovación del mandato de la MINURSO, entre cuyas funciones insisten los saharauis debe incluirse la vigilancia de los Derechos Humanos, a lo que se opone cada año Marruecos con el respaldo de Francia.
Con motivo del viaje del secretario general de la ONU al Sáhara la organización Human Rights Watch (HRW) se dirigió a Ban Ki-moon para que intercediera ante el Frente Polisario a favor de tres mujeres saharauis “cuyas familias presuntamente no les permitirían salir de los campamentos para refugiados y regresar a España, donde residen legalmente”.
“Retener a un adulto contra su voluntad equivale a privación ilegal de la libertad, independientemente de si los captores son familiares que sienten un profundo afecto por esa persona”, manifestó Sara Leah Whitson, directora para Medio Oriente y África Septentrional. “El Polisario debería asegurar que estas mujeres puedan ejercer su libertad de circulación y que los actos pasados y futuros de privación ilegal de la libertad sean castigados como delitos”.
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