Ban Ki-moon, ha reaccionado con firmeza ante el comunicado del gobierno marroquí, que fue de una rara virulencia y una sorprendente presunción contra él después de sus declaraciones en las que calificó el Sahara Occidental como territorio ocupado por Marruecos. Así, el secretario general de la ONU, manda Mohamed VI a las cuerdas y a sus queridos estudios. Le recuerda que « el estatuto del territorio del Sahara Occidental queda por determinar, ya que es un territorio no autónomo ».
Y le remata diciendo que esta realidad es « reconocida por todos los Estados Miembros de la ONU, Marruecos incluido », y se encuentra « registrada en las resoluciones anuales de la Asamblea General adoptadas sin votación ». El Secretario General de las Naciones Unidas le recuerda también que « el Consejo de Seguridad había pedido a la ONU facilitar las negociaciones encaminadas a una solución política mutuamente aceptable, que permita la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental ». Esta respuesta diplomática, mordaz sin embargo, se esperaba después de las insultoante declaraciones realizadas por el gobierno de Marruecos en su contra.
Graves acusaciones como « complacencia injustificada », « comentarios políticamente inapropiados « , « contrarios a las resoluciones del Consejo de Seguridad », hechos por un Ban Ki-moon, que habría « cedido al chantaje de ciertas partes ». En efecto, lo que provocó la ira real no sólo son las justas y apropiadas declaraciones del SG de la ONU, sino también su determinación para que la MINURSO organice el referéndum de autodeterminación « si las dos partes están de acuerdo « . Está claro, este compromiso entierra el plan de autonomía limitada como « única solución realista y creíble ».
La ira del palacio real se acentúa aún más por la voluntad personal de Ban Ki-moon, de convocar una conferencia de donantes antes de junio, cortocircuitando de esta manera « los marroquíes y su aliado francés que hacen todo lo posible para cortar la ayuda humanitaria de la UE » a los saharauis. Recordando que el Sahara Occidental es un problema de ocupación, un hecho consumado colonial con más precisión, aunque la palabra « colonización » no fue invocada, el surcoreano hace eco implícitamente de las condiciones históricas de la anexión marroquí de Saguia El Hamra y Río de Oro, en aquel entonces colonizados por España.
Cabe recordar, en primer lugar que el Rey Hassan II, antes de anexionar, en dos tiempos, estos dos territorios, había propuesto a Argelia y Mauritania compartirlos con ellos. El Presidente Houari Boumediene había rechazado esta oferta recordando que Saguia el Hamra y Río de Oro pertenecen al pueblo saharaui que deberían tener la primera y la última palabra sobre lo que es de ellos. Después de la negativa de principio de Argelia, el Sahara Occidental se dividió inicialmente entre Marruecos y Mauritania, que cederá más tarde su parte a su vecino del norte, al ser incapaz de controlarla a todos los niveles. Pero había también otra oferta, pero no proponía compartir el territorio, y era mucho más interesante, hecha por Bumedián a Hassan II y al presidente Mokhtar Ould Dadda, y eso fue cuando España aún colonizaba el territorios saharaui.
Esta oferta, mucho más noble que el reparto entre tres partes del Sahara Occidental, además de un pasillo ofrecido a a Argelia para que transporte su mineral de Ghara Yebilet y Leknadsa hasta una terminal portuaria en el Océano Atlántico, fue hecha por Boumediene : se plantea el problema de la descolonización del Sahara occidental, pero en caso de negativa de España a evacuarlo, se forma un ejército de liberación común para expulsar al ocupante al que se obligaría también a retirarse de Ceuta y Melilla. Esta proposición fue rechazada por Hasan II qui sacó, más tarde, en 1975, la maniobra de la Marcha Verde. Casi sin disimular su ira, el presidente Bumedián
Boumediene reveló todo esto en un discurso televisado del que ya no se ni rastro en la red de YouTube … Habló de alta traición y de cobardía del monarca alauita. Un discurso inolvidable. Tampoco se debn olvidar otros hechos tangibles de la historia y el derecho internacional. El Río de Oro y la Saguia el-Hamra, nunca fueron territorios alauitas antes de la ocupación española. No eran terra nullius, sino territorios habitados por tribus saharauis de las que algunas formularon un acto de adhesión intermitente y breve en el tiempo al trono de Marruecos. Estos actos esporádicos de acatamiento al rey Jerifiano no fueron considerados por la ONU como argumentos jurídicos válidos para decidir la integración con Marruecos.
Desde entonces, la ONU, en ninguna resolución ad hoc, ni texto anexo, ni addenda, reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, ni siquiera la de España, la ex tutela colonial. El proceso de descolonización del Sahara Occidental se ha estancado debido a la negativa sistemática del palacio real a aceptar un referéndum soberano. Negativa alentada sistemáticamente por Francia, que tiene derecho al veto en el Consejo de Seguridad. El Sahara Occidental es el último territorio del mundo que queda por descolonizar, si se hace excepción de los enclaves de Ceuta y Melilla y las islas del Perejil en el Mediterráneo que Marruecos no reclama a España y tampoco tiene el valor político o la audacia militar necesaria para recuperarlos.
http://www.latribunedz.com/article/15469-Ban-Ki-moon-renvoie-M6-a-ses-cheres-etudes
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