El documental completo emitido el jueves por la noche por la televisión pública francesa sobre el « lado oscuro » del reinado de Mohamed VI. El documental-reportaje hace especial hincapié en los negocios del monarca y el rápido crecimiento de su fortuna (supera los 5.000 millones de dólares, según Forbes); la corrupción, los recortes de la libertad de expresión y el uso de la tortura por parte de una de las policías (DGST) de Marruecos.
Algunos opositores moderados al régimen marroquí se quejan, ante las cámaras de FR3, de los lazos, excesivamente estrechos, entre la monarquía alauí y la presidencia de la República francesa.
El documental-reportaje duró una hora. Fue precedido de un debate, por la tarde, en la radio pública France Inter entre el periodista autor del reportaje, Jean-Louis Pérez, y el disidente Aboubakr Jamai, experiodista y hoy en día profesor en una universidad estadounidense.
Las autoridades francesas temen pagar un precio político por la emisión de este reportaje. El rey Mohamed VI está estos días de vacaciones en el palacio de Betz (noreste de París). Llegó allí el 14 de mayo directamente de Pekín donde estuvo de visita oficial. No asistió a las ceremonias commemorativas del 60 aniversario de la creación de las Fuerzar Armadas Reales.
El reportaje de FR3 no hace ninguna revelación extraordinaria, pero durante una hora desfila ante las cámaras lo más granado de la oposición (periodistas, empresarios, economistas, militares exiliados y el príncipe Moulay Hicham) que dibujan un panorama sombrío de un país que goza de buena fama en Francia y en Europa. Los que defienden al régimen, como Jack Lang, director del Instituto del Mundo Árabe de París, lo hacen con torpeza.
Un programa de estas características es difícilmente imaginable en cualquier medio de comunicación español público, estatal o autonómico. Junto con el enlace de Youtube, que permite ver el reportaje, figuran en los primeros comentarios otros enlaces con algunos de los artículos publicados en Francia y en Marruecos sobre esta emisión. Ha tenido un amplio eco en la prensa francesa y también en la marroquí aunque esta, en general, lo ha criticado con dureza.
Ignacio Cembrero
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