El Secretario General de las Naciones Unidas, a punto ya de terminar su mandato, acaba de publicar un nuevo informe relativo a la cuestión del Sáhara Occidental que abarca el período comprendido entre el 1 de julio de 2015 y el 30 de junio de 2016.
Dicho informe comienza recordando algo obvio, por más que le pese a Marruecos y sus principales aliados España y Francia y es que el Consejo de Seguridad considera que la cuestión del Sáhara Occidental es una de las cuestiones relativas a la paz y seguridad, por lo que en sucesivas resoluciones ha pedido que se alcance una “solución política mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”, y que la Cuarta Comisión de la Asamblea General (Comisión Política Especial y de Descolonización) y el Comité Especial Encargado de Examinar la Situación con respecto a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales consideran “el Sáhara Occidental como un Territorio No Autónomo y examinan la cuestión entre las relativas a la descolonización”.
El Secretario General recuerda también en su Informe que el estatuto definitivo del Sáhara Occidental es objeto de un proceso de negociación que se desarrolla bajo sus auspicios, previsto en sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad, al tiempo que lamenta la ausencia de unas verdaderas negociaciones “sin condiciones previas y de buena fe para lograr una solución política mutuamente aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.
El Secretario General del Frente POLISARIO acogió con agrado estas declaraciones que por más obvias que nos puedan parecer produjeron una reacción por parte de Marruecos que si no fuera por su gravedad, podríamos calificar de infantil y grotesca, acostumbrada como está la tiranía alauí a tratar de convertir a las Naciones Unidas en su patio de recreo y montar el numerito (si se nos permite la expresión) cada vez que las Naciones Unidas recuerdan la situación de ocupación ilegal del territorio.
En dicho Informe el Secretario General de las Naciones Unidas da cuenta de la visita (entre el 29 de julio y el 4 de agosto de 2015) a los campamentos de población refugiada saharaui por parte de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) con el fin de “recabar información de primera mano y entender mejor la situación de los derechos humanos y los problemas en los campamentos de refugiados”. La visita también permitió que el ACNUDH pudiera examinar modalidades para la cooperación en el futuro, a fin de velar por una protección eficaz de los derechos humanos.
Ante la situación de bloqueo y estancamiento provocado por la actitud marroquí y la permisividad, cuando no complicidad, de España y Francia, el Secretario General de las Naciones Unidas da cuenta también en su Informe de su primera visita (terminando ya su mandato como máximo representante de las Naciones Unidas) al campamento de refugiados de Smara, cerca de Tinduf y a la base de operaciones de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental).
El Secretario General de las Naciones Unidas quería con dicho viaje, y entre otros objetivos, “dar fe de la situación penosa y prolongada de los refugiados desde el punto de vista humanitario”. Tras la misma, el Gobierno de Marruecos objetó enérgicamente algunas de sus declaraciones y nuevamente del modo más infantil imaginable la Misión Permanente de Marruecos envió una lista de 83 miembros del personal civil de contratación internacional de la MINURSO y la Unión Africana que debían abandonar los territorios ocupados del Sahara Occidental en el plazo de tres días. Al mismo tiempo, en un gesto insólito y desconocido en las relaciones internacionales, Marruecos indicó que no deseaba recibir al Enviado Personal del Secretario General ni reanudar el proceso de negociación.
El Señor Ban Ki-moon, termina su informe con un párrafo que suena ya a despedida y en el que recuerda que a pesar de los renovados esfuerzos de todo el sistema de las Naciones Unidas, incluida su actuación personal, persiste la falta de progresos sobre el terreno, la frustración y terribles condiciones de vida de la población refugiada tras la ilegal ocupación de su territorio, al tiempo que reitera a las partes, los Estados vecinos y la comunidad internacional, las responsabilidades que les incumben de hallar una solución al conflicto y promoverla, “por tanto, reitero mi llamamiento a las partes para que avancen hacia una solución sin más demora y, con ese fin, las insto a que entablen negociaciones genuinas con el apoyo y la facilitación de mi Enviado Personal”.
El Estado Español no puede otra vez hacer oídos sordos, cuando es el máximo representante de las Naciones Unidas quien recuerda con preocupación la frustración y las terribles condiciones de vida a las que se ha sometido al Pueblo Saharaui durante más de 40 años. España debería tomar nota y ser consciente de lo cerca que podemos estar de un nuevo conflicto armado con consecuencias imprevisibles para toda la región y que directamente salpicaría al conjunto de Europa.
Estamos ante una nueva oportunidad. El próximo mes de diciembre en el que España presidirá el Consejo de Seguridad y en el que termina su pertenencia al mismo, el Estado Español puede y debe, atendiendo a su condición de potencia administradora de iure del territorio del Sáhara Occidental, trabajar en el marco de las organizaciones internacionales a las que pertenece – Unión Europea, Organización de las Naciones Unidas, OCDE, OTAN, – a favor de la realización de un referéndum de autodeterminación que asegure la expresión libre y auténtica de la voluntad del Pueblo Saharaui, en aplicación de las decisiones pertinentes de la Unión Africana (UA) y de las resoluciones de las Naciones Unidas.
El próximo año 2017 una nueva persona asumirá las responsabilidades como Secretario General de las Naciones Unidas. ¿Le estamos diciendo al Pueblo Saharaui que el proceso empieza de nuevo? ¿Hasta cuándo es previsible que un Pueblo asuma como las Naciones Unidas y España niegan sus legítimos derechos? ¿Permanecerá siempre el conflicto en sus actuales parámetros? Ante cualquier cambio, nadie podrá desde luego hacer responsable a un pueblo y unos dirigentes que durante décadas han apostado por la vía pacífica, promovida también desde las Naciones Unidas, mientras no solo ven negado su legítimo derecho de autodeterminación sino como son vulnerados el conjunto de sus derechos humanos.
No podemos terminar estas líneas sin reiterar nuestro dolor ante la pérdida, durante el periodo que abarca este último Informe del Secretario General de las Naciones Unidas, del Secretario General del Frente POLISARIO y Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz.
Se nos fue un hombre de paz, un ejemplo de voluntad, entrega y lucha, cuyo testigo ya ha sido recogido por el nuevo Secretario General, por el Frente POLISARIO y por todo el Pueblo Saharaui.
¡¡¡Abdelaziz vive y nuestra lucha sigue!!!
CEAS-Sahara
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