Según el periódico Essabah, Francia no se opondría a la intervención militar marroquí en la zona de amortiguación del Sáhara Occidental. El jefe de la diplomacia argelina, Abdelkader Messahel, fue informado de esta posibilidad durante su reunión en París con su homólogo francés Jean-Yves Le Drian, una reunión que algunos observadores calificaron de tensa.
La posición constante expresada por Messahel, conocido por su dominio de los temas regionales, está incluso detrás de esta calumniosa campaña mediática dirigida por ciertos grupos de presión majzenianos en su contra.
En este sentido, cabe señalar que el juego malsano de Emmanuel Macron forma parte del proceso de negociación destinado a implicar a Argelia en el fango saheliano. La respuesta tajante de Messahel sobre el refugio del terrorista Iyad Ag Ghali « pregunten a los franceses y a los malienses » atestigua la madurez de la diplomacia argelina, que se interesa principalmente por la seguridad de las fronteras argelinas, en lugar de involucrarse en aventuras al servicio de los intereses de Francia y su hegemonía sobre las riquezas de sus antiguas colonias.
La excesiva participación de la Francia de Macron en la agresión contra Siria es un signo anunciador de la estrategia de la marioneta sionista del Elíseo para provocar tensión en el Magreb entre Argelia y Marruecos, incitando al inexperto monarca a abrir un conflicto armado con su vecino oriental, a desviar a la opinión pública marroquí de la crisis socioeconómica que sacude a su país y amenaza su frágil trono.
La odiosa campaña de las redes sociales contra el ejército argelino tras el último accidente del avión militar en Boufarik forma parte de esta lógica aventurera y suicida.
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