El pasado 1 de diciembre viajamos a los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf con la Asociación de Ayuda al Sáhara Occidental de Elche en viaje organizado por la Delegación de la República Árabe Saharaui en la provincia de Alicante.
Fue un breve viaje de apenas 6 días pero muy intenso que siempre guardaremos en nuestras retinas. Comentar que no se puede viajar a esta zona por nuestra cuenta, sólo en viaje organizado por cualquiera de las delegaciones saharauis en España con visado. Además debemos rellenar una ficha en el aeropuerto de Tindouf con los motivos del viaje y los datos de la familia donde nos alojaremos durante nuestra estancia. Uno de los miembros de la familia, normalmente el padre de familia, es el responsable de nuestra seguridad y el encargado de mostrar los pasaportes de cada uno de los españoles que viajemos en su vehículo en las aduanas de entrada a las diferentes wilayas.
◊ ¿Cuál fue el motivo de este viaje?.
Hace 5 años nos animamos a participar en el bonito proyecto de “Vacaciones en Paz” para acoger a un niño saharaui en nuestro hogar durante dos meses.
Este proyecto se viene desarrollando desde 1979, viajando cada año a España, cientos de niños y niñas saharauis con edades comprendidas entre los 9 y los 13 años que viven en los campamentos de refugiados en la provincia argelina de Tindouf. Este verano fueron unos 4500 niños los afortunados, cifra que ha ido bajando durante los dos últimos lustros por la crisis económica en España, entre otros motivos.
Durante los meses estivales de julio y agosto, se alcanzan en el desierto, temperaturas de hasta 55 grados, lo que unido al ambiente seco y la ausencia de agua, hace que la vida en esta zona olvidada del planeta sea vuelva insoportable. A esta zona desértica se la conoce como la hamada y consiste en un tipo de desierto pedregoso, caracterizado en gran parte por su paisaje árido, duro, de mesetas rocosas y con muy poca arena.
El proyecto de “Vacaciones en Paz” tiene entre sus objetivos realizar a los niños reconocimientos y tratamientos médicos en España que en los campamentos no son posibles y proporcionarles un equilibrio alimenticio. Además de fomentar el aprendizaje del castellano, segundo idioma oficial de la RASD.
Durante 3 veranos hemos acogido en casa a Abdulah; un niño que viajó su primer verano con 10 años, con un aspecto delgaducho y de carácter jovial, con el que nos hemos reencontrado ahora en su casa, 15 meses después, como un intrépido adolescente, feliz de que su “familia española”, como él nos llama, le haya rendido visita.
◊ Breve reseña histórica sobre la población refugiada saharaui.
El Sáhara Occidental fue colonia y provincia española hasta 1975.
Durante las décadas de los 60 y 70, la mayoría de países africanos accedieron a su derecho a la libre determinación consiguiendo la independencia de sus respectivas potencias administradoras.
El pueblo saharaui, por su parte, no pudo disfrutar de un referéndum de
autodeterminación por una serie de circunstancias que bloquearon en 1975 el proceso.
Marruecos quiso hacerse con el territorio presionando a una España inestable que vivía los últimos días del franquismo. España, no sólo no cumplió con sus obligaciones, sino que abandonó el territorio a su suerte cediéndolo de manera ilegal a Marruecos y Mauritania. El segundo se retiró, mientras que los marroquís iniciaron la Marcha Verde para tomar el Sáhara. Muchas familias saharauis tuvieron que huir hacia el este improvisando campamentos que fueron bombardeados. Comenzó así una guerra entre Marruecos y el representante del pueblo saharaui, el Frente Polisari que duró hasta 1991.
La población saharaui huyó de la guerra hacia el desierto y se estableció en distintos campamentos junto a la ciudad argelina de Tinduf, donde permanecen desde hace más de 40 años a la espera de un referéndum que decida su deseo de ser un pueblo libre y poder volver a sus costas.
◊ Nuestra experiencia.
El aeródromo más cercano a los campamentos es el aeropuerto militar de Tindouf. Desde éste partimos en grupos organizados por wilayas en vetustos autobuses que en su día formaran parte de la flota de transporte urbano de cualquier ciudad española. Eso si tienes suerte, sino siempre quedará la camioneta. No obstante, la ilusión con la que viajamos es tanta que no importan ni las incomodidades del viaje ni las esperas.
La llegada a cada una de las wilayas comienza por la oficina de protocolo, donde recogen el visado, y donde las familias saharauis con las que te vas a alojar esperan tras una valla.
Los Campamentos de Refugiados saharauis están organizados en cinco wilayas o provincias, las cuales llevan los nombres de las cinco principales ciudades del Sáhara Occidental ocupado: Bojador , El Aaiún, Dajla, Smara y Auserd. Cada wilaya se estructura en núcleos menores de población llamados dahiras. Cerca de 200.000 personas viven actualmente en los campamentos.
Entre las diferentes wilayas existen entre unos 20 o 60 kilómetros de distancia, excepto con Dajla que dista unos 200 kilómetros del resto. Además existe una capital administrativa, Rabouni, donde se ubican todas las dependencias oficiales, el hospital nacional, los ministerios, etc.
La primera impresión que nos llevamos nada más llegar a los campamentos fue la de una gran admiración hacia estas personas. Cuesta mucho creer como en medio de un desierto estéril, donde no crece nada y apenas hay recursos hídricos, estos miles de hombres y mujeres saharauis han sido capaces de construir pilares básicos de un Estado en medio de la nada: guarderías, colegios y centros de educación especial, hospitales, pozos, y hasta electricidad en alguna de las dahiras. Todo esto ha sido posible gracias al apoyo del Estado de Argelia que les cedió este territorio y a la cooperación internacional.
Las infraestructuras son mínimas y precarias; la vivienda se reparte entre jaimas de tela y casas de adobe o barro, material de escasa calidad, que se destruye con facilidad cuando las precipitaciones copiosas aparecen. Algunas familias, las más pudientes, han comenzado a construir casas con cemento. Éstas se lo pueden permitir, bien porque tienen la suerte de tener algún miembro de la familia que cobra un salario mínimo o porque reciben la ayuda de sus “familias españolas”.
Las casas no obstante, se limitan a una estancia que sirven a su vez de salón de estar y comedor durante el día, y de dormitorio por la noche. El suelo que suele ser de tierra, es cubierto por una bonita alfombra sobre la que se duerme, los que no tienen la suerte de tener colchonetas. La cocina, en muchos casos, suele estar separada, lo mismo que el baño.
Ya fuera de la casa está el corral donde se encierran las cabras por la noche ante la presencia de perros salvajes que pueden devorarlas. Algunas familias disponen también de un par de camellos que también se guardan en un pequeño corral. Los rebaños de cabras de famélicas siluetas compiten entre sí para poder comer de los escasos residuos de alimentos que los saharauis generan.
◊ Visitas a AFAPREDESA y el Museo de la Resistencia.
Una de las visitas que realizamos en los campamentos fue a las instalaciones de AFAPREDESA. Se trata de una Organización No Gubernamental saharaui de defensa de los Derechos Humanos que nació como una respuesta civil ante la desaparición de prisioneros de guerra. Su presidente Abdeslam Omar Lahcen nos impartió una inteeante charla sobre el conflicto saharaui.
A continuación visitamos el Museo de la Resistencia situado en el centro administrativo de Rabouni. Este centro está dirigido desde el Ministerio de Defensa de la RASD y conserva documentación y objetos testigos de la guerra entre Marruecos y el Sahara Occidental. Armamento, tanques, minas antipersona, etc.
◊ Formación para ayudar a su pueblo y mostrar su situación al mundo.
La escolarización es obligatoria para todos los niños y niñas saharauis. Hasta los 12 años (sexto de primaria) estudian en las madrasas que se ubican en cada dahira. A partir de los 10 años los niños comienzan a estudiar castellano como segundo idioma. Posteriormente, aquellos que quieren continuar sus estudios, se matriculan en un lycée en Tindouf. Otros marchan a España o Cuba a estudiar la secundaria con el “Proyecto Madrasa” y también los hay quienes cursan estudios universitarios en universidades argelinas o en otros países.
Visitamos la Escuela de Enfermería, Ahmed Abdel-Fatah, en Rabouni donde decenas de chicas jóvenes saharauis cursan sus estudios como enfermeras, comadronas y en otros campos de la salud. Las clases son impartidas en lengua castellana por profesores cubanos.
También visitamos la Escuela de Formación Audiovisual Abidin Kaid Saleh de la RASD en Smara, centro que colabora con el Festival Internacional de Cine del Sáhara, que cada año se celebra en una wilaya distinta. Este centro supone una puerta abierta para que cientos de jóvenes que no encuentran una oportunidad laboral puedan colaborar filmando sus vivencias, su cultura, sus historias de vida,… y mostrárselas al resto del mundo.
En la wilaya de El Aiuun existe una Escuela de Cerámica, donde las mujeres realizan artesanías con la arcilla y pinturas que ceden empresas alfareras y ceramistas de las localidades valencianas de Manises y Puzol. Los ingresos obtenidos de la venta de los artilugios que allí se fabrican sirven para complementar las rentas de varias familias. Entre los objetos que allí se cuecen en el horno, encontramos imanes, collares, jarrones y otros utensilios de cocina o menaje que bien nos recuerda a la cerámica que se produce en cualquier empresa ceramista levantina.
Junto a la escuela de cerámica se ubica una modesta sala de exposiciones donde el artista saharaui Maddi Ahmed expone sus trabajos en acuarela. Los temas más recurrentes son la vida en los campamentos y el folklore saharaui, pero también una pintura protesta contra la situación que vive su pueblo.
◊ Un pueblo hospitalario.
El pueblo saharaui se caracteriza por su hospitalidad y generosidad. Desde que llegas a la que va a ser tu casa, te reciben como a uno más de la familia. Si no llevas chanclas para tu comodidad, te las consiguen, si no puedes dormir en el suelo, pues se las ingenian para conseguir una colchoneta y estés lo más cómodo posible.
Esta muestra de generosidad nos la van regalando lentamente, con la parsimonia que dan más de cuarenta años de espera. Aquí no existen las prisas; te ofrecen un primer vaso té, luego un segundo y más tarde, un tercero. Y es que la ceremonia del té en el Sáhara Occidental es un rito fascinante. Constituye toda una muestra de cordialidad y hospitalidad con la que agasajan a sus invitados. Entre té y té tuvimos interesantes tertulias.
Se beben tres tazas de té, y es que, según los saharauis:
El primero es amargo como la vida.
El segundo es dulce como el amor.
El tercero es suave como la muerte.
De la gastronomía destacamos las carnes de cordero y de camello; exquisitos los pinchitos morunos de camello. también se comen platos de cuchara, como las legumbres, lentejas o alubias, y el cuscús. Los platos son servidos en una gran fuente, donde los comensales se sirven o comen todos juntos. Si te gusta comer con cubiertos, que no te de apuro pedirlos.
Se come mucho pan para mojar la rica salsa en la que se guisan los platos. No dejes de probar el pan casero cocido en los hornos de las casas, está delicioso.
Si necesitas comprar algo para ayudar a la familia, puedes acudir a cualquiera de los mercados, donde encontrarás productos frescos y de ultramarinos.
◊ Boda saharaui.
Nuestra estancia no pudo acabar de mejor manera… nuestro niño nos preparó una auténtica boda saharaui!!!. No faltaron los bailes tradicionales de los invitados, la música, el pastel,… Mari Ángeles vistió la tradicional melfa blanca y negra de las novias y bisutería saharaui, y Javi, la tradicional darrá o túnica azul celeste.
Para leer más sobre el pueblo saharaui puedes consultar las siguientes entradas relacionadas:
♥ Celebración del Eid con los niños saharauis de Vacaciones en Paz.
♥ Visita Guiada Solidaria a Elche, a beneficio de los damnificados por las lluvias en el Sáhara Occidental.
♥ 2ª Visita Guiada Solidaria a Elche por el Sáhara.
Fuente : Datils & Tours
Tags : Sahara Occidental, campamentos refugiados, Tinduf, Tindouf, Frente Polisario, Vacaciones en Paz,
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