Sahara Occidental : Autodeterminación y represión

La política basada en los hechos consumados constituye una de las graves injusticias que se repiten a lo largo de la historia. En el caso del Sahara Occidental, la gravedad de esta anomalía sube en varios grados ya que el hecho consumado fue impuesto por Francia, una potencia mundial que dispone del derecho al veto en el Consejo de Seguridad.

Gracias al apoyo incondicional de París a Marruecos, las violaciones cometidas por este último contra la población saharaui y la MINURSO adquirieron, a causa de su continuidad en el tiempo, un caracter constante et duradero hasta el punto de poner en evidencia el fracaso de las tentativas onusinas para resolver el conflicto cuadragenario del Sáhara Occidental sobre la base de los parámetros de la legalidad internacional.

Tanto Francia como Marruecos jugaron con el factor del tiempo, un elemento susceptible de volverse contra ellos dada la determinación de los saharauis a hacer respetar sus legítimos derechos.

Si Francia, gracias a su derecho al veto, pudo conspirar contra las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui y el derecho internacional en nombre de intereses económicos y geopolíticos, no es menos cierto que fracasó en su intento de configurar la voluntad de los saharauis a causa de su apoyo a la represión que Marruecos practica contre la población saharaui en los territorios ocupados.

« Esta cosa que se llama ONU », como la calificó el presidente francés Charles De Gaulle, se ha convertido en un juguete entre las manos de potencias que intentan dar una nueva definición al principio de autodeterminación con el fin de hacer definitiva la ocupación marroquí. Sin embargo, la tentativa de estas potencias chocó contra su flagrante parcialidad en la cuestión de los derechos humanos.

Tanto Francia como Estados Unidos pretenden defender la autodeterminación del pueblo saharaui, un derecho que intentan introducir como parte constituyente de la proposición marroquí de autonomía. Pero autodeterminación y represión son dos elementos incompatibles que deben ser disociados si quieren convencer a los saharauis de su buena voluntad y de la de Marruecos. Elogiar la proposición marroquí mientras las porras hacen estragos y la represión es el pan de cada día para los saharauis es una prueba de la falta de seriedad por parte del Consejo de Seguridad y para la institución onusina en general. Es una realidad que pone en tela de juicio unas negociaciones acompañadas de tortura, asesinato y suplicio.

La solución preconizada por el Consejo de Seguridad no puede estar basada en el principio de autodeterminación ya que es una solución impuesta por la fuerza de la represión y no por libre elección.

Si autodeterminación es sinónimo de libertad de decisión, en el caso del Sáhara Occidental, París y Washington son los que deciden en detrimento del derecho internacional y de los derechos humanos más elementales. Una estrategia que podría tener serias repercusiones sobre la estabilidad de toda la región ya que lo que están haciendo, franceses y americanos, es empujar los saharauis a la guerra como única alternativa para arrebatar sus derechos.

Por lo tanto, el apoyo del Consejo de Seguridad al derecho de los saharauis a la autodeterminación siempre será visto como un embuste mientras la MINURSO ejerza sin prerrogativas para supervisar las violaciones de los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

Tags: Derechos humanos, Sáhara Occidental, Frente Polisario, ONU, Marruecos, autodeterminación, MINURSO,

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