El censo realizado por el militar español, pieza clave del plan de paz de la ONU
Ana Camacho
El País, 13 sep 1988
« Yo fui al Sáhara en 1974 con el mandato expreso del Gobierno español de preparar al pueblo saharaui para la independencia. Me engañaron entregándolo a Marruecos ». Quien así habla es el coronel español Luis Rodríguez de Viguri, de 75 años, que fue secretario general del Gobierno del territorio del Sáhara desde junio de 1974 hasta 1976. Los acuerdos tripartitos de Madrid y la marcha verde marroquí frustraron sus gestiones para una descolonización pacífica. Pero no todos sus esfuerzos fueron en vano. El censo de la población saharaui que el coronel puso en marcha con vistas al referéndum de autodeterminación se ha convertido, 14 años después, en una de las piezas claves del plan de paz la ONU.
El Gobierno español planeaba hacia 1974 el proceso de independencia de su colonia saharaui a través de la organización de un referéndum de autodeterminación. En junio de 1974, el coronel español Luis Rodríguez de Viguri se convirtió en el. máximo responsable de la política interior del territorio y de la puesta a punto de estos preparativos. La elaboración de un censo fiable de la población saharaui fue una de sus tareas prioritarias. « Desde los años cincuenta la Administración española había realizado con cierta periodicidad censos de la población saharaui », explica Rodríguez de Viguri. « Pero todos ellos, en total una decena, se habían hecho con un método muy simplista: los jefes de puesto, que eran militares españoles, preguntaban a los chej (jefes tribales) cuánta gente tenían bajo su jurisdicción; el recuento era el resultado de las sumas de estas comunicaciones verbales », continúa.Para Rodríguez de Viguri esto suponía un grave -error de concepto: « El pueblo de las nubes -nombre con el que se conocía a los saharauis por su continuo nomadeo a través del desierto, que los llevaba incluso hasta Níger en busca de las lluvias y pastos, para sus rebaños- prefería mantenerse alejado de la presencia de los administradores coloniales y de los centros habitados y tan sólo mantenía como nexo de comunicación con la civilización transistores de corto alcance ». Por tanto, según Rodríguez de Viguri, los anteriores recuentos sólo se habían centrado en los sectores sedentarizados, que en esos años de buenos pastos y lluvias habían sido minoritarios.
El militar español se puso manos a la obra para recuperar en su recuento a los nómadas, con una inversión metodológica basada en el principio de ir en busca del dato en lugar de esperar su paso. Preparó a 50 jóvenes sabarauis seleccionados entre los estudiantes de bachillerato como agentes censales. También elaboró un formulario escrito, de tipo familiar, en el que se tenían en cuenta las estructuras tradicionales saharauis. Así, por ejemplo, para que el encuestado no obviara el número de esclavos domésticos que., como es frecuente en las poblaciones musulmanas del Sahel, suelen tener a su servicio, se creó para ellos un epígrafe de « hijos adoptivos » o parientes pobres ».
La fase empírica del recuento se hizo utilizando vehículos todo terreno y un helicóptero que se encargaba de hacer un estudio previo del terreno y de localizar las jaimas de los nómadas a lo largo de una superficie de 275.000 kilómetros cuadrados. Tomando como base esos datos, los equipos se distribuían los itinerarios. Cada uno de aquéllos se componía de chófer, uno o dos agentes censales y un guardia territorial, que debía vencer las reticencias de los jóvenes que comenzaban a politizarse (el Frente Polisario tenía ya un año de vida) y de los ancianos jefes de familia, temerosos de que sus informaciones sirvieran para nuevas imposiciones fiscales.
« Los agentes censales iban equipados con los elementos de escritura necesarios, puesto que debían hacerse cargo de rellenarlos formularios », explica el militar español. « En una sociedad marcadamente patriarcal sólo los jefes de familia tenían autoridad para los datos que requerían los formularios, y ellos, a diferencia de los jóvenes, eran en su mayoría analfabetos », aclara. « El resultado final del censo de 1974 dio un total de 74.600 saharauis.
Una cifra bastante superior a la de los censos de 1950 y 1967- 1969, que habían dado 24.000 y 64.000 saharauis, respectivamente ».
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de septiembre de 1988
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Los interes de los monarcas tanto españoles como marroquíes han bastado para aniquilar una esperanza de los saharauis y frustran los esfuerzos de la gente de de buena voluntad de los cilonos