Dolor y gloria, la última joya del cine de Almodóvar

Ricard González Samaranch

A sus 69 años, hace tiempo que Pedro Almodóvar ha entrado en su madurez como persona y como director. Y esto se refleja claramente en la evolución de su obra. Atrás quedaron los días de sus películas más divertidas y extravagantes, como Mujeres al borde de un ataque de nervios o Todo sobre mi madre. Su última película, Dolor y gloria, que fue una de las principales atracciones de la edición 2019 del Festival de Cannes, es probablemente su película más sombría y nostálgica. Sin embargo, todavía quedan algunos rastros del cine que lo convirtieron en el director español vivo más aclamado, como algunos diálogos brillantes, los colores brillantes de algunos decorados o la estética de su fotografía.

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Una buena dosis de autobiografía

Aunque Almodóvar siempre ha llenado sus películas de historias personales, Dolor y Gloria es probablemente su película más autobiográfica. Y el cineasta original español no hace ningún esfuerzo por ocultarlo. El protagonista, Salvador Mallo, interpretado por la estrella de Hollywood Antonio Banderas, es un director español de edad avanzada, reconocido internacionalmente y que padece todo tipo de dolores y enfermedades que limitan su trabajo. Incluso el peinado y los gestos de Banderas recuerdan inevitablemente a los de Almodóvar. También es fácil reconocer algunos elementos de la biografía de Almodóvar en los flashbacks donde Mallo recuerda su infancia y juventud.

De hecho, muchos de esos flashbacks me parecen los momentos más interesantes de una película irregular, con demasiados altibajos. Por ejemplo, las historias de la infancia de Mallo y la atmósfera representada de la España de la posguerra son fascinantes. Otra estrella española de Hollywood querida por Almodóvar, Penélope Cruz, juega un papel convincente como la madre del pequeño Mallo, una mujer con un carácter fuerte que lucha para que ambos extremos se encuentren en una familia con un padre ausente. A través de los ojos del niño, descubrimos su temprana pasión por el cine en los antiguos cines al aire libre que olían a « jazmín y orina », y sus primeros instintos homosexuales. Por supuesto, Mallo, como Almodóvar, es gay.

Sin embargo, quizás las escenas más conmovedoras son los flashbacks más recientes: los de la relación del director con su difunta madre en los últimos días de si vida. La madre anciana es interpretada por Julieta Serrano, una reputada actriz española de teatro y cine. Y, de nuevo, hace un trabajo excelente. La relación de Almodóvar con su madre está presente en muchas de sus películas, y Dolor y Gloria parece ser su último testamento. En estos flashbacks, le cuenta que a sus amigos del pueblo les molesta la forma en que aparecen en sus películas, y que se sintió profundamente herida cuando decidió no llevarla consigo a Madrid. « Yo te habría cuidado…. Y habría soportado las cosas que no me gustaban, como he hecho con tantas durante toda mi vida », le dice a un afligido Mallo, que se pregunta si ha sido un mal hijo sólo por su orientación.

Por el contrario, el punto más débil de la película es la trama que ocurre en la actualidad. El « dolor » que sufre el director, que incluso está presente en el título, parece un poco exagerado. En una de las escenas introductorias, se presenta al público una larga, muy larga, lista de enfermedades y dolencias que atormentan al protagonista. ¡De hecho, parece que sufre de casi todo tipo de enfermedades! Las escenas en las que Mallo se queja de sus diversos dolores, va al médico, etc., son un poco reiterativas y no aportan mucho a la película. A través de la experiencia personal o la de nuestros seres queridos, todos conocemos muy bien los problemas de la vejez…

Performancia controversial

Y este tema nos lleva a uno de los aspectos más controvertidos de la película: la actuación de Bandera. El actor recibió el premio al mejor actor en el festival de Cannes y ha sido elogiado con entusiasmo por algunos críticos… y criticado por otros. Desde mi punto de vista, la actuación de Bandera sufre los mismos males que su personaje: cierta exageración. A veces, los gestos del actor parecen falsos. Al menos, para mí. O tal vez es sólo que tengo problemas para imaginarme a Banderas siendo Almodóvar…

En cualquier caso, no cabe duda de que Dolor y gloria representa una interesante evolución de la obra de Almodóvar, y merece ser vista, sobre todo si eres un fan de sus películas. No lo incluiría entre sus mejores películas, pero es mucho mejor que otras en las que el director intentó sin éxito explorar una nueva versión de su cine, como La mala educación o Los Amantes pasajeros.

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Fuente : Tlaxcala, 13 jul 2019

Tags: Almodóvar, cine, Dolor y gloria,

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