Crstina Martínez Benítez de Lugo.-
Hussein Bachir entró en la sala ataviado con su darrá, entonando cánticos por la liberación saharaui. Sonreía, mostrando seguridad. Pero buscaba con los ojos a su familia. Por fin dejaron entrar a su madre y su hermana.
Le llaman al estrado. Se acercan los abogados. Él, empeñado en mirar para atrás como si quisiese compartir con ellas lo que sucedía. El policía que estaba a su lado le giraba el cuerpo para que estuviera a lo que había que estar.
Y lo que sucedía allí es que, por cuarta vez, el 16 de julio de 2019 la Sala de lo Penal de Marrakech aplazaba sin motivo el juicio a este saharaui que intentó pedir asilo político en España y que España entregó a Marruecos en enero de este año. Desde entonces está encarcelado.
Hussein Bachir pertenece al grupo Compañeros de El Ouali, un grupo de universitarios saharauis que denuncian la ocupación del Sahara Occidental en sus universidades de Agadir y Marrakech. Fueron acusados y condenados por el homicidio de Omar Khalek en enero de 2016. Ahora le toca a él.
Aplazamiento, pues, hasta la semana siguiente, el martes 23 de julio. El tono de las tres personas del tribunal y de los abogados no mostraba estupor, no se detectaba una discusión. Todo en un orden natural. Tanto que yo pensé que le habían liberado. Pero no.
Los motivos que tradujo mi compañero de observación eran que no estaba el abogado de la parte civil de la víctima. La parte civil en un juicio penal es la que trata el tema de la responsabilidad civil derivada de una condena penal. En Marruecos participan en el juicio penal. Así que si no van, es cosa suya. Ya se ha suspendido este juicio en otras ocasiones por no presentarse el abogado o la familia.
Otros dos motivos estupendos eran que el tribunal no disponía de la sentencia en apelación del grupo Compañeros de El Ouali, ni de la autopsia de la víctima. Todo muy normal. Eso denotaban sus semblantes.
La pregunta es: si el tribunal necesitaba la autopsia del difunto y la sentencia en apelación a los Compañeros de El Ouali, se las tenía que haber leído antes del juicio y las tenía que haber echado de menos antes. Antes de este cuarto intento de juicio y antes del primero.
Esa documentación está en la sede del Palacio de Justicia. No hay más que cogerla.
Los tres aplazamientos anteriores fueron por motivos parecidos si no iguales. ¿Por qué se aplazan los juicios una y otra vez por el mismo motivo sin poner solución? Esto nos lleva a una espiral de indefensión. Hussein se puede tirar toda la vida en prisión preventiva porque cada vez que se llega al juicio el tribunal no dispone de la autopsia, y no dispone de la autopsia porque no ha alargado el brazo para cogerla. Así una y otra vez; ya van cuatro. En el juicio a los Compañeros de El Ouali hubo 12 aplazamientos.
Mantener a una persona en la cárcel sin sentencia, prolongando su sufrimiento gratuitamente, es mucha crueldad. ¿Qué pasará en el próximo juicio, el día 23? ¿Habrá recibido el tribunal la autopsia? ¿Se volverá a aplazar el juicio porque ya la tiene pero no se la ha leído? ¿Se ausentará la familia de la víctima?
La justicia marroquí parece estar instalada en el “día de la marmota”. Como en la película de Harold Ramis, protagonizada por Bill Murray, se pueden repetir una y otra vez situaciones que deberían modificar el resultado. Pero todo vuelve a empezar de cero.
Y planea amargamente la sombra del Gobierno español en todo este despropósito. Hussein huyó en patera a Canarias donde manifestó ante el juez su intención de pedir asilo político. No le facilitaron esa posibilidad y lo mandaron para Marruecos, infringiendo la legalidad y la ética. España, culpable.
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