Sahara Occidental : Al movimiento « Saharauis por la paz » se le fue la estrategia por los suelos

En tan poco espacio de tiempo que pronto está rodando por el suelo la estrategia del pequeño grupo de renegados saharauis que hace apenas unos meses pretendían suplantar y usurpar la legitimidad del Frente Polisario, con celebración de congreso constituyente incluido, y el saludo de bienvenida por parte de Rodríguez Zapatero. Es verdad que el desarrollo y precipitación de los últimos acontecimientos, ruptura del alto el fuego y el reconocimiento de Trump de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental lo ha desenmascarado por completo y hecho desaparecer a la misma velocidad con la que apareció. Una vez más se cumple la famosa y cierta premisa de que el cobarde cuando la lucha es larga y a muerte siempre traiciona y el valiente permanece fiel a sus principios hasta la victoria final. 

Este grupo fantasma formado por resentidos, algunos de ellos formaron parte en su momento de la dirección del Frente Polisario, tenía como principal encargo la aceptación y defensa de la llamada « tercera vía » como solución definitiva del conflicto con el fin de enterrar la justa y legítima aspiración del Pueblo Saharaui a su independencia, esto no lo digo yo, lo sugieren ellos mismos en sus manifiestos. 
Os suena a algo la coletilla que viene figurando en las últimas resoluciones del Consejo de Seguridad de NNUU que dice: « La búsqueda de una solución realista », que sustituía intencionadamente a la que venía siendo tradicional y ajustada a derecho, « Una solución que garantice el derecho al ejercicio de la libre determinación del Pueblo Saharaui mediante la celebración de un referéndum? ». Pues bien, esa llamada solución » realista » que el Consejo de Seguridad nunca se atrevía a definir en qué consistía con el fin de no descubrir tan pronto sus cartas, aunque se podía interpretar perfectamente a la vista de quién venía redactando el texto, EEUU, para su presentación y debate en el Consejo de Seguridad por parte de los países miembros, pues no significaba otra cosa que la concesión de una autonomía para el territorio en el marco de la soberanía marroquí que es la única propuesta de solución que está dispuesta a aceptar el reino de Marruecos en clara intención de negar que el contencioso del Sáhara Occidental es un proceso de descolonización inconcluso que se encuentra contemplado como tal en el dossier de NNUU desde el año 1964, con la pretensión de que en su lugar el conflicto fuera tratado como una cuestión de descentralizacion interna de Marruecos que permitiera sacar el problema del contexto internacional en el que viene siendo tratado y forzar que fuera abordado en otra mesa de negociación al margen de NNUU. Sería la jugada perfecta para sus intereres si no estuviera la legalidad internacional por medio diciendo otra cosa distinta. 
Ahora bien, para que esa propuesta pudiera ser aceptada como solución en esos términos concretos, ya que las resoluciones imponen la obligación de que debe ser mutuamente aceptada por las partes, se necesitaría para ello que contara con la aceptación del Pueblo Saharaui, cuestión que por razones obvias siempre contaría con el rechazo de su único y legítimo representante, el Frente Polisario. Pero para garantizar el éxito de esta perversa maniobra tanto Marruecos como sus principales aliados, EEUU, Francia y España necesitaban de una estrategia que consistía en intentar desposeer al Frente Polisario de su condición de único y legítimo representante del Pueblo Saharaui dando carácter de interlocucion y legitimidad ante la Comunidad Internacional a otros supuestos interlocutores « saharauis », unos de los territorios ocupados que ya vienen colaborando con el régimen de ocupación desde hace mucho tiempo, y otros de renegados provenientes de los propios campamentos de refugiados, que estuvieran todos ellos unidos en torno a la línea de aceptar negociar acerca de una solución más « realista » distinta a la opción de la independencia, pero para ello era indispensable e imprescindible intentar romper el Movimiento de Liberación Nacional con el fin de debilitarlo y de esa forma dividir a la población saharaui para forzarla a optar por esa opción concreta. 
Por lo anteriormente expuesto, sería de ingenuos pensar que la proclamación de Trump relativa al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental partió de una ocurrencia inmediata y no de una estrategia que se venía fraguando desde hace bastante tiempo tanto con Israel, principal benefactor del trueque, como posiblemente con el beneplácito de algunos otros países aliados que de momento no se han atrevido a salir a la palestra a la espera de la determinación que sobre el asunto tome la próxima Administración de EEUU. Es verdad que para que esta mala jugada de poker pudiera salir adelante necesitaban la cobertura de un comodin « saharaui » que ya se encargaría Marruecos de comprar a golpe de talonario como viene haciendo de manera habitual con todo aquel que quiera vender su alma al demonio para defender sus intereses. 
La realidad de la demostración de esta estrategia la ha corroborado el propio Trump como justificación a su decisión cuando manifestó muy claramente que la única solución « realista » al conflicto del Sáhara Occidental pasa por la negociación acerca de la propuesta de autonomía ofrecida por Marruecos. No dijo esto mismo Zapatero con anterioridad en el programa Al Rojo Vivo de la Sexta?. En nombre de quién o quienes estaba manifestando eso? Pienso que no es preciso tener muchas luces para suponerlo. 
Aunque es verdad que la estrategia se les ha venido abajo cuando Marruecos, en un error de cálculo, y poseído por la soberbia, dio al traste con la hoja de ruta planificada cuando decidió intervenir militarmente para disolver la concentración pacífica de civiles saharauis que habían decidido cerrar el tráfico de mercancías en el ilegal paso de El Guerguerat, lo que propició la ruptura del alto el fuego y la posterior declaración de guerra por parte de la República Árabe Saharaui Democrática, y que constituyó una sorpresa inesperada para el régimen marroquí acostumbrado a violar con total impunidad todos los acuerdos establecidos en el Plan de Arreglo, y otros, con la complicidad manifiesta de la MINURSO. 
Es verdad que la ruptura del alto el fuego, el final del mandato de Trump procediendo en sus últimos estertores a la violación flagrante de la legalidad internacional lo que ha conseguido es unir mucho más al Pueblo Saharaui en torno a la consecución de sus objetivos estratégicos y reafirmar su total confianza en el Frente Polisario y su Ejército de Liberación Popular Saharaui hasta la victoria final. 
Alberto Suárez Montiel
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