El rey de la droga

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Increíble, alucinante: Marruecos produce el 80% de la resina de cannabis que se consume en el mundo. Y el 23% del PIB del reino proviene de la explotación de este maldito veneno.
No es cualquier ONG la que lo dice. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), muy seria, lo revela en su informe anual.
Oímos hablar de Colombia y de Pablo Escobar con su cártel de Cali, o del cártel de Medellín. Se señala con el dedo a ciertos países latinoamericanos, acusados de envenenar el planeta.
Pero Marruecos nunca ha sido señalado como un gran narcoestado. Sin embargo, sus redes de tráfico se han extendido al Magreb, a Oriente Medio y, sobre todo, a Europa Occidental, que es un mercado floreciente. Para el palacio real, Argelia es el objetivo preferido. La monarquía alauita tiene una cuenta pendiente con Argelia desde la resistencia del emir Abdelkader a la colonización francesa.
Hoy en día, vierte enormes cantidades de su cannabis en el mercado argelino. Espera envenenar el cuerpo social argelino para aniquilar toda resistencia y así destruirlo lentamente. Para ello toma el ejemplo de Inglaterra, que en el siglo XIX inició una « guerra del opio » contra China, convirtiendo a los chinos en adictos al opio y ocupando luego fácilmente su país.
Sin embargo, Marruecos, a pesar de sus crímenes contra la juventud árabe y europea, nunca ha sido señalado, nunca ha sido llevado al banquillo de los acusados, nunca ha sido sancionado ni sometido a embargo. Hay que decir que está bien protegido. Se ha convertido en un paraíso para todos los ricos y, sobre todo, para los políticos en busca de todo tipo de placeres.
Incluso la impunidad está garantizada. El rey Mohamed VI indultó a un rico español condenado a 20 años de cárcel por violar a niños cuya única riqueza era su miseria.
Por si fuera poco, Rabat acaba de legalizar el consumo de cannabis. Espera que esto haga más atractivo el país. Pero este atractivo no se dirige a cualquiera.
Y para hacer creer que Marruecos es un Estado de Derecho, la justicia de Su Majestad no duda en ser extremadamente severa con los ciudadanos del tercer mundo, incluidos y especialmente los marroquíes que se atreven a rebelarse contra el orden establecido.
Sin duda, es gracias a las drogas que el palacio real vive en un escandaloso esplendor junto a la más sórdida miseria. Los ciudadanos marroquíes probablemente ignoran que el presupuesto anual destinado a los gastos del rey es 11 veces superior al del rey de España y 8 veces al de la reina de Inglaterra.
¿Quién puede superar eso? En este país donde el monarca se llama a sí mismo « Amir El Mouminine ». En Marruecos, las drogas conducen a todo tipo de extravagancias y excesos. En eso consiste la gestión « al estilo árabe ».

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