Los tres funcionarios corruptos de la ONU en Ginebra |
Como de costumbre, el Secretario General de la ONU, trató de jugar un papel de equilibrista en su informe sobre el Sáhara Occidental. En detrimento de la legalidad internacional. Sintiendo la espada de Francia sobre su cuello, Ban Ki-moon, ha sido muy indulgente con Marruecos hasta el punto de hacerle elogios por unos presuntos progresos en materia de derechos humanos.
En lugar de pedir que las prerrogativas de la MINURSO sean extendidas al control de la situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental y los campamentos de refugiados saharauis en Argelia, Ban propuso que se confíe esta misión al Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Es decir que este organismo cuya sede se encuentra en Ginebra envíe regularmente emisarios y delegaciones para informar sobre la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental y en Tinduf. El mismísimo organismo citado en varias ocasiones en los documentos secretos de la diplomacia marroquí y ha sido infiltrado por el ex embajador de Marruecos en Ginebra, Omar Hilale, según las revelaciones hechas por el hacker francés Chris Coleman.
Recuerde, Omar Hilale fue promovido embajador de Marruecos en la ONU tras haber demostrado grandes aptitudes en el arte de corromper a los funcionarios onusinos. En el seno del ACNUDH, se había comprado los servicios de Anders KOMPASS, Director de Operaciones de Campo en el ACNUDH y Bacre Waly Ndiaye, Director de la División de los órganos de tratados del ACNUDH, mientras que en el ACNUR se pagó los servicios de Sultan Athar Khan, director del Gabinete del jefe del ACNUR, Antonio Guterres.
En su informe, Ban Ki-moon, en lugar de condenar las prácticas de sus funcionarios, manda los saharauis a sus instituciones corruptas de Ginebra que no tienen ninguna credibilidad para los saharauis. Esto significa que los derechos humanos en el Sáhara Occidental seguirán siendo objeto de abusos.
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