Miruca Falcón (15/10/2011)

Hacía tiempo que los fieles a la causa saharaui le seguíamos la pista muy de cerca y estábamos atentos a todo lo que dijese o hiciese en relación con Marruecos. Reconozco que le teníamos ganas. Su tristemente famosa defensa de una “neutralidad activa” en el conflicto del Sáhara, continua siendo un eufemismo inaceptable que solo puede convencer a los que no conocen el tema a fondo y se dejan embaucar por tipos como él, amparado por un cierto pedigrí de “linaje diplomático”. Desde las filas saharauis hemos echado en falta que defendiese con determinación la opción de la independencia en un referéndum libre, pero él solo habla de “una solución justa y duradera y aceptada por ambas partes” ¿A qué solución justa y duradera se refiere usted? De Arístegui nunca ha querido contestar claro, siempre se ha quedado en el eufemismo intentando convencernos de que Marruecos es un buenazo, un pedazo de país con el que, incluso ha llegado a decir, que España está en deuda.
Parece ser que tamaño dislate, unido a otros tropiezos en su partido le han puesto en su sitio, es decir fuera de las listas. Esperemos que cuando el PP llegue a la Moncloa esté también fuera de la lista de embajadores en Marruecos o en la ONU. Incluso, es posible que los marroquíes se alejen de él, cual apestado, al igual que hicieron al votar contra Moratinos cuando éste pretendía la presidencia de la FAO. A este respecto, ya sabemos que hay muchos países que después de utilizara sus abanderados, les abandonan. En lo que respecta a favor de Marruecos y su ocupación ilegal del Sáhara, De Arístegui ha trabajado de lo lindo.
Esperemos que a partir de ahora, fuera de las listas, se dedique a otra cosa, pues capacidad y experiencia no le faltan, pero eso sí, que lo haga bien lejos de los saharauis y sin emplear más eufemismos contra las legítimas aspiraciones de éstos.
Espacios Europeos, 15/10/2011
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