La traición del 88 hizo renacer el tribalismo en la sociedad saharaui

El Martir El Uali Mustafa Sayed, primer dirigente y fundador del Polisario declaro ante una selección de cuadros saharauis que “el tribalismo es una mina que se encuentra bajo los pies del pueblo saharaui y puede estallar en cualquier momento”. Por esa razón, el Frente Polisario lucho contra todo tipo de manifestaciones del tribalismo.
Sin embargo, un grupo de altos dirigentes del movimiento no vacilaron en hacer estallar esta mina para realizar objetivos puramente egoístas. 
Omar Hadrami tenía fuertes contradicciones con Bachir Mustafa Sayed. Le tenía un odio sin igual. En su afán de derrocar a Bachir, elaboro un minucioso plan con el que logro engatusar a Abdelkader Taleb Omar, Mansur Omar y Mohamed Salek Uld Salek, todos ministros en aquel entonces. Presentaron su dimisión colectiva para protestar contra el “comportamiento” y el “despotismo” de Bachir. La dirección del Polisario se negó a alejar a Bachir de los círculos del poder. Hadrami, Kader, Mansur y Mohamed Salem deciden pasar al plan B: lloriquear en las jaimas de las familias que pertenecen a su tribu para empujarlas a que se manifiesten contra la dirección del Polisario.
Hadrami, desde su puesto de director de los servicios de seguridad saharauis, conocía todos los pormenores de la situación social, política y psicológica de los refugiados. Conocía los puntos débiles de la población y del movimiento saharaui. Son factores esenciales que pondrá en práctica para asegurar pleno éxito de su plan. 
Sabía que muchas familias estaban dolidas por el hecho de haber perdidos varios hijos en los 13 años de guerra contra Marruecos. Hadrami pertenece a Leboihat, una fracción de la tribu de Erguibat. Sabe que son una mayoría en el censo español y son numerosos en la población de refugiados. Sabe que perdieron a muchos hijos en la guerra. “Los Foqra y Thalat mandan a sus hijos a estudiar en el extranjero mientras que los vuestros son utilizados como carne de cañón”, les dirá Hadrami para movilizarlos. Tal declaración proveniente de un alto cuadro que desde hace años los visita y finge preocuparse por ellos no pasa desapercibida. 
Abdelkader, Mansur y Uld Salek, para movilizar a los miembros de su tribu recurren a otro argumento: ”Los Erguibat monopolizan el poder en el Polisario y reprimen a las otras tribus”. “Ahora nos quieren alejar porque intentamos luchar contra esta anomalía”, añaden. Algunos errores cometidos por el Polisario en el pasado hacen estos argumentos muy plausibles. 
La camarilla de la rebelión establece su “estado mayor” en la wilaya de Auserd. Hadrami en Zug, Kader y los otros en Aguënit. Los dos bandos se conciertan y deciden el dia D. Familias de Leboihat, de Ulad Dleim y Ulad Tidrarin se manifiestan simultáneamente en las cuatro wilayas. “Queremos que la dirección se reconcilie”, reclaman.
Hadrami, Kader, Mansur, Hamdi Barray y Ula Salek son encarcelados durante un par de semanas. La dirección del Polisario los contacto varias veces para una reconciliación sin condiciones pevias. Acabaron aceptando. Hadrami fue nombrado representante en Washington. Desde ahí, se ira, pocos días después, a Marruecos.
Desde entonces, hablar de la pertenencia tribal ya no es ningún tabú. Para acabar con el mito del poderío de Erguibat, la dirección del Polisario se convirtió en un conglomerado de representantes de cada tribu, de las más pequeña a las más grande. 
Con la resurrección del tribalismo nació un sinfín de problemas que no mencionaré pero que cada saharaui conoce detalladamente. 
La fuga de Hadrami permitió a Marruecos bloquear el referéndum mediante la ampliación del cuerpo electoral. Los acontecimientos del 88 afectaron a la moral general de la población tanto en los campamentos de refugiados como en los territorios ocupados. 
La mayoría de la opinión pública saharaui achaca nuestros fracasos a la traición del 88 que destruyo la unidad que constituía el factor de fuerza en nuestra lucha de liberación nacional.
Como dijo el difunto El Uali, “el tribalista deja a la tribu viviendo en condiciones precarias después de haberla utilizado para realizar sus intereses personales”.
Hadrami ejerce, actualmente, de gobernador de Guelmim-Smara. Kader es Primer Ministro desde hace mas de dos décadas. Mansur recibe más de 10.000 dólares al mes para acomodar su familia en España. 
Uld Salek tiene bajo sus manos todo el presupuesto de la política exterior saharaui. Una parte de su famila vive en Barcelone lejos de los problemas del exilio. Y el ciudadano simple vive en la precariedad.

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