De nuevo, la cita de abril se vuelve como una pesadilla para el reino encantado de Mohamed VI, rey de Marruecos. La lucha del pueblo saharaui acaba de asestarle un duro golpe que no va a olvidar pronto.
De nuevo, Mohamed VI et su corte de villanos se despiertan de una noche agitada en el Consejo de Seguridad donde el informe del Secretario General de la ONU les recordó su estatuto de colonizadores y su política de represión.
« El Sahara Occidental está inscrito desde 1963 en la lista de territorios que deben ser descolonizados” y sus recursos naturales, hoy muy codiciados, deben ser explotados con justicia respecto a la población local.
Dura fue la caída de Mohamed VI en una semana que recuerda al Día de los Inocentes celebrada el Primero de Abril. Tan dura que el reyezuelo de Marruecos recurrió a la escalada para dar una razón para intervenir a Francia para la cual Marruecos es una “amante” poco o nada amada “pero que debemos defender” según las palabras de la persona a la que corresponde, desde hace años, la misión de “corregir” el contenido del informe de un norcoreano que demostró integridad, perseverancia y determinación para resolver la cuestión del Sahara Occidental sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas.
Este año, Marruecos fue salvado, otra vez, por Francia, pero la historia todavía no ha acabado. La lucha del pueblo saharaui es de largo aliento. Cuatro décadas de resistencia lo demuestran. El que apuesta sobre la injusticia está condenado a perder. Más vale, ahora, rendirse a las evidencias. El pueblo saharaui beneficia del apoyo de todo un continente. El apoyo de la Unión Africana a las proposiciones de Ban Ki-moon demuestra que Marruecos no tiene más que a Francia de su lado. Pero no por mucho tiempo.
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