Catégorie : Sahara Occidental

  • El Uali, el niño de 15 años que, a su llegada, pesaba 26 kg y usaba la talla 7

    En el marco del programa « Vacaciones en Paz », Carolina Pellejeros recibió a El Uali, un niño de 15 años que al llegar, sólo pesaba 26 kg y utilizaba la talla 7 para sus vestidos. A simple vista, parece que tiene 7 años.

    Según la señora Pellejeros, en 10 días ha recuperado ya 3 kg y va mejorando.

    El Uali pasó sus veranos en Madrid y en noviembre de 2018 cuando ya no tenía más opción de vacaciones cayó víctima de una diabetes de tipo 1.

    « Por una petición del Ministerio, dice Pellejeros, ha venido a pasar el verano a ver si le podemos ajustar el azúcar. Una máquina para medir… que hace daño solo verla. Una insulina mezcla que aquí se utilizaba hace 20 años… Vamos a intentar cambiar método, insulina, llevar un control y que se vaya de aquí mucho mejor ». Gracias al noble corazón y generosidad de esta dama que como otras muchas permiten a estos niños ver el horizonte con una perspectiva más optimista.

    Tags : Sahara Occidental, vacaciones en paz, niños saharauis, refugiados, Tindouf,

  • Radio Almaina : Especial sobre « Vacaciones en Paz 2019 »

    Especial sobre el Sahara Occidental y el programa « Vacaciones en Paz »

    Nuestro programa de hoy esta dedicado especialmente al pueblo saharaui y a sus jóvenes que tienen la ocasión de venir en verano a pasar sus vacaciones aquí en nuestro país. “Vacaciones en paz” es un programa que lleva 40 años haciendo posible que las niñas y niños saharauis pasen los meses de julio y agosto en España lejos del calor y la arena.

    Charlamos con Sarai, coordinadora de una de las asociaciones de aqui de Valencia, con Ines y Paco, dos familias de acogida, y con Ahmed, Nadifa, Jaled y Mohamed.

    Aprovechamos para recomendar el documental “Atu, el rostro de un pueblo olvidado” de Alberto Pla que se estrena hoy en Valencia y la película documental “Hamada” de Eloy Domínguez Serén.

    Complementamos con la entrevista en diferido a Cristina Martinez del Observatorio de Recursos Naturales del Sahara Occidental, una reflexión más política sobre el conflicto, sobre los tratados de pesca, los presos políticos y los juicios a periodistas…

    Terminamos con el audio que, tal y como nos dijeron en el anterior programa la gente de Caravana Sur, nos envían desde Bilbao.

    MÚSICA

    1. Woody Guthrie – This land is your land

    2. Khaled – Aicha

    3. Balti & Hamouda – Ya Lili

    4. Tiiw Tiiw – Hasta luego

    Fuente : Radio Almaina, 16 jul 2019

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, niños saharauis, vacaciones en paz, refugiados, Tindouf,

  • Smara : Anciano golpeado por un policía marroquí por manifestar alegría por la clasificación de la selección argelina

    El domingo por la noche, centenas de saharauis embistieron las calles de la ciudad de El Aaiun, la capital del Sahara Occidental ocupada por Marruecos coreando el slogan favorito de los hinchas argelinos : « One, two, three, viva l’Algérie ! »

    Varias manifestaciones de júbilo tuvieron lugar en todas las ciudades ocupadas de la RASD cuando la selección argelina ganó el partido contra Costa de Marfil y que llevaría el equipo argelino a la final que se disputará este viernes contra « Los Elefantes » del Senegal.

    En Smara, Mohamed Fadli, un anciano saharaui fue brutalmente agredido por un policía marroquí por la simple razón de haberse alegrado de la victoria del país aliado del pueblo saharaui y que lleva más de 45 años defendiendo su derecho legítimo a la autodeterminación e independencia.

    Ante la gravedad del hecho, el gobernador de la ocupación marroquí, el llamado Mohamed Fadli, se vió en la obligación de presentarse en casa del anciano agredido para pedir disculpas en nombre de las autoridades de ocupación.

    Tags : Sahara Occidental, marruecos, represión, Mohamed Fadli,

  • Cuando Madrid culpaba de los incidentes de Zemla al temor de los saharauis a que España les entregue al anexionismo marroquí

    El Gobierno colonial culpa de los incidentes de Zemla al temor de los saharauis a que España les entregue al anexionismo marroquí

    DOCUMENTO: Informe del Gobierno colonial del 22 de octubre de 1970

    Cuatro meses después de haber tenido lugar los incidentes de Zemla, los responsables de la seguridad del Gobierno colonial elaboran un amplio informe para explicar a sus superiores en Madrid las causas de la gestación del partido creado por Bassiri y el estallido de los disturbios. En este material se incluye documentación relativa a los años 1968, 1969 y 1970 con la que se pretende demostrar que las actividades del partido clandestino no les cogieron de sorpresa y que, por el contrario, estuvieron en todo momento al tanto de los movimientos del líder saharaui.

    Para los responsables de seguridad españoles en el Sáhara la principal causa del descontento saharaui es la inquietud de la población saharaui ante la posibilidad de que España vuelva a ceder a las presiones del anexionsimo marroquí y repita la jugada con la que en 1958 entregó Tarfaya a Marruecos.

    Fuente : Sahara Occidental, España, Marruecos, 17 de junio 1970, sublevación de Zemla, Mohamed Sidi Brahim Basiri, colonialismo,

  • « Una cárcel que tiene preso a un país entero »

    Marruecos construyó en Sahara Occidental el muro militar más grande del mundo. Por Eugenio G. Delgado desde Tinduf (Argelia) Con 2.720 kilómetros, la barrera que separa en Sahara Occidental las zonas ocupadas por Marruecos y las liberadas por el Frente Polisario, representa el muro militar en uso más largo del mundo y el segundo de todos los existentes, solo por detrás de la Muralla China. Desde la distancia de seguridad obligatoria de cinco kilómetros, impuesta por un campo repleto de minas, el muro que separa las zonas liberadas de las ocupadas de Sahara Occidental –el único territorio de África aún sin descolonizar, y cuya potencia administradora reconocida internacionalmente continúa siendo España– solo parece un gran montículo de arena en medio del desierto. Sin embargo, con unos prismáticos o un teleobjetivo se puede ver a los soldados marroquíes y sus puestos de vigilancia. Este muro militar, desconocido y silenciado, es el que cuenta con mayor longitud del mundo en uso, con 2.720 kilómetros, y es el segundo más largo del planeta, solo por detrás de la Gran Muralla china (21.196 km). En una época en la que el actual presidente de EE. UU., Donald Trump, ha puesto tan de moda los muros con su deseo de continuar el que ya existe entre su país y México –con una longitud de 1.123 km–, hay que señalar, por comparar y por situar en su justa medida el que divide Sahara Occidental, que la barrera israelí en la Cisjordania palestina mide 819 kilómetros; el muro que se levanta entre Pakistán e India es de unos 750; el que divide las dos Coreas mide 248 kilómetros; 12 tiene la valla de Melilla; y 8 la de Ceuta. El histórico Muro de Berlín alcanzó 155 kilómetros. El muro de Sahara Occidental no es una construcción lineal, sino una sucesión de seis barreras construidas entre 1980 y 1987, en plena guerra entre el Frente Polisario y Marruecos, después de la ocupación alauita –con la Marcha Verde, en 1975–, y de la retirada definitiva de España de su provincia número 53, un año después.

    Una idea de Israel
    «Cuando Mauritania abandonó el conflicto en 1979, el Frente Polisario había conseguido recuperar el 80 % del territorio saharaui y teníamos que concentrarnos únicamente en un enemigo: Marruecos. En 1980 solo estaba bajo su dominio lo que Hassan II llamaba «el triángulo útil», formado por El Aaiún, por la pesca; Bu Craa, por los fosfatos, y Esmara, más el punto de Dajla, al sur, también de una riqueza pesquera enorme. Además, el Ejército saharaui realizaba incursiones en el sur de Marruecos. Como veían que iban a perder esta guerra de guerrillas de desgaste, unos asesores militares israelíes aconsejaron a Hassan II que pasara de la táctica ofensiva a la defensiva y que construyera el muro. El régimen marroquí es el régimen árabe más cercano a Israel de toda la historia, y muchos judíos marroquíes viven en este país, lo que explica esta relación tan cercana. Por ejemplo, el promotor de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel en la guerra de los 70 fue ­Hassan II» –Casablanca acogió en marzo de 1979 la firma de dicho acuerdo, que puso fin al estado de guerra en el que vivieron ambos durante más de 30 años–, asegura Mohamed Uleida, militar y ahora director del Museo Nacional de la Resistencia, situado en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf ­(Argelia).

    Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma juvenil Gritos contra el muro marroquí, añade otro detalle: «La ex ministra de Cultura francesa, y ahora directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, es judía marroquí, su familia proviene de ­Essaouira y su padre, André Azoulay, ha sido consejero de los reyes de Marruecos Hassan II y Mohammed VI. Por eso, la UNESCO no reconoce la cultura saharaui ni la protege del exterminio en los territorios ocupados. La idea de construir el muro fue de Israel, desde luego, pero apoyada por la técnica e ingeniería francesa y estadounidense, y económicamente sustentada por Emiratos Árabes, Arabia Saudí y el resto de monarquías del Golfo. No se sabe cuánto costó construirlo, pero sí que durante la guerra, Marruecos se gastaba casi un millón de euros diario solamente en mantenerlo».

    Esta plataforma organiza visitas al muro cada dos meses, más dos grandes concentraciones en Semana Santa y Navidad. Instalan una jaima gigantesca enfrente de él en su parte norte, realizan actividades culturales e informativas y, en definitiva, son los que más se acercan al «muro de la vergüenza», como ellos lo definen. Su objetivo es visibilizarlo internacionalmente, concienciar a los jóvenes saharauis sobre su existencia, y «recordar a los soldados marroquíes que hay gente dueña de esta tierra que sigue reclamándola, que no se apague la llama de la lucha».

    ¿Cómo es el muro?

    Chagaf describe físicamente el muro marroquí: «Delante de él se extiende una amplia franja minada. Luego, una alambrada. A continuación unas trincheras, seguidas de una pared que, dependiendo del lugar, es de piedra, adobe o arena, y que mide entre uno y tres metros, donde se encuentran más de 150.000 soldados marroquíes. Detrás de este ejército, hay una trinchera de dos metros, porque el Frente Polisario tiene unos tanques que pueden superar obstáculos de 1,5 metros. Encima de la construcción están los radares y las ametralladoras. Y, por último, en la retaguardia disponen de unidades pesadas como tanques, carros de combate blindados o ­morteros».

    «Mantener todo eso cuesta hoy 3,5 millones de euros diarios, ya que cada cinco kilómetros hay una base con dos puestos de vigilancia, a derecha e izquierda, con radares que tienen una cobertura de 60 kilómetros a la redonda, y entre cada una de estas bases, otra sub-base militar, además de 240 baterías de artillería pesada y 20.000 kilómetros de alambrada de espino. El dinero que se gastan los marroquíes en el muro viene de tres fuentes principales: la primera, de la ayuda generosa de los saudíes y las monarquías del Golfo; la segunda, de lo que se está expoliando de territorio saharaui, ya que los ingresos que genera el fosfato que utiliza EE. UU. y el pescado que comen los europeos acaban en este muro; y la tercera, los millones de euros que da la UE a Marruecos, bajo el pretexto de combatir la inmigración ilegal», subraya el soldado Mohamed Uleida.

    Ni la embajada de Marruecos en España, ni el Consejo Real Consultivo para los Asuntos de Sahara, contactados para conocer su opinión sobre el muro, han ofrecido respuesta alguna sobre esta instalación.

    Según la Campaña Internacional para la Prohibición de la Minas Antipersona (ICBL, por sus siglas en inglés), red mundial que engloba a 70 países y que trabaja para la prohibición de este tipo de explosivo y de las bombas de racimo, Sahara Occidental es una de las diez zonas más minadas del mundo.

    La iniciativa internacional Together to Remove the Wall (Juntos para retirar el muro) estima que, a lo largo de esta fortificación, hay más de 7 millones de minas. «No se puede calcular con exactitud el número total de minas que hay, porque también existen muchas en las zonas ocupadas y Marruecos no deja entrar allí a los organismos internacionales. Únicamente se puede estimar el número que hay en el muro, que se sitúa entre 7 y 10 millones de minas de diferentes tipos: ­antitanque, antipersona, restos de obuses sin explotar y bombas de racimo, de fragmentación, resultado estas últimas, de los bombardeos aéreos. En el resto del territorio no se puede concretar con exactitud, pero hay estimaciones que elevan la cifra hasta los 40 millones», comenta ­Malainin Mohamed Brahim, director de la Oficina Saharaui de Acción contra las Minas (SMACO, por sus siglas en inglés). A principios de 2019, el Frente Polisario destruyó 2.500 minas antipersona y antitanque recogidas en los territorios liberados ante representantes de la ONU.

    2.500 personas fallecidas

    Desde ICBL calculan que más de 2.500 personas han muerto desde 1975 en Sahara Occidental debido a este armamento. Las víctimas no se limitan al período del conflicto abierto entre ese año y 1991, ya que en 2018, por ejemplo, hubo 22 fallecidos. El equipo de Acción contra las Minas de Naciones Unidas (UNMAS, por sus siglas en inglés) señala que el 80 % de las víctimas son civiles.

    «Hemos realizado un censo, aunque solamente incluye a los ­supervivientes, y hemos llegado a 1.700 personas. No tenemos números ­sobre las víctimas mortales, pero estimamos que la cifra que indica ICBL es la correcta y alcanza los 2.500 muertos», comenta Aziz Haidar, presidente de ASAVIM, la Asociación Saharaui de Víctimas de Minas, damnificado él mismo por una de ellas en 1979, a consecuencia de la cual le amputaron las dos piernas. Aziz añade: «En la asociación hemos ayudado a más de 600 personas. Desde facilitarles muletas, prótesis, sillas de ruedas, medicamentos, camas para personas paralíticas o ayudas económicas para poner en marcha pequeñas cooperativas o negocios». «Las personas que más sufren las minas son los beduinos, por ser nómadas, y sus rebaños de camellos. Además, las víctimas aumentan en tiempo de lluvias porque el pastoreo abunda en las cercanías del muro. No son solo saharauis los que vienen a pastorear en los territorios liberados. También de la vecina Mauritania, porque hay buenos pastos que no hay allí», señala Malainin, director de SMACO.

    Aziz destaca también otros dos problemas: «Cuando hay lluvias, el agua arrastra las minas ya localizadas hacia zonas que no tenían o que estaban desminadas, y no se puede saber dónde quedan. El muro es una máquina que está sembrando minas por todas partes. Parece que tiene vida para matar. Por otra parte, la buffer zone (zona intermedia) se extiende a lo largo del muro, con cinco kilómetros de ancho. Como consecuencia del acuerdo de alto el fuego de 1991 entre Marruecos y el Polisario, en esa zona no pueden entrar ni el Polisario ni la ONU, pero es la zona más infectada por minas y restos de guerra. Los civiles sí acceden a ella, por lo que se producen muchas explosiones y víctimas. Pedimos a la ONU que rectifique y que puedan entrar las asociaciones que realizan el ­desminado».

    Una separación más que física

    La barrera física que representa el muro conlleva, además, otro tipo de separaciones menos visibles. «Divide culturalmente a un pueblo. La mayoría vive bajo ocupación marroquí –el 40 % de la población de El Aaiún, y el 20 % de Dajla es saharahui–, y hay una estrategia estudiada para hacer ­desaparecer la identidad saharaui. Por ejemplo, no hay una sola universidad en los territorios ocupados, y los saharauis tienen que ir a estudiar a Marruecos. El hasanía es un dialecto que desaparece, también desaparece nuestra vestimenta y se está produciendo un expolio cultural constante. Somos hijos de las nubes. Tenemos una cultura que no está escrita, es oral, y va de la cabeza de una persona a la de otras. Si estamos divididos físicamente, se pierde y se deteriora. Cada abuelo que se nos va, es una biblioteca que desaparece», lamenta Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma Gritos contra el Muro.

    Malainin Mohamed Brahim, director de SMACO, insiste: «El muro nos priva de nuestras riquezas naturales y de un nivel de vida digno porque, desde hace 43 años, vivimos de la ayuda internacional en los campamentos de refugiados, cuando nuestro territorio es de los más ricos del mundo. Estamos pidiendo limosna cuando tenemos de todo. Estamos en territorio argelino, no es nuestra casa, y no queremos vivir eternamente en la casa del vecino. Hemos enterrado a nuestros padres y abuelos lejos de nuestra casa. Nosotros y nuestros hijos queremos volver y vivir en nuestro país».

    «El muro separa familias enteras. La mía está en el Aaiún ocupado. Tengo 14 hermanos: 11 están en los territorios ocupados, yo en los campamentos, y otros dos en España. También obstaculiza la agricultura, porque no permite que los ríos sigan su curso natural. El muro los bloquea y, de un lado, encuentras tierras fértiles y del otro solo desierto. También evita la libre circulación de las personas. Sahara Occidental está encerrado herméticamente con este muro. Es una gran cárcel que tiene preso a un país entero. El muro significa que la guerra continúa», concluye el presidente de ASAVIM, Aziz Haidar.

  • España y el fantasma del Sáhara – Félix Sanz Roldán hizo el servicio militar en El Aaiún

    Para España, su colonia del Sáhara Occidental sigue siendo una patata caliente cuyas quemaduras hacen mucho daño.

    Muy a pesar suyo, el gobierno mercenario de Madrid, experto en arrodillarse ante el chantaje franco-marroquí en todos los campos, tiene que convivir con el conflicto saharaui y se encuentra obligado a tratar con la simpatía que el pueblo español no para de expresar a los saharauis abandonados, traicionados y vendidos por su país a Marruecos.

    Los gobiernos traicioneros del PSOE y PP tienen que tratar también con los miles de españoles que nacieron y vivieron en el Sáhara y del que guardan recuerdos nostálgicos.

    También existe otra categoría de españoles que de alguna se relacionaron con el Sáhara : aquellos que pasaron temporalmente por el Sáhara español por motivos profesionales o en el marco del servicio militar obligatorio que el régimen de Franco imponía a los españoles. Algunos desempeñaron altas responsabilidades en la administración colonial española, como el difunto Rodriguez de Viguri, ex-secretario general del Gobierno del Sáhara que declaró haber sido traicionado por sus superiores en la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental que la ONU exigía mediante la celebración de un referéndum que nunca ha querido que se celebre.

    Otra personalidad de peso, Felipe Briones, el famoso fiscal anticorrupción que preside la Asociación de Juristas por el Sahara Occidental. En declaraciones recientes a un diario español, Briones dijo que “El caso del Sáhara es único en el mundo, abandonado ilegalmente por España e invadido y oprimido por Marruecos”.

    Otro detalle que quizá haya le haya quitado el sueño los dirigentes de Rabat es que el mismísimo Félix Sanz Roldán, director del Centre Nacional de Inteligencia (CNI), los servicios secretos españoles, también estuvo en El Aaiún donde sirvió como teniente en el Batallón de instrucción de Reclutas nº1 a mediados de los años setenta. Allí vivió en primera persona, entre 1974 y 1975, algunos de los momentos más tensos entre la diplomacia española y marroquí.

    Tags : Sahara occidental, Marruecos, Félix Sanz Roldán, CNI, Rodriguez de Viguri, Felipe Briones,

  • Sahara Occidental : Scènes de liesse à El Aaiun

    Des Sahraouis ont investi dimanche soir les rues de la ville d’El Aaiun, la plus grande agglomération du territoire du Sahara occidental occupé par le Maroc.

    Des manifestants ont défilé juste après la qualification de l’équipe algérienne pour la finale de la Coupe d’Afrique des nations.

    Des vidéos circulant sur les réseaux sociaux montraient de jeunes manifestants arborant des drapeaux algériens, qui criaient leur joie, scandant des slogans à la gloire de Mahrez et ses coéquipiers et fêtaient la victoire des Fennecs sur la sélection nigériane.

    Ce n’est pas la première fois que ce genre de scène se produit dans la capitale sahraouie occupée.

    Le Jeune Indépendant, 15 jui 2019

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, Algérie, CAN 2019, foot,

  • El estado marroquí viola el derecho internacional y confisca el derecho de los ciudadanos saharauis a beneficiarse de sus recursos naturales

    Informe de Unión General de Trabajadores Saharauis (UGTSARIO) – 11 de julio de 2019

    Los derechos económicos, sociales y culturales son considerados Derechos Humanos de los que debe disfrutar cualquier persona sin discriminación, y los garantizan todos los pactos internacionales y regionales legalmente vinculantes, particularmente, el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

    El Sáhara Occidental cuenta con recursos naturales, minerales y pesqueros, que son explotados y saqueadnos sistemáticamente por Marruecos sin respetar las cartas y resoluciones internacionales relativas a los territorios cuyos pueblos aún no han ejercido su derecho a la autodeterminación, según la Opinión del Asesor Legal de las Naciones Unidas, Hans Corell, emitida el 2 de febrero de 2002 sobre este asunto.

    Marruecos tampoco ha respetado el principio que establece que la explotación de los recursos naturales debe pasar por la aprobación del pueblo saharaui, ya que es el propietario legítimo y poseedor de la soberanía sobre el Sáhara Occidental. La Asamblea General de las Naciones Unidas reitera que todas las actividades económicas han de contribuir a que el pueblo de este territorio pueda ejercer su derecho a la autodeterminación.

    Marruecos saquea las minas de fosfato en Bucraa, con la exportación del mineral a numerosos países y en ausencia total de cualquier estadística clara que especifique el alcance del beneficio del pueblo saharaui residente en la parte oeste del muro marroquí.

    Marruecos se aprovecha, igualmente, de los recursos pesqueros mediante la firma de acuerdos con la Unión Europea, que permiten la pesca en aguas territoriales a lo largo de la costa del Sáhara Occidental, crea numerosas aldeas pesqueras donde habitan miles de ciudadanos de origen marroquí que, a su vez, colaboran en el saqueo de la riqueza pesquera y habilita para pescar a gigantescas flotas marítimas que son propiedad de altos cargos civiles y militares marroquíes. Todo esto en detrimento de la pesca tradicional que practican cientos de pesqueros saharauis.

    En este marco, la vicepresidenta del parlamento europeo y miembro de la Comisión de Comercio Internacional (INTA) del Parlamento Europeo, atestiguó, tras finalizar su visita y la delegación que le acompañaba al Sáhara Occidental en 2018, la realidad tan deplorable y deteriorada de la situación de los Derechos Humanos y la privación de los ciudadanos saharauis del derecho de beneficiarse de sus recursos naturales. Ello fue ratificado por un grupo de defensores saharauis de Derechos Humanos con los que se reunió durante su visita. Con esto, llamaba a la necesidad de defender el Derecho Internacional mediante la votación en contra del acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión Europea que incluye las aguas del Sáhara Occidental, afirmando que « hay que estar del lado de los principios del derecho internacional, en lugar de firmar acuerdos que violan claramente el estado de derecho y el derecho de los trabajadores y la ciudadania saharaui en la reunificación y el ejercicio del derecho a la autodeterminación […] ».

    A pesar de ello, Marruecos sigue violando los derechos del pueblo saharaui, especialmente, en los territorios ocupados, donde lleva a cabo una feroz política de opresión, discriminación, exclusión y privación de los saharauis de sus recursos naturales y de su derecho a un trabajo digno.

    A lo largo del pasado año, numerosos parlamentarios europeos, condenaron « el hostigamiento y la presión financiera que las autoridades marroquíes llevan a cabo contra los activistas y la población saharauis en general debido a sus posturas políticas de reivindicación del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia, y su lucha pacífica por los Derechos Humanos y la libertad de expresión ».

    En este sentido, diferentes eurodiputados, entre estos Paloma López, lamentaron en una carta al Parlamento Europeo, de la privación de numerosos empleados saharauis de sus salarios, entre ellos están Minatu Haidar, Maina Baali, Mbarka-Alina Baali, Ali-Salem Tamek, El-Uali Malainin, Mohamed Mayara, Sidi Mohamed Alauat y Omar Endur, asegurando que a otros activistas, como Fatimatu Bara y Mohamed Saleh Dial, se le retiraron las licencias de su trabajo.

    Se anularon las tarjetas de ayuda social de otros trabajadores/as y activistas saharauis como es el caso de Fatma Daraa, Mahfud Lafguir, Husein Nasri, Abdel-Karim Mbeirkat, Gaymula El-Ismaeli y Saleh Mailid. También, denunció la discriminación y la violación explícita del Derecho Internacional, especialmente, el Artículo 20 del Acuerdo Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos, del cual, Marruecos es parte.

    Además, y en su carta al Parlamento Europeo, los eurodiputados consideraron que « este tipo de hostigamiento sistemático en contra de los empleados y activistas saharauis contradice los requisitos del Artículo 20 del acuerdo celebrado entre la Unión Europea y Marruecos, y el cual hace hincapié en « Respetar los principios democráticos de los Derechos Humanos básicos, como establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos », y las políticas interiores e internacionales de la Unión Europea y Marruecos constituyen un elemento principal del acuerdo ».

    Casos de desempleados saharauis que han fallecido y a los que sus familias no han sido indemnizadas:

    El caso de « Mohamed Ali Masak »:

    La familia de Mohamed Ali Masak responsabilizó a Marruecos del fallecimiento de su hijo el 17 de septiembre de 2016و en la clínica médica El-Atlas en Marrakech, Marruecos, por negligencia médica y demora intencionada en su traslado a un hospital especializado para completar el tratamiento de hepatitis C.

    Su familia y un grupo de sus amigos emprendieron numerosas luchas para garantizar su derecho a recibir un tratamiento y medicación sin éxito, fallece en el mismo año.

    La familia afirma que contactó con el Ministerio de Salud marroquí hasta en cuatro ocasiones, hasta el día de hoy las autoridades marroquíes guardan silencio y no han facilitado a la familia del fallecido ninguna información.

    Cabe destacar que el joven saharaui « Mohamed Ali Masak » nacido en 1979 en El-Aaiún, Sáhara Occidental, obtuvo el título en 2003 de la facultad de Artes y Humanidades El-Gadi Ayach en Marrakech, Marruecos.

    El caso de Brahim Saika: la causa sigue abierta

    La familia del fallecido saharaui Brahim Saika, miembro del Movimiento de los Desempleados Saharauis, presentó denuncias al procurador general del rey en el Tribunal de Apelación en Agadir, Marruecos, solicitando revelar las condiciones y circunstancias del fallecimiento de su hijo, detenido por la policía marroquí en la comisaría policial de Gleimin, Sur de Marruecos, antes de ser trasladado a la prisión local en Buzcarna, sur de Marruecos. A pesar de haber declarado que sufrió torturas físicas cuando compareció el 3 de abril de 2016 ante el procurador general del rey del juzgado de primera instancia en la ciudad de Gleimim, sur de Marruecos, este decidió juzgarle por delitos menores.

    Desde entonces, las autoridades marroquíes no han respondido a las peticiones de la familia del fallecido para realizar una investigación judicial independiente e imparcial, y llevar a cabo los procedimientos legales, juzgando a los responsables de su fallecimiento.

    Como ejemplo, Marruecos continúa negándose a llevar a cabo investigaciones justas e independientes acerca de numerosos casos de defunción de ciudadanos saharauis, cuyas familias presentaron denuncias ante los órganos de Justicia marroquíes para conocer las circunstancias y condiciones del fallecimiento de sus hijos.

    A pesar de que las familias de los fallecidos presentaron estas quejas, la Justicia marroquí siguió negándose a responder a sus peticiones, incluso se atrevió a emitir permisos y notificaciones que ayudaron a las autoridades marroquíes a enterrar los cuerpos de muchos de estos fallecidos en ausencia total de sus familiares.

    El caso de Abdelrahman Ziua:

    El 1 de junio de 2019, las autoridades de ocupación marroquíes trasladaron al presidente de la Asociación de Protección de los Presos Saharauis en las Cárteles Marroquíes, Abdelrahman Ziua, de manera forzosa de la capital ocupada El-Aaiún a la ciudad de Sragna al norte de Marrakech. El hecho, según la Asociación, se produjo como represalia por su activismo dentro de la asociación, la cual se ocupa de los asuntos de los detenidos civiles saharauis en las cárceles marroquíes.

    El caso de Hamadi Nasri y Gabal Banahi:

    El 20 de abril de 2017, las autoridades marroquíes suspendieron de sueldo ,tanto al defensor de Derechos Humanos y ex preso político Hamadi Nasiri, presidente de la Organización Sol de la Esperanza, como a la activista de Derechos Humanos Gabal Banahi Jauda miembro de la misma organización. Se apoyaron en la aplicación de la práctica de privación de ingresos económicos afectando a estos dos y a otros muchos saharauis en deferentes actividades debido a sus posturas políticas y actividades en contra de la ocupación marroquí.

    El caso de Hasana Duehi:

    Las autoridades de ocupación marroquíes emitieron en 2018 una decisión arbitraria en contra del empleado y activista de Derechos Humanos Hasana Duehi con el fin de alejarlo por la fuerza de su trabajo en El-Aaiún y trasladarlo a Bojador. El 24 de mayo de 2019, un tribunal administrativo de la ciudad de Marrakech, decidió anular el fallo de un Tribunal Primera Instancia que se había pronunciado, con anterioridad, en contra de la decisión del traslado y deportación forzosa.

    El caso de Mohamed Meyara

    Expulsión del trabajo y suspensión de sueldo como medios para disuadirlo de su actividad como periodista independiente

    Mohamed Meyara es uno de los fundadores del portal electrónico « Equipe Media » y su coordinador general, además de ser uno de los fundadores de la Organización Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos cometidas por el Estado marroquí. Su padre fue torturado y asesinado cuando era un niño. Luchó por volver a su trabajo tras haber sido despedido del mismo en 2017, por su participación en una de las sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

    En 2011, obtuvo trabajo como profesor de historia en una de las escuelas secundarias en la ciudad de El-Aaiún, como parte de la labor de la Comisión de Equidad y Reconciliación, que se creó con el fin de indemnizar a las víctimas de la etapa conocida como « años de plomo », cuando reinaba Hassan II. A pesar de ello, su sueldo se suspendió en agosto de 2013 sin previo aviso ni explicación alguna. Afirmó que intentó indagar sobre las causas de esa decisión, pero se le notificó que la medida fue dictada por el Ministerio de Educación, teniendo así que iniciar un proceso ante el tribunal administrativo para recuperar su puesto de trabajo.

    Meyara logra seguir siendo activo como periodista y coordinador con los grupos internacionales y con los periodistas y observadores que logran visitar el Sáhara Occidental. Los despidos del trabajo y la suspensión de sueldos son algunas de las medidas que utiliza Marruecos para debilitar a los trabajadores y defensores saharauis en su lucha contra la ocupación.

    El procurador general del Tribunal de Apelación de la ciudad ocupada de El-Aaiún citó al activista para enjuiciarlo, lo que muestra el grado de desesperación y torpeza que sufre el ocupante marroquí producto de la presión que le es sometida por parte de organizaciones y organismos internacionales.

    Por otra parte cabe destacar desde el 2014 las autoridades marroquíes han expulsado a numerosas personalidades extranjeras solidarias con la causa saharaui para seguir ocultando las barbaries actitudes represalias en todos los ámbitos contra nuestros trabajadores/as y nuestro pueblo en general, pero también para que no sean testigos del empobrecimiento como método para hacer callar las voces de miles de ciudadanos Saharauis que luchan pacíficamente contra la invasión marroquí en los TT.OO.

    Desde el 2014, 197 personas en total fueron expulsadas del territorio del Sahara Occidental ocupado ilegalmente por Marruecos.

    España (87), Noruega (68) Francia (5), Italia (6), Alemania (1), Reino Unido (3), Suecia (7), Pises Bajos (1), Portugal (1), Polonia (3), Lituania (1), Estados Unidos (4), Canadá (1), Túnez (2), Japón (2), Bélgica (2), Suiza (2), China (1).

    Número de extranjeros expulsados clasificados por años:

    2014: 41 2017: 16, incluidos 5 eurodiputados

    2015: 22 2018: 11

    2016: 85 2019: 22

    Fuente : Sotermún, 11 jul 2019

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, represión, trabajo, discriminación,

  • El derecho cultural y de identidad inculcado por Marruecos en el Sahara Occidental

    Por: Bahia M.H Awah

    Fuente : Donde queda el Sáhara, 15 jul 2019

    Ponencia y debate en el V Congreso Internacional de Antropología. Pensar culturas cambiar mundos. El pasado jueves 11 de julio presenté en este congreso de la antropología celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid un tema que me preocupa sobre el culturicidio cultural que practica impunemente la administración marroquí en las ciudades saharauis ocupadas, El Aaiun, Smara, Dajla y Bojador.

    Debo señalar que este tema llamó mucho la atención entre ponentes, estudiantes e investigadores que trabajan en el continente africano. “Investigadores, antropólogos, sociólogos e historiadores, los saharauis claman vuestra conciencia académica en visibilizar y tratar en los foros académicos este tema”. Concluí en mi ponencia apelando la conciencia del científico social.

    En el pueblo saharaui “Hay un sello característico en aquellos semblantes que refleja con bastante claridad la diferencia de pueblos, individuos y hasta familias”. (Bonelli, 1887: 124-125)

    (…) La fisonomía nos separa de ellos, / los atuendos nos separan, / el ajuar nos separa, / Y la lengua nos separa/ y de ellos nos aísla (…) el poeta Beibuh Uld Biddi Uld El Hach

    Me introduje en este complejo y preocupante tema aclarando que: Esta comunicación que voy a presentar, partiendo de su temática, la he titulado “Culturicidio de la ocupación militar, caso Sahara Occidental”. Pero no sin antes aclarar algunos aspectos relacionados con esta categoría, culturicidio, que la antropología entiende en su concepto académico como etnocidio. La expresión “culturicidio” aún no está definida ni incorporada al registro académico como flagrante violación de los derechos culturales y de identidad en conflictos bélicos. Algunos investigadores antropólogos usan culturicidio como análogo del genocidio en el contexto cultural, como en los casos de Guatemala, Argentina y actualmente en la excolonia española el Sahara Occidental, en la parte del territorio que ocupa Marruecos desde 1976. “Si una cultura está sometida a un dominio absoluto de otras sobre ella, puede quedar herida, o deformada, o incluso desparecer”. Ngugi wa Thiong´o en su libro “Desplazar el centro” La lucha por las libertades culturales. Entiendo que los intelectuales saharauis del exilio debemos partir del discurso de nuestros eruditos africanos. Es decir emprender la resistencia a la condenación, como nos apela Wa Thiong´o en «El papel de los intelectuales».

    Ese pensador keniata autor del libro “Descolonizar la mente” en este contexto de inculcación contra la cultura afirma que “La receta para la cura más adecuada depende de un análisis riguroso de la realidad”. Y en este trabajo parto de este planteamiento en el que Ngugi nos insiste en la rigurosidad. Y el erudito y poeta saharaui Badi Uld Mohamed Salem también nos lo reitera en esta frase cuando quiere afirmar sobre un hecho expuesto al debate y que necesita de rigurosidad. “Que Dios me deje sordo si en algún momento he escuchado algo sobre ello”. El rigor en la historia y sus hechos es fundamental para los eruditos saharauis.

    Respecto al uso del término culturicidio, consulté con mi director de tesis, el profesor Juan Carlos Gimeno, sobre este emergente concepto en el lenguaje de la antropología, que está buscando su espacio para ser verbalizado como tal en los eventos académicos y tratado en diferentes contextos culturales. Y me aclaró que, “Independientemente de la cuestión teórica o disciplinar hay un elemento muy importante que es la recepción normativa de estos términos en el derecho internacional y la posibilidad de utilizarlos para la denuncia y la defensa de pueblos, comunidades y colectivos particulares”. Y evidentemente es lo que me ha llevado a este tema que está en debate entre los saharauis dispersos entre la ocupación, el exilio y la diáspora. Gimeno me aclaró también que el “genocidio es un término que se usa para el culturicidio, siempre tratando de delimitar las características de genocidio que hace que una experiencia particular sea definida con este término”.

    Por otra parte, en mis indagaciones sobre el concepto he leído que el culturicidio es un debate dentro de los efectos de la violencia en Guatemala y en Argentina. Y con estos antecedentes me he situado en el contexto para poder tratar la categoría etnocidio en un contexto cultural violentado, que en este caso afecta a la cultura afro-árabe-senhaya del pueblo del Sahara Occidental, que vive desde 1976 bajo una administración marroquí de ocupación, de cultura opuesta e impuesta a la suya.

    Cuando trabajaba el texto leí un artículo del cineasta y político argentino Jorge Edmundo Coscia, quien desempeñó el cargo de Secretario de Cultura de Argentina. Ese artículo fue publicado en septiembre de 2011 bajo el título de “El culturicidio en Argentina” y aquí Jorge Coscia usa el término para denunciar la hegemonía cultural. Y cito este fragmento de su texto:

    “No podemos negar que no puede haber políticas culturales exitosas en países que fracasan, países que no logran encontrar un destino de autonomía, de justicia, un destino, en definitiva, contenedor de la vida de la gente que son esencialmente vidas culturales”. Y concluye afirmando que “la hegemonía cultural es la madre de todas las hegemonías”.

    Cuando el poder quiere dominar un pueblo política, geográficamente y borrarle como identidad cultural, lo primero y más eficaz que le aplica es la destrucción de sus particularidades culturales, desnudarle de su esencia cultural en el sentido de Ngugi wa Thiong´o: “En el continente negro empezamos a entender que el poder colonial real no consistía en los cañones de la primera mañana sino en lo que seguía a los cañones. Y detrás de ellos venía la nueva escuela”. Marruecos tras la retirada de España eliminó todos los colegios bilingües hasania-español que habían en el territorio e impuso su nuevo diseño de neocolonización, escuelas donde predomina la dariya marroquí y la lengua francesa. Y esta política de marroquinización hizo que empezarán a erosionarse la lengua saharaui, hasania, y el español, como legado lingüístico heredado de un siglo de convivencia cultural.

    Así empezó la praxis de la neocolonización y la ocupación en el Sahara Occidental, borrando lenguas y moldeándolas a su concepto de marroquinidad cultural”. El caso que se da en el Sahara Occidental es atípico, porque Marruecos ha sido colonizado por Francia y tras su independencia comete la atrocidad de convertirse en reproductor de la practica colonial en el continente que sus pueblos predican doctrinas de descolonización y anticonialismo en todas sus formas.

    Y aquí quiero destacar que la identidad cultural saharaui comienza a configurarse desde el siglo XI cuando aparece el primer verso en hasania. Y se consolida a finales del siglo XVII tras la guerra Shar Bebba[1] 1466-1674 entre las tribus árabes Beni Hasan venidas a África desde la península arábiga y la confederación bereber africana Maquil en su simbiosis de senhaya, zenata, lemtuna, mezaba y zenaga, que habitaban el territorio mucho antes de la invasión árabe al norte de África.

    Las dos culturas, la senhaya africana y la árabe se mezclaron, convivieron y de este mestizaje cultural nació la lengua saharaui y mauritana, hasania, con su muy marcada y distinguida literatura e idiosincrasia social, con notorios rasgos que las distinguen del entorno geográfico africano y árabe.

    Respecto a estas particularidades visibles de la identidad cultural saharaui y mauritana, si nos remitimos a finales del siglo XIX encontramos uno de los primeros testigos occidentales que remarcaron los rasgos diferentes de esta cultura con respecto a las otras vecinas. Me refiero al expedicionario colonial español Emilio Bonelli en su viaje al territorio del Sahara Occidental en 1887. Cito un fragmento de su texto:

    “Esa raza varonil, sagaz é (sic) inteligente, más altanera cuanto mayor es su decaimiento, y que, no obstante la mezcla consiguiente de individuos de diversas tribus y comarcas, conserva inalterables los caracteres generales con que se la conoce en el orden sociológico. No se encuentra en el Sahara el mismo tipo que en la Tunicia, Trípoli, Argelia ó Marruecos, con los cuales podríamos comparar sus habitantes. Hay un sello característico en aquellos semblantes que refleja con bastante claridad la diferencia de pueblos, individuos y hasta familias. (Bonelli, 1887: 124-125)

    Las tesis marroquíes sobre el territorio y sus habitantes intentan tergiversar la historia y exponen que el Sahara Occidental y Mauritania no son más que la prolongación de la cultura marroquí en otros tiempos, mucho atrás. La cita de Bonelli refuta ese planteamiento marroquí inargumentable. Y el tratado sociológico del sabio saharaui Chej Mohamed El Mami (1792-1865), Qitab Albadia, también lo refuta categóricamente en un pasaje de la obra, cuando afirma: “Somos un pueblo nómada que vive situado entre el Reino Ismaelí (en referencia a Marruecos) y el país Albisyabilla” (en referencia al Imperio de Mali) en Rio Senegal.

    El fiel registro del pasado de la cultura saharaui y su historia está en el verso. El difunto erudito y poeta nacional saharaui Beibuh Uld El Hach, (1929-2017) al respecto subraya en estos versos los opuestos rasgos culturales saharauis con los de Marruecos. Tesis que va en la misma consonancia que Emilio Bonelli.

    (…) La fisonomía nos separa de ellos,

    los atuendos nos separan,

    el ajuar nos separa,

    Y la lengua nos separa

    y de ellos nos aísla (…)

    Y aquí estoy hablando de la identidad cultural saharaui en su actual situación, expuesta a erosionarse a la fuerza, ser absorbida o destruida por la cultura marroquí, impuesta desde 1976 a la población autóctona saharaui de los territorios ocupados.

    Este tema no es la primera vez que ha sido tratado por académicos de las ciencias sociales como denuncia dentro del contexto de etnocidio o culturicidio. El profesor en derecho constitucional Francisco José Palacios de la Universidad de Zaragoza, en un artículo publicado en marzo de 2011 titulado “Sahara y Palestina: Olvidados etnocidios en un siniestro simulacro de soluciones”, afirma que:

    La Resolución 1514 de la ONU que data de 1960 y contempla los derechos políticos y culturales indica que: “La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una negación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales”.

    ¿Por qué entonces a la población saharaui que vive bajo ocupación marroquí no se le ha respetado ese derecho de existir culturalmente contemplado en la Carta Magna de las Naciones Unidas? ¿Se trata entonces de un etnocidio, culturicidio o genocidio cultural que el mundo y sus convenciones, tanto políticas como académicas, ignoran?

    El pensador y académico keniata Ngugi wa Thiong´o en su libro “Descolonizar la mente” cuando estudia las hegemónicas lenguas neocoloniales en África explica cómo el colonizador o el nuevo colonizador intenta destruir un pueblo y su cultura. Y cito sus palabras:

    “El efecto de una bomba cultural es aniquilar la creencia de un pueblo en sus nombres, en sus lenguas, en su entorno natural, en su tradición de lucha, en su unidad, en sus capacidades, en último término, en sí mismos”.

    Justamente es esto lo que pretende Marruecos con su política de culturicidio que practica en la parte anexionada del territorio. Y partiendo de este planteamiento de Ngugi, a continuación voy identificando aspectos principales de la cultura saharaui que en este caso son violentados por el régimen marroquí durante estos 42 años de administración de facto en el territorio.

    Tres núcleos urbanos donde Marruecos ejerce este culturicidio en el Sahara. Veremos en este mapa donde identifico los tres puntos de concentración de la población saharaui, y la coexistencia con la administración de facto que impuso la ocupación con sus colonos traídos desde diferentes zonas de Marruecos para modificar la demografía de la población saharaui, se trata de las ciudades ocupadas El Aaiun, Smara, Bojador y Dajla, antiguo Villa Cisneros.

    . Confli-saharaElaborando argumentos he recogido testimonios, imágenes cedidas por activistas culturales, pinturas realizadas por artistas saharauis, videos de testimonios recogidos por escritores viajeros de España y también información aportada por miembros de la plataforma Defensores del patrimonio cultural saharaui, que se encuentran en territorios ocupados. Este culturicidio hoy puesto en debate entre los saharauis abarca tanto el patrimonio cultural material como el inmaterial.

    Patrimonio cultural inmaterial: el más afectado es el idioma hasania y sus oraturas (literaturas), vehículo principal de la identidad cultural saharaui. El hasania ya no se enseña en el colegio y es sustituido por la dariya marroquí desde una edad muy temprana en las guarderías y los colegios que dirigen y gestionan colonos marroquíes. IMG-20190606-WA0005Facsímil en hasania del poeta Sidati Uld Chej Ahmed Uld El Heiba

    Ngugi wa Thiong’o afirma que “El cañón violenta el cuerpo y la escuela fascina el alma”. La lengua hasania se ha quedado limitada exclusivamente en el ámbito familiar saharaui. ¿Y por qué? Y esta es la pregunta que le hice al presidente de la Asoc. por la Conservación, Protección y Difusión del Patrimonio Cultural Saharaui, Bachri Uld Ben Taleb residente en los territorios ocupados. Cito textualmente su respuesta: “El maestro, el vendedor, el taxista, el policía, el gendarme, el frutero, el funcionario, el agente secreto hasta el barrendero todos son colonos marroquíes organizados en torno a esta política de destrucción cultural. Esta invasión del espacio social impuesta desde 1976, te obliga a usar el que para ti era un registro extraño; y sin más te ves obligado a dirigirte a ellos minuto, hora, semana, día y año con su dariya. Y así están neutralizando el uso de hasania fuera de la casa. Están destruyendo poco a poco nuestra cultura con métodos desde la escuela y la guardería”.

    La nomenclatura sobre cómo se construye el trinomio de apellidos saharauis, que es el puente genealógico que enlaza la persona con sus ancestros, fue eliminada desde 1976 por la administración marroquí. Lo que antes era Mohamed Uld Brahim Uld Salek, hoy es Mohamed El Costurero o El Barrandero o El de Cabeza Grande. En el caso de las mujeres, lo que era Sukeina Mint Yedehlu, hoy es Sukeina El Idrisi, y cito el caso de la hija del gran clásico saharaui Yedehlu Uld Sid. A Sukeina le borraron el apellido familiar saharaui y le impusieron “El Idrisi”, apellido marroquí que no existe en la cultura saharaui.

    160-0Facsímil de la época colonial donde aparece la nomenclatura con cómo se constituyen los apellidos saharauis usando el Uld para enlazar los hijos con los progenitores.

    En cuanto a las prácticas sociales, conocidas como Al Aaraf, casi de la fiesta del bautizo, la fiesta del divorcio o la visita a las tumbas de los familiares, también son perseguidos por la administración de ocupación.

    Tras los levantamientos saharauis del año 2005 la administración marroquí prohibió la visita a los cementerios, porque esta práctica supone desde tiempo inmemorial un tipo de resistencia pacífica antiocupación. Y cito el caso de la tumba de Hafed Buyema, primera víctima asesinada en 1974 por el franquismo en El Aaiun, que se encuentra en el Cementerio Cuartel del Ejército. Marruecos prohibió el acceso a ese cementerio por las reiteradas veces que la tumba de aquel militante aparecía cubierta con la bandera nacional saharaui.

    Los nombres saharauis de Lala, Mulay y Sidi son vetados en los documentos por la administración, porque Lala en la dariya del ocupante es la Princesa, hija, hermana o nieta del Rey. Mulay es el príncipe o nieto del rey y el nombre Sidi es un trato que se da para mencionar al Rey, es decir mi amo, mi señor. Sin embargo, en la cultura saharaui y mauritana son simplemente nombres propios.

    Patrimonio cultural material. Se refiere principalmente a los edificios históricos de la época colonial que forman parte del registro de la historia del territorio y su pasado colonial saharaui. Los más emblemáticos fueron derruidos por el régimen, entre ellos El Fuerte de Dajla, el primero que fue construido en el territorio. Otros han sido derruidos o corren grave peligro, como iglesias, fuertes y la primera casa construida por una familia saharaui en El Aaiun, los Moyan.

    Está también el caso de lemsid, recintos tradicionales para la oración, que los saharauis construían frente a sus jaimas o casas, también usados enseñar a los niños a leer y como espacio de reunión de los mayores.

    Otro rasgo muy distintivo de la identidad saharaui es la vestimenta tradicional, la melhfa de la mujer y la darraá del hombre. Y por ello y como señal de resistencia e identidad, todos los presos políticos saharauis, cuando son presentados en los tribunales, entran luciendo sus darraá o sus melhfa.

    El uso de la jaima tradicional saharaui está prohibido por la administración marroquí tanto para los nómadas del territorio como para la población que suele salir de las ciudades para respirar aire de libertad fuera de los tres núcleos urbanos saharauis. Y para ello ya existe una nueva placa en los códigos de circulación que les prohíbe montar jaimas tanto en las playas y fuera de las ciudades. Hay casos de familias que para usar las jaimas en su vida nómada están obligados a solicitar permiso para montarlas en sus desplazamientos. En esta comunicación incluyo otro caso de violación de los derechos en cuanto a prácticas sociales de la cultura saharaui inmaterial, referido a la privación de realizar el ritual social de visitar las tumbas de sus antepasados. Imagen2Quiero exponer el caso de mi tía, hermana de mi madre, quien me pidió que no mencionara su nombre. Vive en la parte del territorio ocupado desde 1976, la última vez que visitó las tumbas de su padre y de su abuelo fue en noviembre de 1974, siendo el Sahara aún administrado por España. Las visitas se practican de forma familiar y con su día de ritos, como rezos, diálogo con los muertos, alabanzas y una comida compartida por el alma del familiar. Una práctica con tintes religiosos y de tradiciones. En noviembre de 2007, mi familiar decidió reunir a sus hijos y comunicarle su deseo de visitar las mencionadas tumbas en la región central de Tiris. Los cinco hijos y la madre viuda partieron camino hacia el lugar donde está la tumba de su padre Omar y su abuelo Bujari. Y aquí cito los nombres porque como antes había citado fueron apellidos eliminados de los nuevos documentos expedidos por la administración marroquí. Omar, el padre, había muerto en Am Ehkim Eshamis, el Año del Eclipse Solar, 1958. Su tumba está al noroeste del monte Lask, en la ladera este de una pequeña colina que lleva su nombre, conocida por Edleit Omar, la Colina de Omar, en referencia a la vecindad de la tumba. Y por otra parte la tumba de su abuelo dista unos 2 kilómetros al norte del monte Lask, en un lugar llamado Bughrara, situado al sur del destacado monte Dumes donde está la tumba del sabio y fundador de la primera Universidad Itinerante Saharaui del Derecho Consuetudinario, Mohamed Uld Mohamed Salem, muerto en 1884.

    En palabras de mi tía, y cito textualmente: “Ese día venía con mis hijos y con mucha ilusión a cumplir el deber que siempre hemos practicado en nuestra cultura en recuerdo a los seres más queridos que nos hayan dejado”. El tono de su voz era muy apagado, la imaginé mirando hacia el suelo, al tratar de escenificar cómo fue impedida la visita a las tumbas de sus familiares. “Cuando ya estábamos cerca del monte Lask lo primero que vimos fue una Jashla, cuartel militar, fortificaciones, zanjas, abrigos de refugio y cercos de púas, justo en la ladera de la colina impidiendo el acceso a la tumba de mi padre. Cuando los militares marroquíes nos vieron se acercaron rodeándonos y les dije que quería acceder a rezar por el alma de mi padre, cuya tumba está en la ladera. Burlones y desafiantes me dijeron: “Mejor que os larguéis de aquí cuanto antes con esa ropa salvaje”.

    ¿Y justo en este momento qué sentiste?, le pregunté a mi tía. “Cuando vi las caras burlonas con que me respondieron los militares, me dolió mucho que también la tumba de mi padre y de mi abuelo estén asediadas por cercos y campos de minas y que mis hijos y yo estamos privados de visitarlas. Entonces ante la intimidatoria mirada de los militares leí en sus ojos que mejor que yo y mis hijos nos marcháramos de allí antes de un mal mayor, porque sabía de casos que fueron agredidos y violados”.

    En un momento tras hacerle esta pregunta, mi tía hizo una pausa y me dijo: “¿A que no vas a publicar lo que te estoy contando? Ya sabes que de hacerlo me podrías hacer daño a mí y a mis hijos”.

    Le prometí que no lo publicaría, pero que lo hablaría con investigadores y académicos que se interesarían para su estudio.

    Y con estas breves conclusiones concluyo y dejo el tema abierto al debate entre los científicos sociales:

    Lo que acabéis de escuchar ¿es culturicidio, etnocidio, genocidio cultural?
    ¿En qué lado al respecto debe estar el mundo de la investigación que trabaja en esa área del continente africano, en especial el mundo académico español y portugueses?
    “Investigadores, antropólogos, sociólogos e historiadores, los saharauis claman vuestra conciencia académica en visibilizar y tratar en los foros este tema”.
    Y por último y con esto acabo, en 5 minutos os invito a observar estas imágenes que por sí solas documentan lo anteriormente expuesto en mi comunicación.

    [1] Bebba fue el nombre de un miembro de las facciones tribales de los senhaya que habitaban esa parte del áfrica saheliana y occidental, es decir Sahara Occidental y Mauritania. Se dice que Bebba poseía un ganado camellar de su propiedad y a la vez cuidaba un pequeño ganado que no era de su propiedad y solo que le ha sido confiado por una familia para protegerlo. Ulemas árabes le dijeron que debería dar el tributo de la sharia dirigieron los senhaya contra los árabes y que esta duro treinta años y fue registrada por los historiadores africanos como Shar Bebba.que corresponde a la cantidad de su ganado y lo hizo como todos los años pero le intentaron imponerle tributo por el pequeño ganado que no es de su propiedad y él rechazo alegando que no es suyo el ganado. Se cuenta fue agradido por los árabes y esto hizo estallar una guerra que

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, culturicidio,

  • Los detenidos por el ejército saharaui son 3 mauritanos y un maliense

    Según medios de prensa mauritanos, 3 mauritanos y un maliense fueron capturados recientemente por una unidad del ejército saharaui en la región de Timelusa.

    Los militares saharauis también incautaron 1525 kg de resina cannabis, además de armas y municiones. La mercancía procedía del muro de defensa marroquí, desde un punto que se encuentra a 80 km de la localidad mauritana de Bir Mogrein, al noreste de Mauritania.

    La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publicó su 22º informe mundial anual sobre producción, tráfico, erradicación y supresión, el Informe Mundial sobre las Drogas, 2019. Además de proporcionar cifras sobre la cocaína y los opiáceos, el informe busca cuantificar el cannabis cultivado en cada país productor. En los últimos 10 años, el informe siempre ha colocado a Marruecos en la vanguardia de la producción ilícita de cannabis. Todavía conserva este título.

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