Étiquette : Frente Polisario

  • La cultura saharaui. Una cultura milenaria en un contexto conflictivo

    El Sáhara Occidental se corresponde con la antigua colonia española del mismo nombre y está situado en el reborde atlántico del gran desierto del Sáhara. Se extiende entre el río Uad Draa, al norte, en relación a Marruecos; la península de Ras Nouadhibou (antiguo cabo Blanco), al sur, en relación a Mauritania; y el desierto del Sáhara, por el este, en los límites fronterizos de Argelia, en su mitad norte, y Mauritania, en la sur.

    El desierto del Sáhara es un vasto territorio que cruza de este a oeste casi toda la franja septentrional del continente africano, con una extensión de unos diez millones de km2, lo que le convierte en el mayor del mundo. Dado su carácter cálido, es un medio inhóspito para la vida en general. Su escasa vegetación tiene como excepción la que se concentra en los limitados oasis existentes. Este hábitat tan adverso ha condicionado que los grupos humanos que llevan viviendo durante al menos tres milenios hayan adquirido unas formas de vida predominantemente nómadas y una organización social tribal, con una fuerte presencia de los lazos consanguíneos.

    La situación política surgida desde la década de los 70

    El Sáhara Occidental es un territorio incluido dentro del Comité de Descolonización de la ONU, sin que hasta la fecha se haya solucionado el contencioso internacional surgido en noviembre de 1975, tras la firma de unos acuerdos secretos entre los gobiernos de España, Marruecos y Mauritania; y la ocupación militar de Marruecos y Mauritania desde 1976, mantenida sólo por Marruecos desde 1979.

    Marruecos denomina al territorio ocupado con el nombre de provincias meridionales, aunque en la práctica sólo tiene controladas las dos terceras partes del mismo, delimitadas mediante un muro o berma de unos dos mil kilómetros de longitud, cuya franja oriental se encuentra controlada por la República Árabe Saharaui Democrática, fundada en 1976. A lo largo de estos años ha organizado una explotación de los recursos naturales, administradas por empresas en su mayoría francesas y españolas, que operan preferentemente en la minería (fosfatos) y la pesca. A la vez el gobierno ha fomentado el asentamiento de población procedente del propio Marruecos. Resulta difícil ofrecer una cuantificación del conjunto de la población existente y su reparto según la procedencia, pero se estima que está en torno a unas 270.000 personas, la mayoría saharaui.

    En 1976 se fundó la RASD, actualmente reconocida por alrededor de 70 países. Aunque su Constitución contempla como territorios propios los ocupados por Marruecos, su asentamiento real se encuentra en el territorio cedido temporalmente por Argelia en la zona de la Hamada de Draa o Tindouf, donde habita parte de la población que se refugió en 1976 al inicio de la guerra contra Marruecos y Mauritania. En la actualidad esta población exiliada está cuantificada en unas 200.000 personas.

    Toda esta situación ha hecho que resulte complejo hacer una delimitación política y poblacional clara del territorio.

    Los orígenes del pueblo saharaui

    Parece extendida la idea que el pueblo sanhaja es el antecesor de los distintos grupos bereberes que acabaron asentados en la mitad oeste del norte de África hace unos 3.000 años. Distintos avatares históricos en los siglos siguientes fueron dando cierta personalidad a uno de los grupos que acabaron conformándose en la parte occidental del desierto del Sáhara. Entre dichos avatares se encuentra la relación con otros pueblos, como el soninke (situado más hacia el sur y de piel negra) e incluso un grupo beduino árabe procedente del Yemen, éste en el siglo XIII; o la islamización religiosa y cultural, iniciada entre los siglos VII y VIII, paralela a la de los pueblos de la parte más septentrional del continente, y consolidada con la expansión almorávide, en el siglo XI, y la presencia del grupo árabe yemení, en el siglo XV. Los grupos tribales sahararuis occidentales en su mayoría tenían un carácter nómada, influidos en distinto grado por las poblaciones sedentarias asentadas en sus extremos más septentrional y meridional.

    La población resultante de las fusiones de las distintas etnias, con predominio del elemento árabe-bereber, era fundamentalmente nómada, dedicándose al pastoreo; en menor medida, al comercio a través del desierto, en ruras que iban en las direcciones este-oeste y norte-sur; y a la pesca, en las zonas próximas a la costa atlántica.

    El contacto con el mundo europeo occidental data del siglo XV, en el momento en que varios estados de esta parte del continente iniciaron una expansión territorial hacia el sur de África, en busca de rutas, recursos y mano de obra esclava. Pero fue el colonialismo del siglo XIX, concretado con la ocupación progresiva por parte de España desde finales de siglo, lo que alteró en parte la situación de las tribus del desierto, no tanto por lo que supuso de ruptura con las formas tradicionales de subsistencia como por la pérdida de la soberanía que los distintos grupos tribales ejercían libremente y sin injerencias externas. Fue una situación que no estuvo exenta de conflictos hasta los años 30 del siglo XX, bien en forma de enfrentamientos, más o menos abiertos, como de resistencias.

    El proceso descolonizador de las antiguas colonias en todo el mundo, auspiciado finalmente por la ONU, tuvo como culminación la demanda por este organismo a España en 1965 del inicio del proceso correspondiente. Pese a ello, las demandas territoriales por parte de Marruecos y Mauritania acabaron con la firma en noviembre entre los gobiernos de los tres estados de los llamados acuerdos tripartitos, mediante los cuales de facto los dos primeros estados acabaron repartiéndose el Sáhara Occidental y España se desentendió de su responsabilidad como antigua potencia colonial. Pese al dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en 1975, y las reiteradas resoluciones de la ONU, la OUA y la UA, Marruecos las ha incumplido, aprovechándose del apoyo que tiene de potencias como Francia y EEUU, y la política ambigua mantenida por los gobiernos españoles, que, sin negar el derecho a la autodeterminación que le asiste y le reconoce la ONU, se niega a aplicar una política de apoyo efectivo hacia el pueblo saharaui, prefiriendo una situación de statu quo con su vecino del sur y sus aliados occidentales.

    Una cultura milenaria

    La cultura saharaui occidental, milenaria en sus orígenes y desarrollo, se inscribe en un ámbito territorial muy limitado para el desenvolvimiento de los grupos humanos, a la vez que corresponde a una población muy reducida en número. A esto hay que unir las interferencias políticas que está sufriendo especialmente desde 1975, momento en que se inició la ocupación militar por Marruecos. Todo ello no impide que se pueda hablar de una cultura específica, con lazos de diversas índole con nuestro país, derivados de la presencia colonial durante aproximadamente un siglo y también de las relaciones que numerosas personas, organizadas en grupos de apoyo a su causa, mantienen.

    Se trata de una cultura viva que mantiene elementos tradicionales, muy ricos en sus formas y contenidos, y que ha aportado nuevos elementos, en unos casos producto de una reinterpretación de los tradicionales en un contexto nuevo y en otros casos surgidos en la misma realidad actual.

    Los componentes principales de la cultura saharaui

    La cultura saharaui se ha ido conformando a lo largo de un proceso histórico, que le ha permitido dotarse de una personalidad propia, creada entre por la confluencia de sus propias tradiciones y las que sucesivamente han ido aportando otras cultura. En este sentido se han destacado cuatro grandes componentes de la cultura saharaui actual, originados en épocas históricas más antiguas, a los que habría que unir un quinto componente más reciente en el tiempo: la tradición ideológica que representa el Islam; las prácticas económicas en el marco de división de tareas entre varones y mujeres; la organización familiar tradicional; el equilibrio poblacional entre varones y mujeres; y la situación socio-política creada desde 1975 (Niño y Marvena).

    En todos estos componentes se ha destacado como un elemento clave, que ayuda a integrarlos y darles una coherencia de conjunto, el papel que juegan las mujeres, algo que resulta relevante en sí mismo y en relación a las culturas más cercanas y de una manera especial la cultura marroquí, que desde las últimas décadas ha entrado en conflicto con la saharaui.

    La tradición islámica

    Se trata de un componente que resulta común a todos los pueblos situados en el norte de África, desde la costa mediterránea hasta las zonas situadas al sur del desierto, y que incluye además a Marruecos. Pese a ello, el pueblo saharaui ha ido creando desde siglos atrás una serie de rasgos propios, desde el mantenimiento de algunos hasta el mestizaje con otros, que le han ido confiriendo su propia personalidad. Uno de ellos es el papel que ha jugado la mujer, siempre desde una mayor libertad de acción, que con frecuencia se ha interpretado como prácticas contrarias al Islam. Así se explica la costumbre de la cara destapada, los juegos eróticos entre jóvenes en algunas tribus, etc.

    Partiendo de la consideración del Islam no sólo como una religión, sino como una forma de vida, la interrelación del pueblo saharaui con el medio donde viven ha hecho que se haya hecho una adaptación de los rituales propios de la religión al propio entorno. Así, por ejemplo, la purificación con agua antes del rezo en las mezquitas se hace en el desierto con arenas y piedras.

    La misma literatura se circunscribió en otras épocas dentro de la tradición islámica, con predominio de las formas orales de transmisión, pero sin olvidar también las escritas. Entre las primeras se encuentra la lejtá, en la que se improvisaban poemas como una forma de sublimación de las rivalidades tribales. Y entre las segundas, la lejna. Hoy se mantiene viva una gran creatividad literaria, donde la poesía cobra un valor importante.

    Las prácticas económicas

    Partiendo del carácter predominantemente nómada de la cultura saharaui, el papel que juegan las mujeres resulta más relevante, con una menor presencia de los elementos patriarcales. Esto se ha traducido en una importante presencia de las mujeres en la vida económica, algo que ha contrastado con la que han tenido en las culturas vecinas del norte. Si la vida nómada ha exigido una permanente movilización de todo el grupo familiar, la división de tareas en relación al sexo-género ha conllevado que las mujeres hayan tenido una posición importante en las que le correspondían, independientemente de las responsabilidades asignadas en el marco de la organización del núcleo familiar.

    En la actualidad el nomadismo sigue existiendo y, aunque no es un elemento residual, sí va adquiriendo menor importancia en relación a las distintas actividades económicas realizadas tanto en los territorios ocupados como en la Hamada del Draa. Su mantenimiento refleja no sólo formas económicas y sociales que en el pasado fueron preponderantes, sino también otras formas que reproducen simbólicamente elementos propios de su identidad colectiva.

    Organización socio-familiar

    La sociedades nómadas tienen en los lazos de consanguinidad uno de sus rasgos sociales más característicos. La relación entre la familia y la tribu se convierte en la forma como se imbrican las personas en el conjunto social. Los jefes de familia suelen conformar estructuras de control y gestión mediante asambleas de tribales, que en la cultura saharaui se ha denominado yemáa. Fue utilizada desde 1934 por España como institución intermediaria entre la población saharaui y la metrópoli colonial, y llegó a ser utilizada por Marruecos entre 1975 y 1976, el momento en que se estaba dilucidando el futuro del Sáhara. La organización política de la RASD, sin embargo, ha eliminado esa institución por su naturaleza elitista, al dotar a una minoría de la toma de decisiones, sustituyéndola por un parlamento, órgano del poder legislativo, al que denominan Consejo Nacional saharaui.

    Resulta propio de las sociedades menos evolucionadas el mayor componente matriarcal en la organización familiar y, como consecuencia, en la social, en la medida que ésta tiene un importante componente de lazos consanguíneos. Es el caso de las sociedades nómadas, uno de los rasgos del pueblo saharaui. A lo largo de los últimos siglos, en parte por influencias de los pueblo vecinos, se fue dando una progresiva erosión de las viejas formas matriarcales hacia otras patriarcales, con el consiguiente predomino del varón en general y del patriarca en particular. Pese a ello se han ido manteniendo elementos de la tradición matriarcal, como son la práctica del noviazgo sin obligación de casarse, la autonomía para elegir al marido, el mantenimiento de su apellido familiar, el derecho al divorcio, la obligación por el marido/padre de contribuir económicamente al manteniendo de los hijos e hijas, etc.

    En este modelo de relaciones son frecuentes las fiestas que por distintos motivos se realizan, incluidas las relacionadas con los divorcios de las mujeres, una muestra de que no son percibidas como un trauma. Las noches son los momentos donde se manifiesta la libertad de acción de las propias mujeres, dentro de unas formas donde a la costumbre antigua del uso de la henna para pintarse las manos y los pies, se une la representación de dibujos geométricos y simbólicos, algunos presentes en restos de cerámica de hace cuatro mil años.

    El equilibrio poblacional entre varones y mujeres

    El equilibrio poblacional entre el número de varones y mujeres en la mayor parte de las sociedades y de las épocas ha sido precario, debido a causas diversas, pero donde el factor biológico (mayor resistencia del organismo de las mujeres) y diversas prácticas socio-culturales, como la guerra, han resultado favorables a las mujeres. En el caso de las sociedades del desierto ha ocurrido lo mismo, lo que ha permitido explicar la práctica de la poligamia. Entre las tribus saharauis, sin embargo, el número de varones ha tendido a ser superior. En la actualidad este reparto resulta diferente según el espacio al que nos refiramos. Así, en los campamentos de refugio en la Hamada hay un mayor número de mujeres, mientras que en las zonas ocupadas hay más varones. Esto en parte se explica por el hecho de que en la población que huyó desde 1975 había más mujeres, o que las secuelas de la guerra y la resistencia contra Marruecos haya afectado de una forma más directa a los varones, con muertes o encarcelamientos en prisiones.

    La situación socio-política creada desde 1975

    Este componente es el más reciente, producto de la confrontación con Marruecos, en mayor medida, y Mauritania, hasta 1980. De esta manera la lucha política que este pueblo viene desarrollando en lo territorios ocupados y en la zona de la Hamada desde la década de los 70 se ha complementado con el desarrollo de distintas prácticas, bien tradicionales o bien nuevas, que no han hecho más que consolidar su identidad, pese a la aparición de nuevos elementos, que han sido producto del contacto con determinados países y la dimensión más intensa que tienen las relaciones entre países y culturas en el contexto de una sociedad globalizada y altamente tecnificada.

    Es así como se entiende la relevancia que las mujeres han ido manteniendo y en algunos aspectos también aumentado, donde han ido confluyendo elementos tradicionales, las necesidades de la nueva situación y una mayor conciencia del papel que deben jugar en la época actual. Las mujeres saharauis muestran una imagen de personas con un gran grado de autonomía, una gran responsabilidad social, al margen de la tradicional familiar, y una importante presencia en algunos ámbitos de la vida pública, a veces abrumadora. Esto no quita para que se pueda hablar de una equidad entre los géneros y especialmente en los principales ámbitos de decisión.

    Esta realidad explica en parte que en los campamentos de refugio de la Hamada del Draa en las mujeres recaiga la mayoría de las tareas (Niño y Mervena), como la administración de recursos, la producción de manufacturas, la educación, la sanidad…; o que ocupen de una forma abrumadora los cargos municipales (95%), y de los comités de barrio (100%) y locales (80%). Lo que contrasta, no obstante, con que esta responsabilidad sea menor en los comités regionales (45%), el parlamento (11%) o el gobierno (sólo hay una ministra, que representa el 4%). Quizás también explique el papel que muchas mujeres de las zonas ocupadas están jugando en la resistencia contra Marruecos, como es el caso de Aminatu Haidar, de una larga trayectoria en su lucha, y otras tantas mujeres que salieron en parte a la luz cuando protagonizó su huelga de hambre a finales de 2009.

    Las relaciones con algunos países, entre los que destacan Argelia, Libia, España y Cuba, están permitiendo ampliar los horizontes incluso hacia otros continentes. Si con Argelia y Libia existe una mayor proximidad cultural, con España y Cuba se da el contacto con realidades muy distintas, a la vez que variadas. A esos países acuden jóvenes de los dos sexos a formarse en estudios secundarios y universitarios. En el caso de España existe la práctica muy extendida del acogimiento temporal en familias de niños y niñas, o las continuas visitas que se hacen a los campamentos del desierto, lo que pone a la luz la enorme solidaridad existente entre amplios sectores de la población española con el pueblo saharaui. Se ha destacado que en esos países “no pierden los elementos constitutivos de su cultura, mantienen su religión, la ceremonia del té, lo cual hace menos traumático su regreso a la realidad del exilio en la Hamada”, una vez que han finalizado sus estudios (Niño y Mervena).

    El mundo de la educación es un ámbito donde las relaciones con otras culturas están presentes. Así, el sistema escolar tiene establecido a partir del cuarto curso la enseñanza de la lengua castellana, de manera que con la árabe, en su dialecto hassaní, es una de las dos lenguas oficiales y de relación con el mundo.

    Para acabar

    Hay un proverbio saharaui que dice: « los momentos difíciles se superan con calma ». Quizás esa paciencia es la que está permitiendo a este pueblo que, al menos, pueda seguir sobreviviendo en un contexto tan conflictivo.

    En Barbate, a 14 de abril de 2009

    Documentación de referencia

    Bibliografía sobre la cultura saharaui

    CAHEN, C. (1989). El Islam. I. Desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio otomano. Madrid, Siglo XXI.

    CALDERÓN, C. (2000). Sáhara: la esperanza de un pueblo. Cádiz.

    GARGALLO, F. (2006). Un acercamiento a la cultura saharaui, en Encuentro de Cultura Saharaui, en 1 de octubre de 2006. Coyoacán, DF México, Casa de Cultura Benemérito de las Américas, http://www.nodo50.org/labarored/interpueblos/ Sahara/noticias/octubre06.htm#mex011006 (consultado el 28-03-2010).

    GAUDIO, A. (1952). Apuntes para un estudio sobre los aspectos etnológicos del Sáhara occidental. Su constitución básica, en Cuadernos de Estudios Africanos, n. 19. Madrid, Instituto de Estudios Políticos, http://sahara-news.webcindario.com/ apuntesparaunestudio.htm (consultado el 12-04-2010).

    MONTERO, J.-M. (2006). Viaje de interés y valor humano al Sáhara. Salamanca, artículo inédito.

    NIÑO, J. y MARVENA, E. (2008). Identidad cultural y de género en el Pueblo Saharawi. Sankofa Asociación Cultural, www.myspace.com, http:// sankofacultura.blosgspt.com, http://www.assatashaku.org/forum/foro-abierto/357 (consultado el 29-03-2010)

    REINA, J. L. (fecha desconocida). El Sáhara Occidental, texto extraído del catálogo de la exposición Sahara Occidental, etnografía y tradición, http://www.mgar.net/ africa/sahara.htm (consultado el 29-03-2010).

    RUIZ, C. (1994). El Sáhara Occidental y España: historia, política y derecho. Análisis crítico de la política exterior española. Madrid, Dykinson.

    VON GRINEBAUN, G. E. (1984). El Islam. II. Desde la caída de Constantinopla hasta nuestros días. Madrid, Siglo XXI.

    Publicaciones sobre el problema del Sáhara Occidental

    AMIRAH FERNÁNDEZ, H. (2004). El Sáhara Occidental en las dinámicas internas intra-magrebíes, en ARI, n. 170, 19 de noviembre. Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, www.realinstitutoelcano.org (consultado el 2-02-2010).

    CARRILLO SALCEDO, J. A. (1979). La posición de España respecto de la cuestión del Sahara occidental: de la Declaración de Marruecos al comunicado conjunto hispano-argelino, en Revista de Política Internacional, n. 163. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, www.cepc.es (2-02-2010).

    ESCRIBANO, G. (1994). Las relaciones comerciales entre Marruecos y la Unión Europea a la luz de la Ronda Uruguay, en Documentos de Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad Complutense de Madrid, en www.ucm.es y econpapers.repec.org (consultado el 2-02-2010).

    MENDOZA, R. (2008). Situación jurídica del Sahara Occidental en base al derecho internacional. CEDESPAZ, 2008, www.rebelion.org (consultado el 2-02-2010).

    PENNELL, C.R. (2009). Breve historia de Marruecos. Madrid, Alianza Editorial.

    RODINSON, Maxime: Los árabes. Madrid, Siglo XXI, 1981.

    Literatura

    LEANTE, L. (2007). Mira si yo te querré. Madrid, Alfaguara / Santillana.

    MORENO, O. (2003). Mektub, (Estaba escrito…). Badajoz, Abecedario.

    PRADA, F. J. (2002). Las jaimas de Ardelgamar. Saharauis encadenados. Ponferrada, Cornatelius.

    PRADA, F. J. (2006). Sembrando metecos y recogiendo sirocos. Ponferrada, Cornatelius.

    PRADA, F. J. (2006). Si me quieres escribir. (El papel lo aguanta todo). Ponferrada, Cornatelius.

    Vídeos

    El cielo contra el Sáhara. Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Salamanca / TeLévisión Salamanca, fecha desconocida.

    OCIO, J. J., GARCÍA, M. y LASO, J. (2005). Espejismo. Ilusiones de un niño del desierto. Madrid, Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Salamanca / Producciones Cine de Guerrilla.

    Fuente : Entre el mar y la meseta, 6 marzo 2011

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, España, descolonización, cultura, tradición,

  • La violencia es el arma de los débiles

    Reprimiendo, matando y encarcelando a los saharauis que festejaron la victoria argelina en la final del campeonato de naciones de fútbol, Marruecos ha cometido un grave error.

    Una de sus víctimas, Sabah Athman Hmeida, tenía tan sólo 24 años. Daba clases nocturnas de inglés y tenía toda una vida por delante. Sus sueños fueron pulverizados por dos vehículos de las Fuerzas Auxiliares en la Avenida de Smara, una de las mayores calles del Aaiún, capital ocupada y martirizada por el invasor.

    El único delito de Sabah fue el ser hincha del equipo argelino de fútbol. No tienes antecedentes judiciales, ni tenía la intención de hacer daño a nadie. Eso no impidió que se salvara de la violencia del Estado marroquí. Una violencia que es el signo de debilidad, de la derrota y la desesperación. No sin razón se dice que la violencia es el arma de los más débiles.

    En efecto, Marruecos se encuentra hoy en posición de debilidad en el conflicto del Sáhara Occidental. Pour una parte, atraviesa una situación interna explosiva. Desde hace años, la crisis social no hace más que agravarse, pero las arcas del país están vacías. Las autoridades sólo tienen palos para ofrecer a los millones de ciudadanos marroquíes que viven en una situación precaria. El Fondo Monetario Internacional ya no oculta su pesimismo en cuanto a la situación de la deuda externa marroquí así como las condiciones socio-económicas desastrosas en las que se desarrolla la población marroquí.

    Hablando de bomba de relojería susceptible de explotar en cualquier momento, el FMI evoca un crecimiento económico indigente y una inquietante agravación de las desigualdades sociales. El informe de la institucion financiera internacional también hace alusión al alarmante nivel al que ha llegado la corrupción y su influencia negativa sobre las inversiones.

    En el Sáhara Occidental, la estrategia de Marruecos se volvió contra él. Aunque los barcos de pesca europeos vuelven a las costas saharauis, el último acuerdo de pesca constituye un verdadero varapalo para Rabat ya que su firma consta sobre unos párrafos que indican claramente que el territorio saharaui no forma parte de Marruecos.

    En El Gargarat, lo menos que se puede decir es que a Marruecos le salió el tiro por la culata. En lugar de echar al Polisario de la llamada zona « Kandahar », ésta se convirtió en un frente más contra la ocupación. El pescado que atraviesa el territorio saharaui y Marruecos para para ser comercializado en Andalucía se está pudriendo en espera de poder pasar por El Gargarat.

    En Nueva York, el contencioso del Sáhara está paralizado por la dimisión del alemán Horst Köhler para protestar contra la hipocresía de Francia y Estados Unidos que alegan respetar el derecho de los saharauis a la autodeterminación al mismo tiempo que apoyan una solución favorable a Marruecos aunque sea mediante la violación de los derechos más fundamentales de la población saharaui.

    Ante el rechazo de sus potentes aliados a imponer la supuesta solución autonómica, Marruecos recurre a la violencia como único credo para seguir ocupando el territorio del Sáhara Occidental. Sin embargo, parece ser que las autoridades marroquíes olvidan que la violencia sólo engendra violencia.

    Photo : El Gargarat bloqueada por los saharauis para protestar contra la ocupación marroquí

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, violencia, ONU, MINURSO,

  • Sabah Azmán, mártir de la copa africana de fútbol

    Rabat siempre se ha jactado de la « excepción marroquí », un concepto creado en plena situación de pánico originada por los acontecimientos de la denominada « Primavera Arabe ». Las autoridades pretenden que Marruecos se distinguen de los otros países árabes y musulmanes por tener un rey que, al mismo tiempo, es « comendador de los creyentes » y «descendiente del profeta».

    Sin embargo, los marroquíes evitant citar los elementos que realmente hacen de Marruecos una excepción como ciertas prácticas de tortura, entre ellas la introducción de una botella en el ano de un detenido. Una crueldad que tiene como objetivo humillar a la víctima y hacer que lamente incluso el haber nacido.

    Acorralados por las críticas de las ONG humanitarias, las autoridades pretenden evitar las detenciones sin renunciar a la represión y la violencia. Las frecuentes manifestaciones del pueblo marroquí reivindicando mejores condiciones de vida llevaron a las autoridades a inventar una nueva manera de reprimir : el atropello.

    De esta manera, este método fue estrenado en la población de Yerada que salió para condenar la muerte de sus hijos en las minas de carbón abandonadas. Un jóven fue atropellado intencionalmente y se encuentra, desde entonces, en estado paraplégico.

    En El Aaiun, capital ocupada del Sáhara Occidental, los habitantes fueron atropellaldos ayer por un simple partido de fútbol. Entre las víctimas se encuentra Sabah Azmán, una joven que había salido para celebrar la victoria de la selección argelina en la final de la copa africana de naciones.

    Antes de dar el último suspiro, Sabah no paraba de decir « ay, como me duele ». Esperemos que sus gemidos y quejas lleguen a los pasillos de la ONU y reaccionen contra la violencia marroquí que se ha convertido en un crimen contra la humanidad. Sus prácticas recuerdan las atrocidades del Estado Islámico.

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, territorios ocupados, represión, CAN 2019, Argelia, fútbol,

    [youtube https://www.youtube.com/watch?v=OxDd04aFnb0&w=560&h=315]

  • « Una cárcel que tiene preso a un país entero »

    Marruecos construyó en Sahara Occidental el muro militar más grande del mundo. Por Eugenio G. Delgado desde Tinduf (Argelia) Con 2.720 kilómetros, la barrera que separa en Sahara Occidental las zonas ocupadas por Marruecos y las liberadas por el Frente Polisario, representa el muro militar en uso más largo del mundo y el segundo de todos los existentes, solo por detrás de la Muralla China. Desde la distancia de seguridad obligatoria de cinco kilómetros, impuesta por un campo repleto de minas, el muro que separa las zonas liberadas de las ocupadas de Sahara Occidental –el único territorio de África aún sin descolonizar, y cuya potencia administradora reconocida internacionalmente continúa siendo España– solo parece un gran montículo de arena en medio del desierto. Sin embargo, con unos prismáticos o un teleobjetivo se puede ver a los soldados marroquíes y sus puestos de vigilancia. Este muro militar, desconocido y silenciado, es el que cuenta con mayor longitud del mundo en uso, con 2.720 kilómetros, y es el segundo más largo del planeta, solo por detrás de la Gran Muralla china (21.196 km). En una época en la que el actual presidente de EE. UU., Donald Trump, ha puesto tan de moda los muros con su deseo de continuar el que ya existe entre su país y México –con una longitud de 1.123 km–, hay que señalar, por comparar y por situar en su justa medida el que divide Sahara Occidental, que la barrera israelí en la Cisjordania palestina mide 819 kilómetros; el muro que se levanta entre Pakistán e India es de unos 750; el que divide las dos Coreas mide 248 kilómetros; 12 tiene la valla de Melilla; y 8 la de Ceuta. El histórico Muro de Berlín alcanzó 155 kilómetros. El muro de Sahara Occidental no es una construcción lineal, sino una sucesión de seis barreras construidas entre 1980 y 1987, en plena guerra entre el Frente Polisario y Marruecos, después de la ocupación alauita –con la Marcha Verde, en 1975–, y de la retirada definitiva de España de su provincia número 53, un año después.

    Una idea de Israel
    «Cuando Mauritania abandonó el conflicto en 1979, el Frente Polisario había conseguido recuperar el 80 % del territorio saharaui y teníamos que concentrarnos únicamente en un enemigo: Marruecos. En 1980 solo estaba bajo su dominio lo que Hassan II llamaba «el triángulo útil», formado por El Aaiún, por la pesca; Bu Craa, por los fosfatos, y Esmara, más el punto de Dajla, al sur, también de una riqueza pesquera enorme. Además, el Ejército saharaui realizaba incursiones en el sur de Marruecos. Como veían que iban a perder esta guerra de guerrillas de desgaste, unos asesores militares israelíes aconsejaron a Hassan II que pasara de la táctica ofensiva a la defensiva y que construyera el muro. El régimen marroquí es el régimen árabe más cercano a Israel de toda la historia, y muchos judíos marroquíes viven en este país, lo que explica esta relación tan cercana. Por ejemplo, el promotor de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel en la guerra de los 70 fue ­Hassan II» –Casablanca acogió en marzo de 1979 la firma de dicho acuerdo, que puso fin al estado de guerra en el que vivieron ambos durante más de 30 años–, asegura Mohamed Uleida, militar y ahora director del Museo Nacional de la Resistencia, situado en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf ­(Argelia).

    Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma juvenil Gritos contra el muro marroquí, añade otro detalle: «La ex ministra de Cultura francesa, y ahora directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, es judía marroquí, su familia proviene de ­Essaouira y su padre, André Azoulay, ha sido consejero de los reyes de Marruecos Hassan II y Mohammed VI. Por eso, la UNESCO no reconoce la cultura saharaui ni la protege del exterminio en los territorios ocupados. La idea de construir el muro fue de Israel, desde luego, pero apoyada por la técnica e ingeniería francesa y estadounidense, y económicamente sustentada por Emiratos Árabes, Arabia Saudí y el resto de monarquías del Golfo. No se sabe cuánto costó construirlo, pero sí que durante la guerra, Marruecos se gastaba casi un millón de euros diario solamente en mantenerlo».

    Esta plataforma organiza visitas al muro cada dos meses, más dos grandes concentraciones en Semana Santa y Navidad. Instalan una jaima gigantesca enfrente de él en su parte norte, realizan actividades culturales e informativas y, en definitiva, son los que más se acercan al «muro de la vergüenza», como ellos lo definen. Su objetivo es visibilizarlo internacionalmente, concienciar a los jóvenes saharauis sobre su existencia, y «recordar a los soldados marroquíes que hay gente dueña de esta tierra que sigue reclamándola, que no se apague la llama de la lucha».

    ¿Cómo es el muro?

    Chagaf describe físicamente el muro marroquí: «Delante de él se extiende una amplia franja minada. Luego, una alambrada. A continuación unas trincheras, seguidas de una pared que, dependiendo del lugar, es de piedra, adobe o arena, y que mide entre uno y tres metros, donde se encuentran más de 150.000 soldados marroquíes. Detrás de este ejército, hay una trinchera de dos metros, porque el Frente Polisario tiene unos tanques que pueden superar obstáculos de 1,5 metros. Encima de la construcción están los radares y las ametralladoras. Y, por último, en la retaguardia disponen de unidades pesadas como tanques, carros de combate blindados o ­morteros».

    «Mantener todo eso cuesta hoy 3,5 millones de euros diarios, ya que cada cinco kilómetros hay una base con dos puestos de vigilancia, a derecha e izquierda, con radares que tienen una cobertura de 60 kilómetros a la redonda, y entre cada una de estas bases, otra sub-base militar, además de 240 baterías de artillería pesada y 20.000 kilómetros de alambrada de espino. El dinero que se gastan los marroquíes en el muro viene de tres fuentes principales: la primera, de la ayuda generosa de los saudíes y las monarquías del Golfo; la segunda, de lo que se está expoliando de territorio saharaui, ya que los ingresos que genera el fosfato que utiliza EE. UU. y el pescado que comen los europeos acaban en este muro; y la tercera, los millones de euros que da la UE a Marruecos, bajo el pretexto de combatir la inmigración ilegal», subraya el soldado Mohamed Uleida.

    Ni la embajada de Marruecos en España, ni el Consejo Real Consultivo para los Asuntos de Sahara, contactados para conocer su opinión sobre el muro, han ofrecido respuesta alguna sobre esta instalación.

    Según la Campaña Internacional para la Prohibición de la Minas Antipersona (ICBL, por sus siglas en inglés), red mundial que engloba a 70 países y que trabaja para la prohibición de este tipo de explosivo y de las bombas de racimo, Sahara Occidental es una de las diez zonas más minadas del mundo.

    La iniciativa internacional Together to Remove the Wall (Juntos para retirar el muro) estima que, a lo largo de esta fortificación, hay más de 7 millones de minas. «No se puede calcular con exactitud el número total de minas que hay, porque también existen muchas en las zonas ocupadas y Marruecos no deja entrar allí a los organismos internacionales. Únicamente se puede estimar el número que hay en el muro, que se sitúa entre 7 y 10 millones de minas de diferentes tipos: ­antitanque, antipersona, restos de obuses sin explotar y bombas de racimo, de fragmentación, resultado estas últimas, de los bombardeos aéreos. En el resto del territorio no se puede concretar con exactitud, pero hay estimaciones que elevan la cifra hasta los 40 millones», comenta ­Malainin Mohamed Brahim, director de la Oficina Saharaui de Acción contra las Minas (SMACO, por sus siglas en inglés). A principios de 2019, el Frente Polisario destruyó 2.500 minas antipersona y antitanque recogidas en los territorios liberados ante representantes de la ONU.

    2.500 personas fallecidas

    Desde ICBL calculan que más de 2.500 personas han muerto desde 1975 en Sahara Occidental debido a este armamento. Las víctimas no se limitan al período del conflicto abierto entre ese año y 1991, ya que en 2018, por ejemplo, hubo 22 fallecidos. El equipo de Acción contra las Minas de Naciones Unidas (UNMAS, por sus siglas en inglés) señala que el 80 % de las víctimas son civiles.

    «Hemos realizado un censo, aunque solamente incluye a los ­supervivientes, y hemos llegado a 1.700 personas. No tenemos números ­sobre las víctimas mortales, pero estimamos que la cifra que indica ICBL es la correcta y alcanza los 2.500 muertos», comenta Aziz Haidar, presidente de ASAVIM, la Asociación Saharaui de Víctimas de Minas, damnificado él mismo por una de ellas en 1979, a consecuencia de la cual le amputaron las dos piernas. Aziz añade: «En la asociación hemos ayudado a más de 600 personas. Desde facilitarles muletas, prótesis, sillas de ruedas, medicamentos, camas para personas paralíticas o ayudas económicas para poner en marcha pequeñas cooperativas o negocios». «Las personas que más sufren las minas son los beduinos, por ser nómadas, y sus rebaños de camellos. Además, las víctimas aumentan en tiempo de lluvias porque el pastoreo abunda en las cercanías del muro. No son solo saharauis los que vienen a pastorear en los territorios liberados. También de la vecina Mauritania, porque hay buenos pastos que no hay allí», señala Malainin, director de SMACO.

    Aziz destaca también otros dos problemas: «Cuando hay lluvias, el agua arrastra las minas ya localizadas hacia zonas que no tenían o que estaban desminadas, y no se puede saber dónde quedan. El muro es una máquina que está sembrando minas por todas partes. Parece que tiene vida para matar. Por otra parte, la buffer zone (zona intermedia) se extiende a lo largo del muro, con cinco kilómetros de ancho. Como consecuencia del acuerdo de alto el fuego de 1991 entre Marruecos y el Polisario, en esa zona no pueden entrar ni el Polisario ni la ONU, pero es la zona más infectada por minas y restos de guerra. Los civiles sí acceden a ella, por lo que se producen muchas explosiones y víctimas. Pedimos a la ONU que rectifique y que puedan entrar las asociaciones que realizan el ­desminado».

    Una separación más que física

    La barrera física que representa el muro conlleva, además, otro tipo de separaciones menos visibles. «Divide culturalmente a un pueblo. La mayoría vive bajo ocupación marroquí –el 40 % de la población de El Aaiún, y el 20 % de Dajla es saharahui–, y hay una estrategia estudiada para hacer ­desaparecer la identidad saharaui. Por ejemplo, no hay una sola universidad en los territorios ocupados, y los saharauis tienen que ir a estudiar a Marruecos. El hasanía es un dialecto que desaparece, también desaparece nuestra vestimenta y se está produciendo un expolio cultural constante. Somos hijos de las nubes. Tenemos una cultura que no está escrita, es oral, y va de la cabeza de una persona a la de otras. Si estamos divididos físicamente, se pierde y se deteriora. Cada abuelo que se nos va, es una biblioteca que desaparece», lamenta Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma Gritos contra el Muro.

    Malainin Mohamed Brahim, director de SMACO, insiste: «El muro nos priva de nuestras riquezas naturales y de un nivel de vida digno porque, desde hace 43 años, vivimos de la ayuda internacional en los campamentos de refugiados, cuando nuestro territorio es de los más ricos del mundo. Estamos pidiendo limosna cuando tenemos de todo. Estamos en territorio argelino, no es nuestra casa, y no queremos vivir eternamente en la casa del vecino. Hemos enterrado a nuestros padres y abuelos lejos de nuestra casa. Nosotros y nuestros hijos queremos volver y vivir en nuestro país».

    «El muro separa familias enteras. La mía está en el Aaiún ocupado. Tengo 14 hermanos: 11 están en los territorios ocupados, yo en los campamentos, y otros dos en España. También obstaculiza la agricultura, porque no permite que los ríos sigan su curso natural. El muro los bloquea y, de un lado, encuentras tierras fértiles y del otro solo desierto. También evita la libre circulación de las personas. Sahara Occidental está encerrado herméticamente con este muro. Es una gran cárcel que tiene preso a un país entero. El muro significa que la guerra continúa», concluye el presidente de ASAVIM, Aziz Haidar.

  • El doble juego de Washington y París en el Sáhara

    Pronto se cumplirán 44 años del abandono por parte del Estado español de la colonia africana del Sáhara Occidental, la posterior invasión marroquí, y que todo ello provocó el desplazamiento de miles de personas a los campamentos de refugiados de Tindouf. A día de hoy el territorio sigue pendiente de un proceso casi eterno de descolonización, y las partes implicadas no han dado en estos últimos años ningún paso significativo para llegar a un acuerdo que respete el deseo de las Naciones Unidas, es decir, la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental.

    Pero la anhelada solución política se ve otra vez estancada ya que el eje franco-marroquí acaba de repudiar al ex-presidente alemán Horst Köhler, enviado personal del Secretario General de Naciones Unidas, cuyo trabajo fue obstaculizado por el claro apoyo de Francia y Estados Unidos a la pseudo solución autonómica de Rabat en detrimento del derecho internacional. Tanto Washington como París hicieron caso omiso de las sugerencias que vienen en el informe anual de Antonio Guterres sobre la necesidad de establecer un mecanismo para atenuar las violaciones de los derechos de los saharauis.

    Esta no es la primera vez que un enviado onusino tira la toalla denunciando a las dos potencias mundiales citadas. El holandés Peter Van Walsum es, según El País « el único representante del secretario general que se ha atrevido a sostener que la legalidad internacional está del lado del Polisario, pero que el Consejo de Seguridad no iba a utilizar sus poderes para imponérsela a Marruecos ».

    Con la situación estancada al parecer de manera permanente, el conflicto sigue afectando a cientos de miles de personas que siguen viviendo en el territorio del Sáhara Occidental, donde denuncian constantes violaciones de los derechos humanos, y en los campamentos de refugiados saharauis, donde las condiciones de vida climatológicas y sociales para los saharauis son cada vez más difíciles.

    Antonio Guterres deberá ahora buscar un sustituto a Köhler. Una tarea que no tiene nada de fácil ya que el nuevo emisario deberá contar con el beneplácito del mal llamado « Grupos de Amigos del Sáhara Occidental » que con el tiempo se descubrió que son amigos de Marruecos y su único fin es entregarle el Sáhara en una bandeja de oro. Sólo que Guterres le será muy difícil encontrar una personalidad con mucho prestigio dispuesta a desempeñar una misión que se ha vuelto imposible a causa del doble juego de americanos y franceses.

    Mientras tanto, España, cuya falta de soberanía diplomática se ha vuelto legendaria, seguirá su político de dependencia y suivismo con respecto a Francia y Estados Unidos tirando por la borda sus legítimos intereses en su antigua colonia.

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, España, Marruecos, ONU, Francia, Estados Unidos,

  • Sahara Occidental : Euforia a raiz de la calificación argelina para la final de la CAN 2019 (video)

    Argelia desbarató los pronósticos en las eliminatorias de la Copa Africana de Fútbol el domingo, cuando despachó 2-1 a la selección de Nigeria calificándose de esta manera para la final que se disputará contra el Senegal.

    Los hombres de Djamel Belmadi fueron a obtener un tiro libre a 20 metros. Y unos largos segundos más tarde, la explosión … La pistola Mahrez lanzó a los miles de fanáticos argelinos que hicieron el viaje (2-1, 90 ° +5) y le dio a los Verdes su tercera final continental.

    El gol de Mahrez en el 96º minuto encaminaron una sensacional victoria para el equipo argelino que se las verá con los senegaleses para la disputa de la copa continental africana.

    A pesar del bloqueo efectuado por las fuerzas de seguridad marroquíes que se habían desplegado en las calles de la ciudad, decenas de saharauis celebraron hoy eufóricos en las calles del Aaiún, capital ocupada del Sáhara Occidental, la tercera calificación de la selección argelina para la final de la CAN 2019, una performancia que no logran desde 1990. « One, two, three, viva l’Algérie ! » es el slogan favorito de los que entonaban la victoria del aliado argelino. Una manifestación que corre el riesgo de enfrentarse a una violenta reacción por parte de las autoridades de ocupación marroquíes.

    Tags : Marruecos, Sahara Occidental, Frente Polisario, CAN 2019, fútbol, copa africana, final, Nigeria, Argelia, 

  • Felipe Briones : « El uso legítimo de la fuerza armada es un derecho a disposición de los movimientos de liberación »

    Felipe Briones, sobre el Sahara: “A los movimientos de liberación les corresponde el uso legítimo de la fuerza armada”

    Detrás de su aspecto informal y su rostro cansado se esconde una de las mentes más lúcidas y combativas sobre una injusticia que no llena portadas de periódicos ni quita el sueño a los españoles. Hablamos con Felipe Briones, fiscal Anticorrupción de Alicante, bueno, mejor dicho escuchamos con atención a Felipe Briones diseccionar el caso Sahara, territorio donde prácticamente nació y pasó su infancia y primera juventud, y al que sigue defendiendo de los ataques continuados de Marruecos y de la pasividad de España. Fue observador de la ONU para la colonia española y desempeña en la actualidad el cargo de secretario general de la Asociación Internacional de Juristas para el Sahara Occidental.

    Partimos de un hecho que va a sorprender a más de un lector que asocia el Sahara con una colonia española que fue cedida a Marruecos en la agonía del dictador Franco, hace ahora 40 años. “Desgraciadamente no es conocido pero a día de hoy, según Naciones Unidas, el Sahara sigue siendo territorio español y según también un auto de la Audiencia Nacional de España de 2014”.

    Es decir, que la jurisdicción española aún tiene competencias en el Sáhara “por el principio de territorialidad”, matiza Briones. Esto significa, y es muy importante, que el código civil rige en el pueblo saharaui.

    _(PREGUNTA) Los gobiernos españoles desde Suárez hasta Rajoy, ¿han mirado para otro lado en el caso del Sáhara para no vérselas con Marruecos?

    _(RESPUESTA) No. Han contribuido a la anexión del Sahara por parte de Marruecos.

    _(P) Pero Marruecos ha hecho un uso continuado de la violencia contra la población saharaui.

    _(R) Marruecos ha practicado la represión desde la Marcha Verde (1975).

    Es más, Briones recuerda otro hecho que parece que haya pasado desapercibido. El caso Sahara se encuentra en los juzgados españoles (en concreto en el juzgado central número 5 de la Audiencia Nacional) para dilucidar si hubo o no genocidio contra la población. De momento se han procesado a once personas y en palabras de Briones, “hubo un intento de hacer desaparecer a esta población”. ¿Cómo? “Con violaciones, torturas, desapariciones forzosas…”.

    _(P) El líder del Frente Polisario Mohamed Abdelaziz ha dicho recientemente que contempla la lucha armada “como una opción legítima”. ¿Qué opina?

    _(R) A los movimientos de liberación les corresponde legítimamente el uso de la fuerza armada para defender sus derechos en base a lo que ha establecido las Naciones Unidas.

    Pero tampoco esperen encontrar pesimismo en las palabras del fiscal alicantino. Porque Briones considera que el caso Sahara, “desde el plano político, va ganando enteros” de unos años a esta parte. Y se refiere al peso que ha logrado la república del Sáhara en la Unión Africana donde es miembro de pleno derecho (ocupa una vicepresidencia) y donde, por cierto, no pertenece Marruecos, precisamente porque acoge a los saharauis.

    La Unión Africana a través de una comisión de cinco jefes de Estado ha hecho un llamamiento a la asamblea de la ONU para que fije una fecha concreta para la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación del Sáhara, cuestión que se lleva alargando tanto en el tiempo…

    Y mientras tanto, ¿qué ha hecho Europa?. “Bueno, la Unión Europea, que va en decadencia, ha seguido el proceso inverso de la Unión Africana”. Aún así Briones saca a relucir, por ejemplo los acuerdos de pesca con Marruecos, “ilícitos” para los servicios jurídicos europeos porque, entre otras cuestiones, no se solicitó la opinión del Frente Polisario; o la resolución todavía pendiente sobre el Sahara del gobierno de Suecia.

    Briones concluye con una frase que ha repetido a lo largo de la entrevista y que quiere “que le quede claro al lector”: “Hay que denunciar siempre, siempre, que Marruecos carece de soberanía en el Sahara”. Por nuestra parte, rescatamos otra frase contundente del fiscal Anticorrupción que si bien no lanzó al final de la entrevista, sino al principio de la misma, entronca bien con la anterior afirmación: “El Sahara está sedimentado sobre la corrupción marroquí”. Pensemos.

    Fuente: La voz del Sáhara Occidental en Argentina, 22 nov 2015

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, lucha armada, movimientos de liberación,

  • La juventud saharaui atrapada en el desierto (documental)

    « Hamada » es el retrato de una juventud saharaui en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. Pasan los días sin ningún tipo de actividad y no tienen perspectivas de futuro. Están atrapados por el conflicto del Sáhara Occidental que lleva enquistado 43 años.

    Según Rodríguez Serén, director de la publicación, « tiene una visión claramente feminista. Es una mujer muy determinada, muuy activa y muy osada. En ese sentido, al público le sorprende mucho porque el público tal vez no está acostumbrado a ver el retrato de una mujer árabe, musulmana y con esta determinación ».

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, Hamada, juventud, desierto, resistencia, mujer saharaui,

  • Entrevista al catedrático Carlos Ruiz Miguel

    Carlos Ruiz Miguel es Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela desde el año 2001. Es también Profesor Jean Monnet de la Comisión Europea. Ha escrito más de 10 libros y decenas de artículos académicos, muchos de ellos relacionados con el Sáhara Occidental. Destaca el libro ‘El Sahara Occidental y España: historia, política y derecho: análisis crítico de la política exterior española’. Más recientemente, ha sido coautor de ‘El Sahara Occidental. Prontuario jurídico. 15 enunciados básicos sobre el conflicto’, que promete ser un libro de referencia en el estudio del conflicto. Asimismo, es director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela. Sin duda alguna, estamos ante una de las referencias académicas en el conflicto del Sáhara Occidental.

    En los Acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975, entre España, Marruecos y Mauritania, el gobierno español autorizaba el establecimiento de una nueva administración marroquí-mauritana. De esta manera, España habría cedido la soberanía del territorio a ambos países y habría dejado de ser la potencia administradora. ¿Qué supusieron verdaderamente los Acuerdos de Madrid?

    En los acuerdos de Madrid NO se establece una administración “marroquí-mauritana” sino “hispano-marroquí-mauritana”. Se establece una administración TRI- no BI-partita. España NO ha cedido la “soberanía” en ese acuerdo, ni a esos dos países, sino que cedió la “administración” a la entidad tripartita.

    España no ha dejado válidamente de ser potencia administradora según Naciones Unidas.

    Aunque España ha dejado de tener el control del territorio sigue vinculada a ciertas obligaciones internacionales de las potencias administradora, como las que le obligan a impedir la explotación ilegal de los recursos naturales del territorio.

    ¿Qué estatus ostentan entonces Marruecos y España en la actualidad en relación al Sáhara Occidental? ¿Qué responsabilidades tienen?

    Marruecos es la potencia ocupante del Territorio. Sus responsabilidades son las que los Convenios de Ginebra y la Convención de La Haya fijan para las potencias ocupantes.

    España es la potencia administradora del Territorio, “de iure”, pues “de facto” no controla el territorio. Sus obligaciones son las que corresponden a las potencias administradoras fijadas, entre otros instrumentos, en las resoluciones sobre Actividades económicas y de otro tipo que afectan a los intereses de los pueblos de los territorios no autónomos

    Desde hace ya décadas los saharauis vienen enarbolando su derecho a la autodeterminación. ¿En qué consiste este derecho y dónde está garantizado?

    El derecho a la autodeterminación y a la independencia se le ha reconocido al pueblo del Sahara Occidental por Naciones Unidas.

    Este derecho está reconocido al amparo de la resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas y significa que “en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.”

    ¿Existe alguna diferencia entre el derecho a la autodeterminación esgrimido por los saharauis y el que algunos han apoyado en Cataluña, Kosovo o Escocia?

    TODA, el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui ha sido reconocido por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el Tribunal Internacional de Justicia.

    A Cataluña, Kosovo o Escocia NO se les ha reconocido ese derecho NI por la Asamblea General, NI por el Consejo de Seguridad NI por el Tribunal Internacional de Justicia.

    La posición de Marruecos siempre ha sido contraria a la celebración de un referéndum de autodeterminación y ha argumentado que existen otras vías para dar solución al problema como, por ejemplo, un estatuto de autonomía dentro de Marruecos. ¿Es esta opción válida acorde a la legalidad internacional? ¿Podría ser una forma de garantizar el derecho de autodeterminación y poner fin al conflicto?

    NO es cierto que la posición de Marruecos “siempre” haya sido contraria a la celebración de un referéndum de autodeterminación. Marruecos aceptó ese referéndum cuando aceptó el “Plan de Arreglo” y los “Acuerdos de Houston” en donde se establece ese referéndum.

    La propuesta marroquí de “autonomía” NO es conforme con el Derecho Internacional porque parte de una premisa ilegal, que es la soberanía marroquí sobre el territorio. Precisamente porque parte de una premisa ilegal, esa propuesta NO puede garantizar el derecho de autodeterminación ni poner fin al conflicto.

    El Consejo de Seguridad y la ONU llevan ya tiempo apoyando rondas de negociaciones entre las partes como forma de solución del conflicto. A principios de diciembre van a tener lugar una nueva ronda de conversaciones. ¿Cree que será un punto de inflexión en la resolución del conflicto? ¿Considera esta la vía para resolverlo o cree que la ONU debería ser más contundente en la resolución del conflicto?

    Si va a ser el punto de inflexión DEFINITIVO del conflicto es difícil de saber.
    Pero lo cierto es que ha sido un punto de inflexión en la dinámica actual, que llevaba bloqueada desde hace diez años.

    Creo que las conversaciones o negociaciones (vía capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas) NO son la vía adecuada para resolver este conflicto. Sin duda, después de tanto tiempo, habría que haber resuelto este conflicto por la vía del capítulo VII de la Carta, es decir, mediante la imposición por el Consejo de Seguridad de una solución.

    La ONU no ha intervenido tan activamente en el territorio para lograr una solución como si hizo en otros casos recientes como Kosovo o Timor Oriental. ¿A qué se debe esta diferencia y que justificación tiene?

    Un matiz: en Kosovo la ONU quiso intervenir pero no se aprobó la independencia del territorio que, no obstante se haya apoyado por el bloque de la OTAN. Sin embargo, Kosovo se ha resuelto al margen de la ONU gracias a apoyo de los EE.UU. Es decir, había un veto de Rusia, pero un apoyo total de los EE.UU. y el bloque OTAN.

    En Timor Oriental el asunto se resolvió porque la potencia ocupante (Indonesia) no tenía vínculos de máxima cercanía con ninguna gran potencia miembro permanente del Consejo de Seguridad.

    En el Sahara Occidental, Marruecos tiene el respaldo total de Francia, con quien tiene cercanía máxima. Pero el solo apoyo francés no es suficiente para imponer una salida acorde a los intereses franco-marroquíes, aunque sirva para bloquear otras salidas.

    La lucha por la autodeterminación de Timor Oriental, previamente ocupado por Indonesia y país independiente desde 2002, guarda cierto parecido con la lucha saharaui. ¿Qué similitudes y qué diferencias aprecia entre ambos casos? ¿Qué factores entraron en juego para que finalmente Timor Oriental llevase a cabo un referéndum auspiciado por la ONU mientras que el Sáhara Occidental continúa a la espera?

    Como he dicho entre el Sahara Occidental y Timor Oriental hay una diferencia esencial: la potencia ocupante de Timor Oriental no tenía detrás un apoyo incondicional de un miembro permanente del Consejo de Seguridad, pero la potencia ocupante del Sáhara Occidental sí tiene el apoyo de una (Francia).

    La inestabilidad en Timor Oriental ponía en peligro la seguridad jurídica de ciertas actividades económicas en la zona y dado que Indonesia no tenía un apoyo INCONDICIONAL se decidió dar seguridad jurídica a esas actividades con la descolonización.

    En el Sahara Occidental ha habido momentos de mucha inestabilidad pero cuando las actividades económicas tenían menos entidad que ahora. Ahora que hay más actividades económicas hay menos inestabilidad dentro del territorio… pero hay una considerable inestabilidad jurídica por las sentencias europeas. Sin embargo, el apoyo INCONDICIONAL de Francia pretende conseguir seguridad para las actividades económicas por la vía del fraude o el hecho consumado.

    ¿Qué postura ha mantenido España en las últimas décadas y cómo se ha posicionado en los diferentes procesos de negociación y planes de paz? ¿Cómo considera que debería actuar España?

    La posición oficial de España, desde el abandono del territorio está fijada en la carta de 26 de febrero de 1976. Esa posición no ha cambiado.

    No obstante, aunque España sigue apoyando el proceso de paz de la ONU (que, sintéticamente, sigue considerando que el territorio no se ha descolonizado y que la descolonización debe hacerse mediante la autodeterminación), lo cierto es que la política exterior ha cambiado en estos últimos cuatro decenios. Básicamente las dos tendencias han sido:

    – Equilibrio en el Norte de África (polítca de Suárez y de Aznar)

    – Inclinación (más o menos ostensible) hacia Marruecos (Calvo-Sotelo, González, Zapatero, Rajoy y Sánchez).

    Es un hecho objetivo que la política pro-marroquí ha sido un fracaso. No sólo Ceuta y Melilla están más amenazadas que nunca, sino que la propia Península está sometida a una presión migratoria desde Marruecos que no tiene parangón en la Historia de España.

    Económicamente muchas empresas han hecho grandes negocios en Marruecos, sí; pero se silencia que muchas otras han sido estafadas o boicoteadas (Telefónica, por ejemplo). Al tiempo que ese esfuerzo inversor se canalizaba oficialmente hacia Marruecos sin intentar encauzarlo hacia Argelia o Mauritania.

    Es evidente que la política de cumplimiento de los compromisos asumidos en su día por España (descolonización mediante un referéndum) son la política más inteligente y que más respeto permite obtener en el concierto internacional, además de que económicamente podría ser más rentable enfocar el esfuerzo inversor a otros escenarios.

    Fuente : Descifrando la guerra, 13 dic 2018

    Foto : Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas 2983 (XXVII) sobre la Cuestión del Sahara Español (1972)

    Tags: Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, ONU, MINURSO, autodeterminación,

  • Sahara Occidental: escenarios y protagonismos

    IRENE GARCÍA BENITO

    Autor: Isaías Barreñada y Raquel Ojeda (coords.)

    Editorial: Los libros de la catarata

    Fecha: 2016

    Páginas: 320 págs.

    Ciudad: Madrid

    La cuestión del Sahara occidental nunca descansa, aunque en España permanezca adormecida. Confluyen en este conflicto un gran interés por una parte del ecosistema político y de la ciudadanía y un bloqueo diplomático que dura ya 40 años.

    Dado que el primer paso para solucionar un problema es comprenderlo, los académicos Isaías Barreñada y Raquel Ojeda han reunido a más de dos decenas de autores para analizar el conflicto del Sahara desde distintos puntos de vista; del derecho a la antropología y las relaciones internacionales. Sahara occidental. 40 años después presenta una visión transversal sobre la actualidad de esta región para aquellos que ya conocen los puntos fundamentales de este conflicto irresuelto y heredado de la descolonización.

    El Sahara Occidental es considerado, desde hace más de 50 años, un territorio no autónomo (artículo XI de la Carta de las Naciones Unidas). Desde que España abandonara el territorio en 1975 sin cumplir sus obligaciones internacionales, como la celebración de un proceso de autodeterminación, se han sucedido distintas etapas. La primera estuvo marcada por una guerra entre el Frente Polisario y las fuerzas armadas de Mauritania y Marruecos tras los Acuerdos de Madrid de 1975 y un primer intento de paz a manos de la Misión de la ONU para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso). Este primer intento de consulta sobre cuál debía ser el estatus de la región no vio la luz debido en gran parte a la oposición marroquí.

    A partir de 2000 se abre una nueva etapa en la que se trató de dar un nuevo impulso a las negociaciones a través de los planes Baker I y II. El primero de ellos fue rechazado por el Frente Polisario.; el segundo, por Marruecos. En 2004, una vez se admitió que, de nuevo, el proceso de autodeterminación del estaba estancado, se dio paso a lo que se conoce como la “vía marroquí”. Por primera vez, Marruecos se presentó una iniciativa para negociar la “autonomía” del Sahara que no contemplaba la celebración del referéndum. El impulso desde el Consejo de Seguridad de la ONU hizo posible que tuvieran lugar cuatro rondas de negociaciones en las que, sin embargo, no hubo avances sustanciales. El inmovilismo ha reinado desde entonces, y llegamos al callejón sin salida actual.

    En todas las se han ido superponiendo cuestiones y actores. Por una parte, la Unión Europea, que ha pasado en la última década del inmovilismo que premiaba el statu quo a llamar la atención a Rabat por la falta de avances. Otros actores destacados son Estados Unidos, cuya alianza con Marruecos no ha hecho que el Sahara cobre interés a escala global; y la Unión Africana, situada hoy como el actor regional con mayor peso en el apoyo a la autodeterminación.

    Mientras los líderes políticos son incapaces de llegar a ningún acuerdo, la sociedad civil saharaui se ha ido movilizando y organizando. El Frente Polisario –liderado hasta su fallecimiento por Mohamed Abdelaziz– ha luchado en las últimas cuatro décadas por el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática. El pueblo saharaui ha mostrado “capacidad para reinventarse y no someterse al refugio”. Laura Langa analiza cuatro disyuntivas, ocho características que definen al mismo tiempo al Sahara: nomadismo y rebusque; exilio y refugio; dependencia y olvido; lugar de confinamiento y lugar de vida.

    El Sahara occidental es una historia que sucede en varios escenarios: campos de refugiados, territorios liberados, exilio, desierto… Una historia que está buscando un final feliz, con un desarrollo que dura ya demasiados años. Una historia donde el personaje principal no tiene el protagonismo que le corresponde.

    Fuente: Estudios de política exterior, 14 jul 2016

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, ONU, MINURSO, autodeterminación,