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  • España : La investidura, entre el arte de gobernar y el arte de engañar al pueblo

    El día 23 de julio se ha convocado en las Cortes la sesión de investidura del Presidente del Gobierno, sin que hasta ahora existan acuerdos que permitan salir del callejón sin salida de los gobiernos minoritarios, rendidos a las exigencias de las instituciones de hecho que secuestran la voluntad expresada por la mayoría.

    Las pasadas elecciones generales las ganó el PSOE como partido más votado. Elecciones que dicho partido perdía de forma continuada desde hace 11 años con diferentes cabezas de cartel, desde que Zapatero entregó la economía a los financieros y especuladores mediante la imposición del pago de la Deuda como primera exigencia, a través de la reforma constitucional del art. 135.

    Esa noche, la de las elecciones generales, Sánchez repetía: “Hemos demostrado que podemos ganar a la reacción y a la involución”. Desde entonces, las idas y venidas de unos y otros marcan la ausencia de un camino claro para formar un gobierno de acuerdo con las exigencias democráticas, nacionales y sociales de la mayoría.

    Por sus acciones, Sánchez ha entrado en un círculo vicioso en el que no distingue a los representantes de la reacción y tampoco a los representantes de los sectores con los que debe llegar a acuerdos de gobierno.

    La línea que marca el ascenso político de cara a investidura de P. Sánchez viene determinada por la mayoría que fue capaz de aprobar la moción de censura contra el PP, acabando con el Gobierno de las contrarreformas sociales y de la represión contra los trabajadores y los pueblos. Encabezada por P. Sánchez, después ha estado tratando de liquidar esta mayoría para gobernar solo, como si el gobierno fuese un asunto personal de él y de sus amigos. Se expone así a recibir las mayores presiones internas y externas, que le han llevado a incumplir todos los compromisos de la moción de censura: acabar con las leyes mordaza y con la contrarreforma social, negociar con los representantes de la Generalitat una salida política a la crisis de dominación del Estado en Cataluña, …

    En sus cartas a Bruselas, Sánchez propone medidas de contrarreforma social, como el despido libre y la liquidación del sistema público de pensiones, que son inadmisibles para la mayoría social y para los representantes políticos de los trabajadores.

    No se trata solo de lograr una mayoría de diputados que permita gobernar; se trata de hacer posible que se pueda comenzar a acabar con el pasado de las contrarreformas y abrir un proceso político constituyente de acuerdos que tome como punto de partida las exigencias y demandas irrenunciables de trabajadores y pueblos. Porque en ello les va el trabajo y la salud, los salarios y las pensiones, es decir, el futuro.

    Tratar de gobernar con las derechas es un vicio que Sánchez lleva en la sangre, y ya sus seguidores se lo decían desde la misma noche electoral: “¡Con Rivera no!”. Desoyendo a los suyos, y durante dos meses, Sánchez ha cortejado a Rivera y Ciudadanos, tratando inútilmente de obtener su colaboración y apoyo, buscando formar gobierno con los representantes políticos del IBEX-35. La negativa de Rivera y, de otra parte, la de Casado, es la que le ha salvado del fiasco y del más absoluto ridículo político.

    La apelación realizada recientemente por diputados del PSOE, que piden al PP una abstención “sin condiciones” en la investidura -en reciprocidad por lo que ellos hicieron con Rajoy-, retrata de arriba a abajo los planes del entorno de Sánchez. A los diputados del PP les dicen que, si se abstienen, “habremos recuperado parte de la cultura política de la Transición que inspiró nuestra Constitución”. ¿De qué se trata?, ¿de preparar el futuro o de mantener el pasado?

    Lo cual pone de manifiesto que Sánchez juega con muchas cartas a la vez, y su única convicción firme es la de seguir siendo Presidente de Felipe VI, sea al precio que sea.

    La abstención ante la investidura de las derechas de Ciudadanos y del PP le permitiría a Sánchez un gobierno de amiguetes, abandonando con ello todo compromiso de cambio democrático; recolocándose en su sillón de la Moncloa al servicio de la Monarquía, de la OTAN y de la Troika.

    Las exigencias de Podemos de tocar poder, sin programa y sin política democrática y social de cambio, y con un Presidente que solo busca mantenerse en el sillón, se convierte en una letanía de Pablo a Pedro, destinada a sentarse en el Consejo de Ministros para apoyar incondicionalmente la investidura de Sánchez. Para ello están dispuestos a renunciar todo y se constituyen en un círculo vicioso de sostenimiento del régimen. Así la política de la izquierda se sitúa entre el arte de gobernar y el arte de engañar a l pueblo.

    Las encuestas del CIS, que tienen una buena dosis de cocina monclovita, vienen a desmentir a unos y a otros, poniendo de relieve que casi la mitad de la población apuesta por un Gobierno de coalición del PSOE y Podemos. Pero los diputados de ambos partidos no tienen tampoco la mayoría absoluta de diputados necesarios para investir a Sánchez. Para ello necesitan un acuerdo político de gobierno con los diputados que representan las demandas de vascos, catalanes, gallegos … No es una casualidad que la última encuesta del CIS integre, por primera vez, preguntas sobre posibles cambios constitucionales, para que así se pueda elegir presidente sin tener mayoría absoluta en Corte. Un nuevo golpe que se prepara contra la democracia.

    Ante una situación a expensas de la sentencia del Tribunal Supremo contra los dirigentes del proceso catalán, del agotamiento de los Presupuestos que fueron pactados por Rajoy y el PNV, de la extensión de las demandas democráticas de poder decidir acerca de la Monarquía o la República como forma de Estado …, se necesita un gobierno de la mayoría social, de los representantes de trabajadores y campesinos, de la juventud, de los representantes de las nacionalidades históricas. Un gobierno que se apoye en la sólida base de una alianza de trabajadores y pueblos, por las aspiraciones sociales y el ejercicio de la libre federación.

    Espacio Independiente, 10 jul 2019

    Tags : España, investidura, PP, PSOE, Podemos, Unidas Podemos, Cataluña, gobierno,

  • Julio Anguita o porque no todos los políticos son iguales

    « El PP-PSOE son como las dos torres de ajedrez, una es blanca y la otra es negra, pero las dos hacen los mismos movimientos » (Julio Anguita)

    Cuando José María Aznar y Felipe González nos dictan al común de los ciudadanos una lección de indecoro e insolidaridad, cuando nos enteramos que María Dolores de Cospedal gana al año 241.000 € con el cobro de tres sueldos públicos, cuando sabemos que el presidente de la Diputación de Castellón no tiene mas remedio que declarar un patrimonio de 3,9 millones de euros cuando hace cinco años no declaraba ninguno, nos enteramos que, de manera totalmente accidental, se ha sabido que hace siete años Julio Anguita renunció por escrito a la paga de pensión máxima vitalicia a la que tenía derecho como ex parlamentario, argumentando que “con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante”.

    Genio y figura. Julio Anguita viene a demostrarnos que el dicho populista de “todos los políticos son iguales” no se verifica, al menos en su totalidad. Que hay distintas formas de ser y estar en la política, de entender los compromisos éticos y ejemplarizantes de un cargo público y que la erosión que afecta a nuestra moral pública tiene un freno.

    No todo es poder y dinero. Tengo la fortuna de ser amigo personal y haber sido de un equipo de gobierno de Julio. Conozco la sobriedad espartana de su espíritu. Se que en pocas personas se verifica una mayor consecuencia entre lo que dice y piensa y su modo de vida. Nunca había acabado de entender por qué considera un punto de felicidad dormir la siesta en verano sobre una manta tendida en el suelo, ni por qué su mayor consideración del lujo y del ocio es jugar una partida de dominó al atardecer, cuando está de vacaciones. En esta dura mitología del capitalismo, Julio juega contracorriente. Y su compromiso consigo mismo y con la sociedad, gana.

    Julio Anguita hace suyo el lema de Ghandi de “vivir sencillamente, para que los demás puedan, sencillamente, vivir”. Y desde su antisimetría con el político al uso nos aporta soluciones a nuestros graves problemas con la ética y la estética del cargo público.

    Maestro vocacional, traslada la pedagogía a cualquier escenario, y cuando la acción política diaria, quema y unta, Julio la quiere convertir en lección a pequeña y gran escala.

    Los ideólogos y profetas de la modernidad, reunidos en torno a un gran medio informativo nacional, pensaron que lo invalidaban para la política cuando acuñaron aquello de “honrado pero desfasado”. Su huella llegó hasta el Parlamento en voz de algún replicante “moderno”. ¡Bendito desfasamiento!

    Es decir, exentos de las jactanciosas modernidades de los políticos pendientes de la dieta, la nómina y el futuro cargo en el Consejo de Administración de cualquier sucursal del Gran Capital, Julio Anguita, sin contárselo a nadie, y mucho menos a esos sistemas mediáticos que encubran la vulgaridad y el populismo, le había dado una soberana patada en el culo al sistema. ¡Métanse su degradante paga vitalicia donde les quepa!

    Fuente : Lucas León Simón

    Tags : España, PP, PSOE, IU, Julio Anguita,

  • Sáhara Occidental: la hora de la verdad para Pedro Sánchez

    Alfonso Lafarga

    Fuente: Contramutis, 3/05/2019

    La autodeterminación del pueblo saharaui y la supervisión de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental forman parte de las promesas electorales con las que el PSOE ganó las elecciones generales del 28 de abril. A partir de ahora se verá si Pedro Sánchez tiene intención de cumplir su palabra o se trató de una simple promesa para ganar votos. Los precedentes no son esperanzadores para la causa saharui.

    En unas elecciones en las que el Partido Popular y Ciudadanos sacaron de sus programas la defensa de la causa saharaui, el Partido Socialista mantuvo sus propuestas de apoyo al pueblo saharaui contenidas en anteriores programas electorales, en un conflicto que dura ya más de 43 años y que se produjo al no proceder España a la descolonización del Sáhara Occidental, territorio que entregó a Marruecos.

    El compromiso socialista se concreta en promover la solución del conflicto “a través del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui” y en trabajar para conseguir una solución “que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, así como para fomentar la supervisión de los derechos humanos en la región”.

    Pero hasta ahora las actuaciones del Gobierno socialista no estuvieron en línea con las propuestas del PSOE, a excepción de la declaración que el presidente Pedro Sánchez hizo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 28 de septiembre de 2018, donde apoyó la libre determinación del pueblo saharaui.

    En once meses el Gobierno socialista adoptó decisiones favorables al Gobierno marroquí, como fue el apoyo al nuevo acuerdo de pesca de la Unión Europea, en clara contradicción con las sentencias del Tribunal de Justicia Europeo según las cuales Marruecos y el Sáhara Occidental son territorios diferentes. El Frente POLISARIO anunció recientemente que recurrirá ante la justicia europea para que sea anulado el acuerdo UE-Marruecos, que abarca las costas y suelo del Sáhara Occidental.

    La postura del ministro Borrell

    Para agradar a Marruecos, significativas fueron las actuaciones del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Josep Borrell: habló de mantener “una posición de Estado” igual que el Partido Popular; dijo que España no es la potencia administradora del Sáhara Occidental, en contra de lo que establece la ONU y reconoce la Audiencia Nacional; eludió citar el genocidio saharaui que investiga la AN con motivo del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y su departamento hizo un informe desaconsejando celebrar en el Congreso de los Diputados una reunión sobre el Sáhara Occidental para no molestar a Marruecos, acto que impidieron con sus votos el PSOE y el PP.

    Ante todo esto, Sergio Pascual (Unidos Podemos) acusó en el Congreso a Borrell de hacer lobby a favor de Marruecos, cuyo Gobierno dio por hecho el apoyo de España a sus tesis sobre el Sáhara Occidental, tal y como dijo el presidente marroquí, Saadedín Al Othmani, a Pedro Sánchez en la visita que este hizo a Rabat.

    Además, el Ministerio del Interior, cuyo titular, Fernando Grande-Marlaska, viajó con Borrell a Rabat, entregó a Marruecos en enero de este año al líder estudiantil saharaui Husein Bachir Brahim, que llegó en patera a Canarias huyendo de la policía marroquí. Buscaba asilo político y acabó en una cárcel marroquí por “actividades políticas ilegales” ; el 9 de abril inició una huelga de hambre.

    Desde que en junio de 2018 el PSOE accedió al Gobierno, al menos catorce personas, diez de ellas españolas -tres profesionales de la abogacía y una periodista-, fueron expulsadas por las autoridades marroquíes de la excolonia española, sin que el Gobierno de Pedro Sánchez dijese palabra alguna, como tampoco lo hizo por los continuos casos de violación de los Derechos Humanos registrados en los territorios ocupados por Marruecos.

    Precisamente la supervisión de los DDHH en el Sáhara Occidental es una de las promesas socialistas y en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores se dice que España, miembro del Consejo de Derechos Humanos de 2018 a 2020, es un país profundamente comprometido con los Derechos Humanos: “Su protección y promoción constituyen un eje prioritario de nuestra política exterior”.

    Dos días después de las elecciones del 28-A se produjo la prorroga por seis meses de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), la única misión de la ONU que no tiene competencias en materia de DDHH. Esta decisión no mereció un comunicado del Ministerio que aun dirige Borrell -lo abandonará para ir al Parlamento europeo-, departamento que sí se pronunció sobre temas de Israel, Libia, Siria, los altos del Golán, Sudan, Sri Lanka, Venezuela…

    Mientras, en los territorios ocupados del Sáhara Occidental se siguen vulnerando los Derechos Humanos, lo mismo que en ciudades del sur marroquí con población saharaui y en cárceles marroquíes con presos políticos saharauis, como detalla la siguiente relación, aproximada, de hechos ocurridos en abril de 2019, según datos de organizaciones sociales y medios de información saharauis.

    Tags : Sahara Occidental, España, Frente Polisario, derechos humanos, PSOE, Pedro Sanchez,

  • Voto inútil: ¿Vox populi?

    Artículo de opinión de Rafael Cid.

    “Por su mal le nacieron alas a las hormigas”

    (Miguel de Cervantes. El Quijote)

    No conozco mejor metáfora de la democracia que el verso de Antonio Machado que empieza “Caminante, son tus huellas el camino y nada más. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. La democracia como derecho a decidir, experiencia vivida, es un itinerario personal, a menudo duro y siempre conflictivo, pero orfebre de nuestro destino. Un compromiso que niega la delegación y la irresponsabilidad que tal suplantación conlleva. En eso reside la raíz de la democracia. El “gobierno de sí mismo”, dicho en palabras modernas de Michel Foucault. Un yo auténtico y libremente asumido que junto a otros yoes equivalentes hacen un nosotros común y plural. Como en la legendaria canción Grándola Vila Morena, “Terra da fraternidade / O povo é quem máis ordena / Dentro de ti, ó cidade”.

    Los que no hicimos la guerra pero nos socializamos durante la dictadura, percibimos el 25 de Abril portugués de 1974 con una ilusión parecida a la que mucho después supuso el 15-M (de esos momentos únicos en que uno se siente participar en algo superior a él mismo).

    El país vecino había logrado lo que en la lúgubre España se antojaba una utopía. Un ejército colonial, cruel y despiadado durante la guerra contra los movimientos independentistas, se ponía al servicio del pueblo contra la tiranía. Era el “Movimiento de los capitanes”. Gentes de toda condición y clase poniendo claveles en la boca de los fusiles al paso de aquellos soldados. Un osado grupo de militares que a los acordes de Grándola Vila Morena había salido de sus cuarteles en Caldas de Rainha hacia Lisboa para acabar con el Estado novo instaurado por Oliveira Salazar y la siniestra PIDE, heredado con parecida saña por Marcelo Caetano (el Arias Navarro luso). ¡Menos mal que nos quedaba Portugal!

    Era una imagen motivadora que al otro lado de la Raya causaba pánico entre los franquistas. Por eso se urdió una trama sucesoria llamada transición. Había que evitar el contagio portugués a toda costa. Así se inventó la teoría del consenso. Una insólita alianza entre una derecha crepuscular y una izquierda emergente para negociar la democracia con la excusa de una “correlación de debilidades” que más parecía un episodio del “síndrome de Estocolmo”. Puro futuro primitivo.

    Además, la oportuna acción criminal de unos pistoleros “incontrolados” contribuiría a la capitulación frente al tardofranquismo. Una carta que en principio no estaba en la baraja. Así el Régimen del 78, consagrado en la Constitución del mismo año, trajo partidos políticos, sindicatos, libertades reguladas y derechos proclamados, pero dejó intactas las claves de la dictadura.

    La monarquía diseñada por Franco con el Rey por él designado como Jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas (con su carácter vitalicio y heredable añadido que reniega de la separación de poderes) y la inquebrantable unidad de los hombre y las tierras de España, mutatis mutandis, quedaron garantizadas en la Carta Magna. Juego de patriotas.

    Aceptados los fundamentos del Alzamiento Nacional, lo demás vino rodado por ese obsceno amancebamiento entre el pasado resistente y el futuro percutiente. Los preconstitucionales Pactos de La Moncloa; el abandono del derecho de autodeterminación que hasta entonces figuraba en el programa de la izquierda; la persecución y encarcelamiento de los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) afines a la “Revolución de los Claveles”; la deshonrosa entrega a Marruecos y Mauritania del Sahara Occidental en los Acuerdos de Madrid; la amnistía para los ejecutores del aparato de la dictadura (responsables de la policía política; cúpula judicial; mandos del Ejército; altos funcionarios de la Administración); la continuidad en sus cargos de todos aquellos que desde las instituciones franquistas habían colaborado activamente con la represión; la aceptación en el corpus jurídico de la democracia de los juicios sumarísimos del franquismo; la renovación de los Acuerdos con la Santa Sede que el nacionalcatolicismo firmó en 1953; el secreto con que medio siglo después se protegen los archivos de la transición; y un sinfín de cesiones que hacían de la Constitución del 78 una especie de última edición de los Principios Fundamentales del Movimiento. Todo ello se pactó y selló.

    El éxito de esa transición sin ruptura con la dictadura fue tal que el primer jefe de Gobierno de la nueva etapa fue Adolfo Suarez, el último secretario general del partido único franquista, y su formación, la Unión de Centro Democrático (UCD), resultó vencedora en las primeras “elecciones libres”. El pueblo había hablado eligiendo lo malo conocido. Las señas de identidad de la dictadura quedaron impunes, sin reproche moral, y sus servidores pudieron culminar sus carreras en el flamante escalafón del Régimen del 78. Al fin y al cabo “se habían limitado a cumplir órdenes”.

    Aquella impostura de la “obediencia debida” que el Tribunal de Núremberg desbarató al juzgar y condenar a los jerarcas nazis. Una iniquidad hoy renovada cuando desde el poder se presume de exhumar a Franco del Valle de los Caídos y retirar las medallas al torturador Billy el Niño. Como si al personificar en ellos toda la miseria de aquel Estado terrorista la historia empezara de cero, en penitencia redentora, como expiación. ¿No consiste también en esto la banalidad del mal?

    El legado así urdido ha sido una Segunda Transición. Un Estado de leyes que llaman de derecho sin que exista una sociedad civil adulta. Un marco legal sin legitimidad de origen. Vectores todos ellos que han confluido en la aberrante irrupción este 28-A de un partido criptofascista, de tintes xenófobos y homófobos, que se reclama orgulloso del infame régimen de Franco que la transición conmutó. Poco importa en realidad si ha ganado Sánchez, descendido Iglesias, despeñado Casado o frenado Rivera.

    Los millones de españoles que han votado a Vox (una abultada representación parlamentaria que le aproxima a UP, desde la nada, sin contar con el “prestigio” quincemayista de los morados) no se han vuelto locos de la noche a la mañana ni son unos bárbaros sin conciencia. Aunque no sea la única causa (la última crisis económica y el desencanto con otras opciones alternativas también cuentan), son las víctimas propiciatorias de una clase representativa corrupta, cínica y retórica que abrazó el poder sin moral que el franquismo le exigía para prosperar en política. Personas sin atributos a las que se convenció de que en democracia todo se reduce a votar disciplinadamente cada equis años (denunciado en el grito de los indignados “nuestros sueños no caben en vuestras urnas”). Sin hacer camino ni comprometerse éticamente. El catalizador de un lento proceso subterráneo de anulación individual y colectiva, aculturación, desarraigo y adocenamiento. Poco más de un 40% de los electores de este 28-A votó en su día el referéndum que aprobó la vigente Constitución. Estamos gobernados por muertos.

    Y ahora, los mismos benévolos que cebaron durante cuarenta años el huevo de la serpiente se lamentan como inocentes plañideras del suicidio cívico de todo un pueblo con tanta pericia programado. Ni PSOE ni PP cuando gobernaron trataron de ilegalizar a las formaciones ultras ni de revertir “el atado y bien atado” franquista. De aquellos vientos procede el voto inútil de una democracia sin demócratas.

    Rafael Cid

    Fuente : Rojo y Negro, 28/04/2019

    Tags: España, elecciones generales, 28A, 15M, Franco, derecha, PSOE, PP, dictadura, democracia, Unidas Podemos,

  • Élections en Espagne : le PSOE et le Sahara occidental

    Pas en notre nom, pas avec notre voix

    Luis Portillo Pasqual del Riquelme*

    Le Parti socialiste ouvrier espagnol (PSOE) déclare dans son programme électoral pour les élections du 28 avril qu’il encouragera l’autodétermination du peuple sahraoui et s’emploiera à encourager la surveillance des droits humains.

    Ne vous laissez pas berner. Non seulement le PSOE n’a rien fait pour le peuple sahraoui, mais il a travaillé dur, et dans l’ombre, contre ses droits et ses intérêts.

    La cause sahraouie a servi à Felipe Gonzalez pour arriver au pouvoir avec de fausses promesses, avec lesquelles il a réussi à mobiliser une bonne partie de l’électorat. Le 14 novembre 1976 (premier anniversaire de la signature des fameux Accords tripartites de Madrid), il se rendait dans les camps de réfugiés sahraouis de Tindouf, où il déclarait : « notre parti sera avec vous jusqu’à la victoire finale ». Il a vite oublié ces mots. Et Mariem Hassan pleura amèrement sa trahison dans « Shouka » (L’Épine). Finies les manifestations socialistes avec des drapeaux sahraouis.

    Alors qu’Alfonso Guerra déclarait à un journaliste qui l’interviewait que le Front Polisario avait « perdu des appuis », il tut, cependant, que c’était précisément le PSOE qui lui avait retiré le sien.

    Et Felipe González – pour autant que l’on sache – s’est rendu en Amérique latine pour empêcher plusieurs gouvernements sud-américains de reconnaître la République Sahraouie (RASD).

    Le ministre des Affaires étrangères de l’époque, Miguel Ángel Moratinos, a eu un contact direct avec le monarque alaouite (comme l’a déclaré Ali Lmrabet lui-même) et a cédé sans problème au chantage alaouite, permettant la déportation d’Aminetu Haidar aux îles Canaries, au lieu de demander son retour dans sa patrie sahraouie.

    Trinidad Jiménez, également récompensée par le ministère des Affaires étrangères, s’est cyniquement abstenue de condamner le démantèlement brutal du campement sahraoui de Gdeim Izik par les forces d’occupation marocaines, en terre sahraouie même, à quelques kilomètres d’El Ayoun, la capitale, sous les yeux du monde entier malgré la stricte censure des médias imposée par l’occupant marocain. Et elle a honteusement justifié l’invasion et l’occupation du Sahara occidental par le Maroc au motif qu’elles avaient été menées par « un traité légal » (les accords tripartites illégaux et illégitimes de 1975).

    L’ancien président du gouvernement José Luis Rodríguez Zapatero s’est rendu dans la ville occupée de Dakhla pour se faire photographier devant la photo du roi occupant Mohamed VI et la carte du Sahara occidental annexée au Maroc derrière son dos, lors du Forum de Crans Montana, une propagande boycottée par l’Union européenne, l’Unesco, l’Union africaine et même l’ONU elle-même, qui, comme on le sait, maintient la MINURSO (Mission des Nations Unies pour l’organisation d’un référendum au Sahara occidental) au Sahara occidental depuis 1991. Les sessions du Forum susmentionné à Dakhla occupé servent au monarque alaouite à attirer et à divertir des agents d’influence, des universitaires, des stars, des (non)experts et des présumés corrompus pour tenter effrontément de blanchir et de légitimer l’occupation coloniale illégale. Même le ministre espagnol des Affaires étrangères, José Manuel García Margallo, du Parti populaire (droite) devait rappeler à Rodríguez Zapatero que la tenue de « réunions internationales dans les territoires occupés est illégale selon le droit international » et « en contradiction avec les efforts de la communauté internationale pour résoudre le conflit au Sahara occidental ». Mais bon, il est aussi illégal d’envahir et d’occuper les territoires d’autres peuples ; et une fois qu’ils sont au pouvoir,… Qu’ils n’essaient pas alors de nous tromper avec leurs promesses électorales. En fin de compte, le PSOE et le PP, lorsqu’ils sont arrivés au pouvoir, se sont tous deux désengagés de la cause sahraouie.

    Et avec le gouvernement de Pedro Sánchez, son ministre Josep Borrell a fait l’impossible pour que le Parlement espagnol interdise à ses députés – représentants de la souveraineté populaire – de débattre de la situation du Sahara occidental – ex-colonie et ancienne province espagnole encore à décoloniser – afin de ne pas déchaîner la colère du tout-puissant roi du Maroc.

    Le PSOE n’a jamais dit un mot sur les farces judiciaires contre les prisonniers sahraouis de Gdeim Izik (huit condamnés à la prison à vie et d’autres à vingt ans de prison) – sans parler de leur participation en tant qu’observateurs impartiaux-, n’a ni élevé la voix contre la répression systématique des manifestations sahraouies dans les territoires occupés, ni protesté contre la situation des prisonniers politiques sahraouis et la violation permanente de tous les droits usurpés de ce peuple (que le roi émérite Juan Carlos a dit vouloir protéger parce que c’était une obligation pour l’Espagne !). Il ne s’est même pas plaint publiquement de l’invasion de pateras avec laquelle le Makhzen fait chanter l’Espagne et l’Europe entière.

    Bien au contraire, les dirigeants du PSOE n’ont pas mùanqué de bénir ici et là le plan d’annexion marocain et de se précipiter à Bruxelles pour soutenir le pillage continu des ressources naturelles sahraouies, qui va à l’encontre d’ arrêts répétés de la Cour européenne de justice (CEJ).

    Par ailleurs, à l’occasion de la récente visite du roi Philippe VI au Maroc, ils ont non seulement caché à l’opinion publique espagnole et internationale la gravité des exactions commises par les forces d’occupation marocaines sur la population et le territoire sahraouis, mais ils ont également consacré leurs efforts, du Conseil d’Etat, à flatter avec des flagorneries le responsable principal de cette situation.

    Voilà grosso modo l’apport du PSOE à la cause sahraouie. Comment osent-ils dire que ce parti va promouvoir l’autodétermination du peuple sahraoui et œuvrer à la promotion de la surveillance des droits humains ? Il n’a même pas sorti ses militants ou sympathisants pour la manifestation annuelle du 14 novembre (anniversaire de la signature des accords tripartites) à Madrid ! Où, dans quels événements, dans quels médias, avec quels supports, dans quels débats, dans quels centres de décision le PSOE a-t-il soutenu la liberté et la justice pour le peuple sahraoui ?

    « On reconnaît l’arbre à ses fruits », dit l’Évangile, ce à quoi on pourrait ajouter : « Les actes valent mieux que les paroles ».

    Ainsi, lors des élections générales du 28 avril, le geste cohérent sera de voter pour les partis* qui, par leur action (et non par de fausses promesses) ont montré qu’ils soutiennent et continueront à soutenir la noble et légitime cause sahraouie ; une cause qui a la sympathie et la reconnaissance d’une majorité de la population consciente et solidaire et dans laquelle l’Espagne a une énorme responsabilité historique, politique, juridique et éthique.

    NdT

    *Un examen des programmes des six listes en lice à l’échelle de tout l’État espagnol montre qu’une seule exprime un appui clair et net à la cause sahraouie, celle d’Unidas Podemos.

    Source : Tlaxcala 

    *Luis Portillo Pasqual del Riquelme es doctor en Ciencias Económicas, ex profesor de Estructura e Instituciones Económicas en la Universidad Autónoma de Madrid, ex jefe de Redacción del Boletín Económico de ICE y ex responsable de Estudios Económicos e Investigación en Información Comercial Española. Revista de Economía (España). Autor de ¿Alimentos para la Paz? La “ayuda” de Estados Unidos (IEPALA, Madrid, 1987). Miembro de Comisiones obreras y de ATTAC Madrid. Incansable defensor de la causa del pueblo saharaui.

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, Espagne, PSOE, PP, C’s, Podemos, Juntas Podemos,

  • El independentismo catalán acerca a España y Marruecos

    El independentismo en Cataluña siempre ha preocupado a las autoridades de Marruecos por mucho que desde Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se hayan esforzado en tranquilizarlas. Les han recordado, por ejemplo, las espléndidas relaciones de la Generalitat con Rabat y las casi inexistentes con Argel.

    El palacio real y el Gobierno marroquí no temen tanto que España se parta sino que la aparición de un nuevo Estado independiente en Europa dé un espaldarazo a la reivindicación de autodeterminación de los saharauis dentro y fuera de esa antigua colonia española en manos de Rabat desde 1975.

    De ahí que el Consulado de Marruecos en Barcelona y las asociaciones de marroquíes que le son afines se haya esforzado en que la llama del separatismo no prenda entre sus inmigrantes como, en cambio, sí lo intenta la Fundació Nous Catalans de CDC. Hay unos 275.000 marroquíes en Cataluña.

    Aún se especula entre los musulmanes de Barcelona qué significó que, a finales de septiembre, surgiese entre las cortinas del despacho del cónsul, Faris Yassine, la bandera de España para que pudiese ser vista desde la calle. ¿Fue intencionado o un mero descuido? En esas mismas fechas el president de la Generalitat, Artur Mas, firmó el decreto de convocatoria del referéndum del 9 de noviembre.

    Antes, en mayo de 2013, el consulado tampoco trató de evitar la expulsión de Noureddine Ziani, un miembro destacado de la colonia marroquí que había empezado a trabajar para la Fundació Nous Catalans y al que el Centro Nacional de Inteligencia, el servicio secreto español, tachó de espía.

    Los responsables marroquíes parecen, sin embargo, haberse dado también cuenta de que el separatismo de una franja de la sociedad catalana tiene ventajas para su causa: sensibiliza más al Gobierno español a sus argumentos sobre la « marroquinidad » del Sáhara Occidental.

    Este inesperado partido que pueden sacar del auge del independentismo en Cataluña, cuando España se dispone a ingresar en enero en el Consejo de Seguridad de la ONU, queda reflejado en algunos análisis diplomáticos y periodísticos marroquíes.

    A finales de noviembre y principios de diciembre visitó Madrid una delegación de doce directores y redactores jefes de periódicos marroquíes acompañada por tres funcionarios del Ministerio de Comunicación. Aunque fueron invitados por la Embajada de España en Rabat y la Fundación Carolina, que depende del Gobierno español, ambas encargaron al ministerio marroquí que designara a los periodistas. Eligió a algunos representantes de medios con tiradas clandestinas, pero a ninguno de la modesta prensa díscola que se publica en Marruecos.

    En años anteriores fue la Embajada de España la que elaboró la lista de los invitados, pero esta vez dejó la selección en manos del ministerio, según un miembro de la delegación. Esta decisión y la presencia en Madrid de los funcionarios marroquíes, junto con los periodistas, son reveladoras del enfoque de la libertad de prensa en Marruecos que tiene la diplomacia española.

    De todas las reuniones que mantuvieron en Madrid la que probablemente más destacaron los periodistas en sus respetivos medios fue la celebrada con José María Beneyto, portavoz del Partido Popular (PP) en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. « El consenso sobre el Sáhara en España es importante », les dijo. « Nuestra posición es cercana a la de Marruecos », subrayó.

    « Con la excepción de algunas voces, el PP y el PSOE tienen un enfoque que alienta la opción de la autonomía » que Marruecos lleva ofreciendo, como alternativa a la independencia, desde 2007, añadió. Concluyó Beneyto anunciando que, a partir de enero, el Gobierno español trabajará en el máximo órgano de la ONU para apoyar la propuesta marroquí. En realidad ya lo viene haciendo, con sigilo, desde hace años, en el Grupo de Amigos del Sáhara Occidental del que forma parte junto con EE UU, Rusia, Francia y Reino Unido.

    De estas y de otras palabras, algo más matizadas, los periodistas sacaron la conclusión de que « el Gobierno español, enfrentado al separatismo en la región de Cataluña, es más sensible a la lucha de Marruecos por defender su integridad territorial amenazada por el separatismo del Sáhara (…) », escribió Bahia Amrami, directora del semanario « Le Reporter », de Casablanca, resumiendo una opinión generalizada. « La posición del PP, que no siempre fue favorable a Marruecos, parece haber evolucionado substancialmente estos últimos meses », concluyó.

    Aunque el PP vea ahora con buenos ojos la propuesta de Rabat para resolver un conflicto que dura desde hace 39 años, los marroquíes no quieren bajar la guardia. De gira por Andalucía, la segunda comunidad autónoma en número de inmigrantes marroquíes (110.000), el embajador de Marruecos en Madrid, Fadel Benyaich, instó el martes a sus compatriotas a « movilizarse más para defender la primera causa nacional [la pertenencia del Sáhara a Marruecos] y dar la réplica a los discursos propagandísticos de los enemigos del Reino ».

    Ignacio Cembrero

    Blog Orilla Sur, 19/12/2014

    Tags : Marruecos, España, Cataluña, emigración, comunidad marroquí en España, Sahara Occidental, PP, PSOE, Podemos,

  • Unidas Podemos, única candidatura que propone reconocer a la RASD

    Contramutis.-

    Unidas Podemos es la única candidatura con implantación nacional a las elecciones generales del 28 de abril que contempla en su programa el establecimiento de relaciones diplomáticas “de alto nivel” con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), propuesta que ya llevó Unidad Popular-Izquierda Unida en los comicios del 20 de diciembre de 2015.

    La formación liderada por Pablo Iglesias quiere que las personas saharauis residentes en España accedan a la nacionalidad española, además de apoyar el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, punto este en el que coincide con el PSOE. El partido de Pedro Sánchez mantiene sus planteamientos sobre el Sáhara Occidental de apoyo a una solución justa y mutuamente aceptable de anteriores elecciones; en el programa para el 28-A no se pronuncia sobre el reconocimiento de la RASD, pero sí a favor del Estado palestino.

    Dos organizaciones con implantación nacional han dejado fuera de sus propuestas electorales al pueblo saharaui: el Partido Popular y Ciudadanos.

    El Sáhara Occidental, que estuvo presente en las propuestas electorales de Fraga, Aznar y Rajoy con un apoyo expreso del PP al derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, no aparece en las propuestas para las próximas elecciones de Pablo Casado, que, en cambio, quiere redoblar la colaboración con Marruecos. Habla de “responsabilidades históricas” y de “un compromiso ineludible con aquellas naciones donde aún anhelan la libertad de la que disfrutamos en las democracias consolidadas”, pero no se refiere a la excolonia que España abandonó hace 43 años, habla de Iberoamérica.

    Ciudadanos, por su parte, acude ya por segunda vez a unas elecciones generales sin mencionar el conflicto que se vive en el territorio que invadió Marruecos . El partido de Albert Rivera no ha mostrado una especial preocupación por el Sáhara Occidental, a excepción de las actuaciones de algunos diputados como Fernando Maura, que después de estar en el Congreso de los Diputado en dos legislaturas no figura en las listas para el 28-A.

    El Sáhara Occidental en los programas electorales de formaciones con implantación nacional:

    PSOE:

    “Promoveremos la solución del conflicto de Sáhara Occidental a través del cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Para ello, trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, así como para fomentar la supervisión de los derechos humanos en la región, favoreciendo el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario, con la participación de Mauritania y Argelia, socios claves de España, que el enviado de la ONU para el Sahara Occidental está propiciando”.

    UNIDAS PODEMOS

    “España, con la libre determinación del pueblo saharaui. España tiene una responsabilidad histórica con el Sáhara Occidental, con sus gentes y con la solidaridad entre nuestros pueblos. Para ello, apoyaremos con acciones concretas el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, mediante la implementación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre recursos naturales, las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para una solución justa y pacífica mediante referéndum y los procesos de negociación en marcha. Estableceremos relaciones diplomáticas de alto nivel con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y promoveremos la ampliación del mandato de la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) para que adquiera competencias en la protección y promoción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población saharaui. Aumentaremos las partidas de ayuda humanitaria para los campamentos saharauis; de este modo, el Sáhara Occidental volverá a ser una zona prioritaria para la cooperación española. Apoyaremos programas de formación y movilidad de la población saharaui y cumpliremos lo ya aprobado por el Parlamento: el acceso a la nacionalidad española de las personas saharauis residentes en nuestro país, con los mismos derechos que otros países con los que mantenemos relaciones históricas”.

    pp:

    –Sin referencia al Sáhara Occidental en las 500 propuestas del programa “Nuestro contrato con los españoles”, conflicto que sí estuvo presente en anteriores programas electorales del Partido Popular.

    CIUDADANOS:

    Ninguna alusión al Sáhara Occidental en los 175 puntos del programa electoral “Nuestro compromiso con los españoles” de la formación naranja.

    VOX:

    En las 100 medidas urgentes de VOX para España “atendiendo a los problemas que más preocupan a los españoles”, como en otros documentos de la formación de Santiago Abascal, no se alude al Sáhara Occidental.

    LOS VERDES:

    “Respecto a la situación en el Sáhara occidental, aplicar el plan de la ONU de 1991, lo que incluye un referéndum libre y transparente de autodeterminación. Además, condenar las continuas vulneraciones de los derechos humanos (tortura, desapariciones, arrestos, represión, etc.)”.

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marreucos, autodeterminación, PSOE, PP, C’s, Vox, Los Verdes, elecciones,

  • Los constantes agasajos de Marruecos a los socialistas españoles

    Ignacio Cembrero

    OrillaSur, 1/04/2015

    El último en ser premiado fue, el 25 de marzo, el ex ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. La Fundación Diplomática marroquí, inspirada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, le otorgó en Rabat su galardón por ser « un gran amigo de Marruecos » y por ayudar a mejorar la imagen del Reino alauí en el mundo. Entre el público, dos miembros del gabinete real aplaudieron a rabiar.

    Moratinos es el último de una serie de responsables socialistas españoles agasajados por las autoridades del país vecino. El ex presidente Felipe González figura en cabeza de esa clasificación en la que hay también « pesos ligeros » del PSOE. En febrero recibió su enésimo premio, el Averroes, patrocinado por el rey Mohamed VI. Le fue impuesto en Marrakech por sus acciones « en la promoción de la paz y los ideales humanistas ».

    A finales de julio pasado González fue de nuevo invitado personal del rey Mohamed VI en la Fiesta del Trono que conmemora su entronización. El monarca le concedió además, años atrás, el privilegio de poder erigir un chalé en un terreno en la playa exclusiva de Jbila, al sur de Tánger. No lo llegó a construir, pero el pasado verano vendió los cimientos del chalé y la parcela de 5.000 metros cuadrados, valorados en 2,5 millones de euros, al rey Salman de Arabia Saudí, según la publicación online Vanitatis.

    El socialista que más ha dado que hablar estos últimos tiempos fue, sin embargo, el sucesor de González en La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero. El ex presidente fue invitado en noviembre a inaugurar el II Foro Mundial de los Derechos Humanos en Marrakech, boicoteado por casi todas las ONG marroquíes que trabajan en ese ámbito. A mediados de marzo volvió a ser invitado a viajar, esta vez, al Sáhara Occidental. Fue el primer político español de peso en visitarlo desde que, hace 40 años, España entregó a Marruecos su última colonia.

    En todos los índices mundiales que evalúan el grado de democratización, el desarrollo del Estado de derecho, Marruecos no sale bien parado. Reporteros Sin Fronteras le colocó, por ejemplo, en el puesto 136 de su clasificación de la libertad de prensa en 2014, al mismo nivel que Zimbabue o por detrás de Venezuela que figura en el 116.

    Quizá el índice más global y prestigioso sea el que elabora en Nueva York Freedom House. Ahí Marruecos saca una media de 4,5, a mitad de camino entre las democracias plenas como Norteamérica y casi toda la UE, y los peores regímenes totalitarios, como Corea del Norte, que obtuvo 7 puntos. La nota de Marruecos es idéntica a la de Pakistán y una pizca mejor que la de Venezuela.

    ¿Aceptarían los dirigentes socialistas españoles ser homenajeados por los regímenes de Pakistán o Venezuela? La respuesta la ha dado, indirectamente, Felipe González al asumir, el 23 de marzo, la defensa de dos de los principales presos políticos venezolanos: el líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde hace más de un año, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, detenido el pasado 20 de febrero.

    Con esta iniciativa González demuestra que, para muchas figuras del socialismo español, hay una doble vara de medir. A los regímenes de América Latina, como el venezolano, se formulan críticas que se aparcan con Marruecos.

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, España, PSOE, socialistas, Zapatero,

  • Historia : El documento firmado en 1976 por Felipe González y el Frente Polisario apoya la creación de la RASD

    MANUEL OSTOS

    El País, 11 MAR 1983

    Los medios argelinos y saharauis han preferido mantener el silencio oficial ante las declaraciones formuladas por el titular español de Exteriores, Fernando Morán, ya que, según fuentes solventes, carecerían de elementos significativos para aquilatar el sentido de la actual política española hacia esta parte del Magreb. Esta discreción está motivada por el deseo de eliminar todo lo que pueda dramatizar el contexto de la próxima visita del vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, que es considerada como el inicio del relanzamiento de relaciones políticas y económicas de un nuevo tipo entre Argel y Madrid.

    En Argel domina un sentimiento de perplejidad ante la fuerte reacción del Gobierno español para impedir la publicación del comunicado común suscrito por Felipe González y el dirigente del Polisario, Mohamed Abdelaziz, en noviembre de 1976, con motivo del viaje del entonces primer secretario del PSOE a los « territorios liberados de la República Arabe Saharaui Democrática (RASI» ».La precipitación con que habría actuado el Gobierno español, opinan en Argel, obedecería al desconocimiento de que el documento incriminado no tiene nada de secreto, puesto que, en sus partes esenciales, había sido publicado por el diario pro gubernamental argelino El Mudjahid. En ese comunicado, según dicho periódico, « el PSOE reconoce al Frente Polisario como el único y legítimo representante del pueblo saharaui, apoya la proclamación de la RASD y lanza un llamamiento a todas las fuerzas democráticas y progresistas para que se solidaricen con esta posición’ « .

    Este periódico, en un artículo titulado Promesas a cumplir, fechado el 31 de octubre del pasado año, recordaba textualmente que Felipe González « había efectuado una visita a los campos de refugiados saharauis situados en la región de 7induf, en cuya ocasión firmó con el Frente Polisario un comunicado común en el que afirmaba que los acuerdos tripartitos de Madrid eran nulos e ilegales y que las responsabilidades del Gobierno español permanecerían comprometidas mientras que el pueblo saharaui sufriera las consecuencias de esa traición y no hubiera obtenido la liberación total de su territorio nacional ».

    Desconocimiento del Gobierno

    El desconocimiento del Gobierno español de esta publicación le ha llevado a movilizar todos sus resortes para impedir la difusión en EL PAIS de un texto que puede conocerse integramentente consultando la colección de El Mudjahid.

    Ese mismo periódico, en la edición ya señalada, agregaba: « Felipe González ha recordado recientemente que España tiene una responsabilidad histórica en el conflicto del Sáhara Occidental y que, en consecuencia, « no puede permitirse deslices, sobre todo en materia de política exterior », para añadir: « Hoy en día, el Partido Socialista Obrero Español se encuentra en el poder, y tiene enfrente el contencioso del Sáhara Occidental para corregir los errores del pasado. El pueblo saharaui espera del nuevo Gobierno español que uno de sus primeros actos sea la denuncia de los acuerdos tripartitos y sus cláusulas secretas ».

    La presión del Polisario para que se recordaran los términos del acuerdo entre el Partido Socialista Obrero Español y los saharauis se centra, nítidamente, en la misma línea de lo que desea Argel, aunque esta última capital, a diferencia del frente independentista, ha elegido el camino discreto de las conversaciones en la Moncloa, arropadas en el manto de las relaciones fraternales entre el Frente de Liberación Nacional argelino y el PSOE.

    Acuerdo muy interesante

    En noviembre de 1980, Felipe González calificaba el comunicado de « acuerdo muy interesante » en una entrevista concedida al órgano del Frente de Liberación Nacional, Revolución Africana. « Sobre el problema del Sáhara Occidental estamos totalmente de acuerdo con el Polisario. Hemos ido allí abajo, en 1976, y hemos hecho mucho para romper el muro del silencio que rodeaba la guerra. Luego hemos planteado el problema ante el Parlamento español y los foros internacionales. En algunos lugares hemos llegado a hacer que el Frente Polisario fuera reconocido, y admitido en la Internacional Socialista. Hemos adoptado resoluciones que estimo son razonables y próximas de las posiciones que defendemos », subrayaba el dirigente español.

    Por su parte, Alfonso Guerra, en otras declaraciones al diario argelino El Mudjahid (publicadas el 24 de octubre de 1982), aclaraba: « Somos amigos del Polisario. Hemos contribuido a que Europa y la Internacional Socialista tomen en consideración su legitimidad y su representatividad (del movimiento saharaui). Conozco las dificultades que representa hallar una solución a ese problema, pero el PSOE, ahora que está en el poder, continuará siendo partidario de la autodeterminación del pueblo saharaui y el amigo del Polisario ».

    No se descarta en la capital argelina que esas presiones discretas y las más espectaculares del Frente Polisario estén conectadas no tanto con el deseo que de Madrid asuma un protagonismo en el tema -lo cual no parece ser, en todo caso, la voluntad de Argel-, sino en la búsqueda de elementos de recambio a una estrategia que tiene en cuenta lo que aquí se define como la intención del Gobierno socialista francés de no ligarse a un esquema de acción diplomática conjunta con España, congelando por el momento las esperanzas que había suscitado en los ánimos del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, durante el viaje que efectuó un grupo de altos funcionarios españoles a París en enero de este año, la propuesta francesa de actuar conjuntamente en el Magreb.

    Durante el reciente viaje a Argel del subsecretario de Exteriores español, Gonzalo Puente Ojea, éste había podido conocer los consejos dados por sus interlocutores argelinos, en el sentido de sugerir una acción española propia en el área magrebí sin conexión con la estrategia de París.

    * Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de marzo de 1983

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, PSOE, Felipe Gonzalez, Argelia, España,

  • España apoyó en el Sáhara una solución favorable a Marruecos

    Ignacio Cembrero

    El País, 13/12/2010

    El Gobierno animó a Rabat a elaborar su propuesta de autonomía y le ofreció ayuda.- Exteriores propuso por escrito que el Sáhara fuera « como Cataluña ».- El presidente argelino Bouteflika tachó al PSOE de « deshonesto » con los saharauis

    Desde que los socialistas llegaron al Gobierno, en 2004, se esforzaron por mantener en público una postura equidistante en el conflicto del Sáhara Occidental, pero bajo cuerda apoyaron e incluso se ofrecieron a asesorar a Marruecos sobre cómo elaborar su propuesta de conceder a la antigua colonia española una autonomía, pero bajo soberanía marroquí.

    Decenas de cables de las embajadas de EE UU en Madrid, Rabat y París ponen de relieve una aparente ambiguedad de la posición española sobre el Sáhara -algunos la describen como « confusa »-, pero, en última instancia, España se alinea, con matices, con las tesis de Marruecos.

    « Los socialistas españoles no han sido honestos con los saharauis ». La frase, pronunciada en agosto 2005 por el presidente argelino Abdelaziz Bouteflika, ilustra el malestar de Argelia con la política exterior de los sucesivos gobiernos socialistas desde hace seis años.

    Bouteflika hizo ese comentario al senador Richard Lugar, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, al que recibió en Argel. De ahí la subida del 20% del precio del gas que exporta Argelia a España, decretada unilateralmente en marzo de 2007. « (…) Muchos, en España, consideran que está vinculada a los comentarios de Zapatero en Marruecos » durante su última visita, escribe el embajador de EE UU, Eduardo Aguirre, en una nota confidencial.

    Negociación cuatripartita

    El Gobierno socialista empezó primero por querer sortear al Frente Polisario como interlocutor. De vez en cuando, se quejó Bouteflika al senador, España propone a Argelia negociar con Francia y Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara. Argelia, le recordó, « no negociará en nombre de los saharauis ».

    El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, negó haber intentado poner en marcha esa negociación cuatripartita, pero él mismo evocó esa idea con regularidad. Lo hizo, por ejemplo, en 2008 al recibir en Madrid a David Welch , asistente de la secretaria de Estado y encargado de Oriente Próximo. En este caso, Moratinos quiso incorporar a EE UU al foro cuatripartito que nunca se llegó a crear.

    Después de haber rechazado el plan de James Baker para el Sáhara, que obtuvo el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, Rabat llegó a la conclusión de que no le bastaba con decir « no » y debía presentar una contrapropuesta. Dio un impulso a la elaboración de su oferta de autonomía que vio la luz en 2007.

    Desde el primer momento, España le apoyó. « Marruecos debe presentar un plan creíble de autonomía » , le dijo el embajador español en Rabat, Luís Planas, a su homólogo de EE UU, Thomas Riley, en 2006. Antes de pronunciarse sobre el plan, el Gobierno español necesitará examinarlo, advirtió Planas, pero, mientras, le « ayudará a sentirse cómodo y le apoyará » para que redacte un proyecto serio.

    Ese mismo año, Moratinos elaboró un « non paper » , como se llama en el lenguaje diplomático a documentos sin membrete en los que se lanzan ideas sobre el Sáhara. Lo entregó a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En él les propone abandonar los términos de « descolonización, soberanía e independencia » y sustituirlos por el vocabulario de la « globalización » con palabras como « regionalización, autonomía y autogobierno ». Sugiere para el Sáhara « una solución similar a la que España ha dado a Cataluña ».

    Referendo en el Sáhara

    España apoya un referendo en el Sáhara, explicaron a David Welch dos directores generales españoles, Fidel Sendagorta y Andrés Ortega, pero éste solo tiene sentido si valida una determinada opción y no ofrece al votante un abanico de soluciones [integración en Marruecos, autonomía e independencia]. Otros funcionarios repiten machaconamente que la independencia es « irrealista ».

    Una delegación marroquí de alto nivel viajó a Madrid y a otras capitales, en febrero de 2007, para dar, por fin, a conocer el plan de autonomía que Rabat quería convertir en el eje de la negociación con el Polisario. Mencionó los modelos español y alemán de autonomía, pero sin entrar en detalles. Moratinos les rogó que fueran generosos.

    La propuesta marroquí no entusiasmó a la diplomacia española. El consejero político de la Embajada de España en Rabat invitó a sus homólogos de Francia, EE UU, Reino Unido y Alemania a una reunión de evaluación el 14 de marzo de 2007. « Nuestro anfitrión español no estaba contento » , señala su homólogo estadounidense Craig Karp.

    Sin un avance sustancial

    Ninguno de los asistentes estaba contento. Todos se lamentaron: la energía puesta en la iniciativa no desemboca en ningún avance sustancial de la autonomía que pueda convencer a la otra parte. Al mes siguiente Álvaro Iranzo, director de Oriente Próximo, deploró con su homólogo Gordon Gray le negativa de Marruecos a permitir incluso el uso de los símbolos saharauis en la región autonómica.

    El repaso de las numerosas conversaciones mantenidas entre diplomáticos estadounidenses y españoles sobre el Sáhara pone de relieve la coincidencia de sus puntos de vista. Ambas potencias simpatizan, con matices, con la propuesta de autonomía. España se muestra, en cambio, crítica con Francia porque su ciego alineamiento con Marruecos le impide ejercer eficazmente su influencia.

    Jacques Chirac, presidente de Francia, « es más promarroquí que el rey de Marruecos », ironizó Bernardino León tras tomar posesión como « número dos » del Ministerio de Exteriores. Él y su ministro intentaron en 2004 que París « se acercarse a la neutralidad », pero no lo lograron.

    Chirac y Nicolas Sarkozy han sido valedores incondicionales de Marruecos. Hasta Yassin Mansouri, jefe del más poderoso servicio secreto marroquí (DGED), reconoció ante Christopher Ross, enviado personal de Ban Ki-moon para el Sáhara, que Rabat había indicado a Sarkozy que « sería preferible para Francia no ser percibida como tan pro marroquí con relación al Sáhara Occidental ».

    Las negativas de Zapatero

    Dos veces el presidente José Luís Rodríguez Zapatero dijo, sin embargo, « no » al rey Mohamed VI . Primero en Oujda, a 13 kilómetros de la frontera con Argelia, dónde el monarca le recibió en julio de 2008. Eligió ese lugar porque pretendía que su huésped español hiciera una declaración a favor de la reapertura de la frontera que Argel mantiene cerrada desde 1994, según la Embajada de EE UU en Rabat. No lo consiguió.

    Zapatero se ofreció, eso sí, a mediar entre los dos vecinos, pero el soberano le contestó: « El momento no es el apropiado ». Antes habían propuesto en vano sus buenos oficios Chirac e incluso el presidente ruso Vladimir Putin.

    Al año siguiente, Mohamed VI despachó urgentemente a un emisario a Madrid, el saharaui Mohamed Cheikh Biadillah, para llevar una carta a Zapatero en vísperas de la reunión de abril de 2009 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Le pedía ayuda para que el mandato del contingente de la ONU en el Sáhara (MINURSO) no fuese ampliado para incluir la supervisión de los derechos humanos.

    Durante muchos meses, el presidente español y Moratinos echaban balones fuera cuando se les preguntaba por una modificación de las competencias de MINURSO hasta que, hace cuatro semanas, las fuerzas de seguridad marroquíes desmantelaron el campamento de protesta saharaui en las afueras de El Aaiún. Once días después, el 19 de noviembre, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, abogó, por primera vez, porque la MINURSO se ocupe también de los derechos humanos.

    El político español que más respaldó a la Administración del presidente George Bush fue el único que discrepó de su actuación en el Magreb. A principios de 2007, cuando Rabat empezaba a presentar al mundo su plan de autonomía, José María Aznar declaró « rotundamente » al embajador estadounidense en Madrid que la política de EE UU de acercarse a Marruecos « era una mala idea ». Si Washington hace concesiones a Rabat y le proporciona asistencia, Marruecos « abusará de estas cosas », le advirtió.

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