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  • Marruecos: la desnudez del palacio real

    Hocine Adryen

    El texto final del proyecto de autonomía marroquí se redactó en París, específicamente en Matignon, la sede del gobierno francés.

    Esta revelación fue hecha por el autor del libro « La República de Su Majestad », Omar Brousky, periodista y profesor marroquí de derecho constitucional en la Universidad de Settat (Casablanca), publicado por Editions Nouveau Monde en septiembre de 2017 en Francia.

    El libro revela la connivencia entre la monarquía marroquí y parte de la elite política, económica y mediática francesa. Omar Brouksy recuerda que Francia es el principal socio económico de Marruecos, que tiene de 700 a 800 empresas o subsidiarias de empresas francesas, lo que representa más de 80,000 empleos. Empresas que disfrutan de importantes impuestos y otros beneficios. Agrega que hoy 38,000 estudiantes marroquíes están inscriptos en la misión francesa, la más grande del mundo, mucho después de Canadá, y hay aproximadamente veinte institutos franceses. Por eso, se menciona, el estado francés « lo aplasta » cada vez que se trata de Marruecos. Desde la marcha verde hasta el asunto del Sahara Occidental, el periodista y profesor de derecho constitucional de la Universidad de Settat (Casablanca) propone una investigación sobre la influencia de estas muchas personalidades del mundo político y cultural francés, la encarnación de un alguna idea del idilio franco-marroquí, sostenido por hombres y mujeres de la sombra reclutados para « proteger » la imagen de la monarquía.

    La marcha verde

    Fue durante la presidencia de Giscard d’Estaing que surgió la idea de la marcha verde. Alexandre de Marenches, anteriormente nombrado jefe de la SDECE por Pompidou, fue uno de los interlocutores privilegiados de Hassan II. En 1975, el Polisario se reunió en Argel. En el menú de esta reunión: cómo organizar un referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui que podría conducir al nacimiento de un estado saharaui. Marenches luego presiona a Hassan II para que actúe. Imaginarán juntos la Marcha Verde que se lanzará el 6 de noviembre de 1975: más de 350,000 marroquíes transportados en camiones cruzarán la frontera española y « caminarán » sobre lo que será considerado por la propaganda marroquí como las « provincias del sur recuperadas ». Pero ocho días después, España, Marruecos y Mauritania firman discretamente un acuerdo: establece las condiciones para la retirada española del Sáhara Occidental y la partición del territorio entre Marruecos y Mauritania. Detrás de las cortinas, Francia observa con atención este proceso político-diplomático, que dará a luz más tarde en el conflicto del Sáhara Occidental.

    Apoyo diplomático

    « Es en las oficinas de los asesores de Dominique de Villepin, en Matignon, que el texto final del proyecto de autonomía del Sáhara Occidental se detuvo justo antes de la partida de Jacques Chirac. El reino necesitaba el apoyo inicial de París, una primavera, una fuerte declaración oficial de Francia para comenzar en el proyecto « , dice el autor, un periodista francés acreditado en el Elíseo.

    Apoyo militar

    Después del golpe de Estado de Mauritania en 1978 contra el presidente Mokhtar Ould Daddah, Mauritania se separó del sur del Sáhara Occidental a favor de Marruecos. Este último hereda más de 270 000 km2 para asegurar con un equipo militar limitado. Allí, también, el apoyo militar de Francia viene a salvar a su amigo y aliado al proporcionarle aviones de combate, 24 Mirage.

    Las riquezas del subsuelo de Dakhla

    Dakhla y la región de Boukraâ son las más conocidas hoy en día. Dakhla para la pesca (las aguas están muy llenas de peces), pero también para su agricultura, donde casi mil hectáreas se dedican al cultivo en invernadero, con una producción anual de 116 000 toneladas a manos de soldados marroquíes o Notables saharauis que vendieron su alma y traicionaron la causa. La mayor parte de la producción está destinada a la exportación a Europa a través de empresas de importación y exportación, principalmente francesas y españolas. La región de Boukraâ está llena de fosfatos (8% de las exportaciones marroquíes). Firmado discretamente en 2012 entre Marruecos y la UE, el acuerdo comercial sobre productos agrícolas, que incluye productos marítimos, también beneficia a prominentes saharauis cuya relación con el estado marroquí es pura mecenazgo: la lealtad de estos  » « Señores del desierto » en la posición del reino se acuña cada día por privilegios y favores. Todos los presidentes franceses hasta Emmanuel Macron han hecho la vista gorda ante el problema de la gestión de la riqueza en el Sáhara Occidental.

    Intervención militar francesa en el Sahara Occidental

    Fingiendo la muerte de dos cooperantes franceses y el secuestro de otros ocho por el ejército saharaui en 1977, el presidente Valery Giscard d’Estaing envía 4 Miragees sobrevolando estos territorios para tomar una fotografía de las bases del ejército saharaui. La operación militar se desencadena en diciembre del mismo año: las columnas del Ejército Saharaui son descubiertas por primera vez por los aviones Breguet Atlantic. Luego, desde Dakar hasta Senegal, donde estaban estacionados, los aviones de combate Jaguar despegaron el 12 de diciembre para atacar las columnas del Ejército Saharaui. La operación llamada « Manatí » duró solo seis días, del 12 al 18 de diciembre.

    Paraíso fiscal

    Cerca de 5.000 empresas marroquíes tienen su domicilio en los territorios ocupados para escapar del impuesto. Entre los grupos extranjeros que no dudan en invertir, las empresas francesas ocupan un lugar de elección. En 2011, Marruecos otorgó al grupo petrolero Total una licencia de reconocimiento de petróleo en la zona marítima de Anzarane, una vasta área de unos 100.000 kilómetros cuadrados. Desde 2011 hasta 2015, el grupo francés ha realizado importantes estudios geológicos y geofísicos. La autorización no se renovó en 2015 a raíz de las reservas formuladas por la ONU.

    Lobby marroquí

    Desde 2011, Marruecos ha estado gastando una cantidad considerable de dinero ejerciendo presión sobre el problema del Sáhara Occidental, especialmente con los medios franceses y algunos grupos de expertos. Pero son sobre todo los periodistas, en su mayoría franceses, a los que el Majzen paga muy bien para distorsionar o manipular la opinión internacional sobre el Sáhara Occidental y ocultar las miserias de Marruecos. Los documentos revelados por Chris Coleman involucran a los periodistas Richard Miniter y Joseph Braud que, en sus « análisis », intentaron transmitir al público estadounidense que el Frente Polisario tenía conexiones con el « terrorismo yihadista ». Según Chris Coleman, los dos « analistas » fueron reclutados por Ahmed Charai para trabajar con el DGED, el servicio secreto externo Makhzen. Richard Miniter es un periodista que, cada vez que aborda una cuestión sobre el norte de África, lo hace difamando al pueblo saharaui y a Argelia y siempre alabando a Makhzen (lo hizo, como ejemplo, en The New York Times).

    En esta documentación, cabe señalar que esto coincide, coincidentemente, con el hecho de que Miniter ha recibido miles de dólares en efectivo ($ 60,000, según un documento), así como invitaciones para hacer viajes de lujo a Marruecos. . Joseph Braud, por su parte, también publicó artículos difamatorios contra el pueblo saharaui y también recibió dinero del « contacto » de los servicios Makhzen. Según los documentos revelados por Chris Coleman, también ha preparado para los servicios marroquíes informes sobre periodistas estadounidenses favorables a la causa saharaui y el método para neutralizarlos.

    La documentación revelada por Chris Coleman también descubre la conexión con el Makhzen del profesor Henri Louis Vedie y el periodista Vincent Hervouet. Henri-Louis Vedie es un profesor de economía estrechamente vinculada a una organización que lleva el nombre cínica Dirección de Promoción de las Libertades Fundamentales, creada poco antes del juicio injusto de los líderes del campamento de protesta de Gdeim Izik con el fin de preparar una increíble informe que este juicio fue « justo ». Una publicación francesa había dado a conocer, en ese momento, su financiación por el Majzen. Las revelaciones de Chris Coleman « revelan que los servicios de Makhzen se basaron en Vedic para escribir un libro sobre la economía marroquí (no hace falta decir que elogia al Makhzen) a cambio, por supuesto, de dinero. Vincent Hervouët, mientras tanto, es editor del canal de televisión francés LC1.

    De acuerdo con estos documentos, el periodista informó el « periodista » marroquí Ahmed Charai, en los esfuerzos para su canal de televisión se transmiten pseudo-información que estaba atacando a Argelia y calumnias difusión sobre los presuntos vínculos del Frente Polisario con « terrorismo ». Todo esto pidiendo « favores » para pasar unas vacaciones en Marruecos.

    Chris Coleman dice que el « reclutador » y el « contacto » de estas personas que trabajan para el lobby pro-marroquí es Ahmed Charai. Este último no debería ser desconocido para el público español. De hecho, la revista Epoca (según lo informado por El Semanal Digital, en su edición del 11 de septiembre de 2008), escribió que el nombre de Ahmed Charai « puede ser completamente desconocido para usted, pero si le dicen que él es el director » desde el sitio web L’Observateur.ma, que informó hace una semana, el ex presidente José María Aznar como el padre de la hija del ministro de Justicia francés, Rachida Dati, lo comprenderá.

    La misma publicación nos dice que, como por casualidad, entre los colaboradores de este medio que calumniaron a José María Aznar López, está … ¡Vincent Hervouet! Chris Coleman proporciona varios documentos que prueban que Charai fue arrestado el 14 de septiembre de 2011 por las autoridades de inmigración de los Estados Unidos en el aeropuerto internacional Dulles de París. La razón ? En su declaración de aduana, dijo que no tenía más de $ 10,000 en efectivo … dijo que tenía 4,000 en él. Pero en realidad, llevaba cinco veces más. Y, curiosamente, en sobres.

    Específicamente, de acuerdo con la decisión del tribunal que lo sentenció, tenía $ 15,000 en tres sobres ($ 15,000, $ 3,000 y $ 2,000). Según Chris Coleman, este dinero fue destinado al pago de cabilderos pro marroquíes. Lo que es más interesante viene después. De hecho, después de confesar su culpabilidad ante el juez, que fue capaz de continuar sus actividades de presión en los Estados Unidos, garantizada por John J. Hamre, presidente del CSIC (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales), de acuerdo con un documento proporcionado por Chris Coleman. No hace falta decir que esta entidad CSES (que es un miembro de la eminente Henry Kissinger, el arquitecto jefe de la entrega del Sahara español en Marruecos) proporciona cobertura para las personas y publica « análisis » que denigrar sistemáticamente al pueblo saharaui. Hay otro aspecto aún más asombroso en los documentos divulgados por Chris Coleman: sabemos que un puñado de periodistas franceses, L’Express, Le Point, la liberación y la LCI, se sumerge durante años para un sitio web de noticias , Observador de Marruecos, cuyo director, Mohammed Charai, sigue exigiendo subsidios a dos líderes de alto nivel de la inteligencia marroquí para premiar a estos empleados valiosos a cambio de artículos favorables a la tesis marroquí en -still- el asunto del Sahara Occidental.

    Fuente : Asovessa, 12/01/2018

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, Chris Coleman, hacker, pirata, ONU, Estados Unidos, Francia, Lobbying,

  • El asesinato de Ben Barka y la frustración de otro Marruecos posible

    Desde su independencia en 1956 de España y Francia, las potencias que ejercían de protectoras, Marruecos se ha caracterizado, como otras sociedades del mundo árabe, por su carácter dual. Cuenta con un alto porcentaje de población joven, muchos de ellos altamente cualificados, formados en universidades y centros de estudios del país, pero las oportunidades para su promoción se encuentran cerradas dentro de las fronteras nacionales, lo que les ha obligado a hacer las maletas buscando la “prosperidad” del mundo europeo o afrontando las estrecheces del día a día a través de empleos de baja cualificación y bajos salarios y la hoy denominada “economía informal”. Esa generación joven, formada (e informada gracias a los canales por satélite, como Al Jazeera, e internet) y urbana con ansias de independencia y libertad, como mostró no hace mucho tiempo el movimiento 20 de febrero, contrasta con las costumbres aún arraigadas en un país donde el peso de la ley religiosa y la costumbre, especialmente en el mundo rural, siguen presentes en la vida cotidiana, con represalias familiares y policiales hacia homosexuales y muchachas que se salen del redil patriarcal. Asimismo, cuenta con una constitución que establece al modo occidental el parlamentarismo, las elecciones, los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil como mecanismos de participación democrática y pluralista de los ciudadanos en la vida política de la nación, con una monarquía constitucional que no pocas veces se nos presenta equiparable a la de los Países Bajos, Noruega, Gran Bretaña o Dinamarca. En la realidad, sin embargo, el poder del rey es casi absoluto, el parlamento no pasa de ser un mero cuerpo consultivo al modo de la Duma zarista de 1905, la red clientelar del Majzén es tupida y omnipresente (convirtiéndose en el verdadero motor de la cosa pública) y los abusos policiales y judiciales están a la orden del día en un estado caracterizado por el cambio exasperantemente lento y siempre controlado por Palacio.

    Todas estas características (con sus diferencias y matices) pueden también aplicarse a muchos estados del mal llamado Primer Mundo, que parecen seguir la estrategia de avanzar hacia atrás o al menos de guardar en sus alcantarillas realidades superpuestas a una superficie donde sólo puede brillar la perfección, mientras se acusa al resto o se mira por encima del hombro a los demás -ayer el “salvaje e incivilizado”, hoy “nación subdesarrollada” o “del Tercer Mundo”-, es cierto (como muy bien ejemplifica Donald Trump, la xenofobia rampante en la Europa rica o la corrupción y descrédito que se van descubriendo de los sucesivos gobiernos españoles de la restauración democrática). Sin embargo, como en otros casos aquí descritos, la supuesta incapacidad de estas últimas naciones para alcanzar el nivel de modernidad, “cultura” y “civilización” del mundo desarrollado no se deben a factores innatos, a la supuesta incapacidad para gobernarse adecuadamente por parte de los estados africanos, latinoamericanos o asiáticos.

    Al contrario que en Europa o Estados Unidos, donde desde Washington o Bruselas se elogia la madurez del electorado y de la democracia del país X incluso cuando la democracia y el electorado han sido capaces. por razones diversas entre las que cabe contar la desesperanza, la propaganda o la manipulación mediática, de colocar a soberanos idiotas y peligros públicos al frente del mismo (e incluso se elogia al país Y incluso sin que exista sistema democrático y las violaciones de los derechos humanos sean constantes y a la orden del día siempre que Y tenga un gobierno amigo -o incluso “hermano”, como se refería Juan Carlos I al antiguo rey de Marruecos Hassan II-), la democracia no resulta un valor para el Tercer Mundo si quien se elige no responde a los intereses de Europa, Norteamérica, el FMI o la OMC, por mucho que signifique una esperanza o una realidad palpable de cambio para su propio pueblo. No fue la incapacidad para gobernarse, el manido “odio africano” o las querellas intestinas -que muchas veces aparecen espoleadas desde fuera- lo que acabó con los proyectos, cuando no la vida, de Lumumba, Arbenz, Allende, Sankara, Cabral o João Goulart, al igual que tampoco fue un mero asunto interno la asfixia lenta de proyectos incómodos desarrollados en la periferia europea, hasta ayer mismo, como quien dice, también parte del “Tercer Mundo”: la República en España, la Revolución de los Claveles en Portugal o el apoyo al restaurado e impopular gobierno monárquico de Grecia, plagado de antiguos nazis y colaboracionistas, en la guerra civil frente al ELAS, una de las guerrillas antifascistas más eficaces contra el III Reich.

    En Marruecos también se dio el caso. La independencia dio lugar a dos proyectos paralelos: uno, dontancredista, basado en la permanencia de las instituciones locales -el rey absoluto, las redes clientelares, la tradición mal entendida- más reaccionarias con un mero cambio de fachada, sustituyendo la presencia colonial por la de los gobiernos cien por cien marroquíes -aunque la sombra del neocolonialismo fuera y es alargada- y otro de independencia radical, autónomo y con claros aires socializantes, no-alineados y solidarios con el mundo emergente, sumido en plena lucha por la independencia. Este último fue obra de Mehdi Ben Barka y la facción izquierdista del partido Istiqlal (Independencia), luego reconstituido en Unión Nacional de Fuerzas Populares. Su tragedia, sin resolver del todo y la enésima vivida por el Tercer Mundo (entonces desprovisto de significados peyorativos referidos a su desarrollo económico), se inscribe no sólo en turbias maniobras de servicios secretos y de inteligencia. Está metida de lleno dentro de los años negros de la represión y la sangre en el país magrebí: los largos “años de plomo”.

    LA SOMBRA DE LOS AÑOS DE PLOMO: UN CAPÍTULO SIN CIERRE

    Antes de comenzar a hablar de Ben Barka, refirámonos a ese episodio especialmente sangriento de la historia del reino alauí. Los “años de plomo” marroquíes han tendido a verse como una coincidencia temporal con otros denominados de la misma forma aunque en zonas geográficamente distintas, como Italia o Argentina. Pero al contrario que en estos dos países, en Marruecos los años 1970 no vieron nacer la violencia armada, sino que ésta ya venía de lejos. Desde la independencia política del sultanato, bajo el reinado de Mohammed V, ya se habían registrado acontecimientos de violencia física, asesinatos y torturas contra oponentes políticos al régimen, sindicalistas y activistas, siendo especialmente célebre la prisión de Tazmamart como centro de detención ilegal, tortura y asesinato cuya existencia el estado marroquí ha venido negando sistemáticamente. Además, otra diferencia fundamental es que, si en la Italia de mayor actividad del Gladio o en la Argentina de María Estela Martínez de Perón la violencia no era patrimonio exclusivo del aparato estatal (aunque existieran implicaciones directas -policías, militares… que pertenecían a grupos terroristas de ultraderecha- o conexiones entre los servicios secretos y cuerpos paramilitares y organizaciones de extrema derecha), en Marruecos la actuación violenta implicó a sectores de las fuerzas de seguridad, del ejército y de los servicios secretos, de tal suerte que una implicación (por descubrir) de grupos armados ajenos siquiera nominalmente al control del Estado en estos hechos debe ser considerada muy por excepción.

    Aunque en el ámbito de los “años de plomo” marroquíes la mayor escalada de violencia coincide temporalmente con la década de los setenta – agitada en todo el mundo, pero especialmente en el ámbito no europeo y anglosajón, con revoluciones, guerras de liberación y golpes de estado en Argentina, Nicaragua, Irán, Chile, Angola, Mozambique, Vietnam o Afganistán-, a raíz de los intentos de golpe de derrocamiento y asesinato de Hassan II en 1971 y 1972 y las repercusiones de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental en noviembre de 1975 y la lucha entre el ejército del reino y la fuerza de liberación anticolonial -entonces enfrentada a España y desde ese momento a Marruecos-, el Frente Popular de Liberación de Saguia-el-Hamra y Río de Oro o Frente Polisario. Sin embargo, otros especialistas consideran que ya desde el reinado del anterior monarca, Mohammed V, con la violenta represión de la revuelta del Rif en 1958-1959 -en la que se llevaron a cabo bombardeos indiscriminados con bombas de fragmentación napalm y fósforo blanco contra las poblaciones rifeñas, calculándose en tres mil las muertes, (desconociéndose el número exacto correspondiente a la represión), entre la población bereber de esta región norteña- y hasta el fallecimiento de Hassan II en 1999 y la asunción del trono por su hijo Mohammed VI pueden considerarse un continuo temporal, que si bien no ha tenido la misma intensidad en todo el período, sí se ha visto presidido por unas características comunes: el mantenimiento del status quo político, el silencio de la disidencia mediante el uso del terror y la omnipresencia y omnipotencia en la vida pública de las fuerzas de seguridad, como la gendarmería, el ejército o los servicios de inteligencia. El asesinato de Ben Barka, acontecido en mitad de la década de los sesenta, es un caso inscrito en medio de lo que habría que considerar más que los años las “décadas de plomo” del país magrebí.

    Así, el abogado Abderrahim Barrada escribe con meridiana claridad que “desde la recuperación de su independencia en 1956 y hasta mediados de los años noventa, Marruecos ha conocido violaciones más o menos graves de los derechos humanos de las cuales buena parte pueden ser calificadas de crímenes contra la humanidad según las definiciones establecidas para este tipo de actos por el derecho humanitario internacional […] Estas violaciones, que han jalonado la historia de Marruecos durante casi cuarenta años, han sido, excepto raras excepciones, crímenes de Estado”. Tales crímenes de Estado perpetrados por el aparato gubernamental marroquí incluirían tanto la desaparición forzada, la tortura, el genocidio y los crímenes de guerra -tal y como pueden recogerse de testimonios realizados no sólo por los bereberes del Rif, sino también por los saharauis, dando comienzo con la propia “Marcha Verde” en 1975, pues a la marcha pacífica de civiles por el oeste del territorio del Sáhara se le unieron soldados a pie y aviación en el este que bombardearon con las mismas técnicas empleadas quince años atrás en ciudades como Tifariti o Smara- o las ejecuciones extrajudiciales. Además de esto, hay que sumar la represión extremadamente violenta realizada por las fuerzas policiales, pero también militares, de las protestas populares, como las que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, como la revuelta de marzo de 1965, los disturbios de Casablanca (1981), las protestas de Tetuán o Nador (1984), así como las que han tenido lugar en lo que Marruecos denomina las “provincias del Sur” contra la ocupación del territorio saharaui.

    Hasta el momento no es posible saber el número exacto de víctimas causada por esta política criminal, porque las asociaciones civiles de derechos humanos en Marruecos no disponen de información completa y desde la Instancia Equidad y Reconciliación, el organismo oficial creado tras la subida al trono de Mohammed VI, no se facilitan cifras -al mismo tiempo que los criterios defendidos por este organismo para la consideración de víctima pueden distar mucho de lo universalmente aceptado-. Ni siquiera Amnistía Internacional en su informe de 1993 “Marruecos: Rompiendo el silencio” podía dar una cifra exacta, dado que muchos desaparecidos permanecían en cárceles secretas, mientras que otros no han vuelto a dar señales de vida tras la liberación decretada por el nuevo monarca, por lo que la horquilla -descontando las muertes ocasionadas por la ocupación del Sáhara o la represión violenta del Rif- podría oscilar entre varios centenares y más de un millar de personas.

    Además de mucha gente anónima, no han sido pocos los que han tenido puestos de responsabilidad política, policial o militar que han pasado por las cárceles del régimen alauí o han acabado siendo asesinados. Desde dirigentes de la izquierda como Ben Barka o Mohammed Larizi (asesinado en 1963 junto a su esposa, de nacionalidad suiza, y la hija de ambos, de sólo tres años de edad) a militares implicados en intentonas golpistas fracasadas, como Mohammed Ufqir (uno de los antiguos responsables de la represión de los bereberes, quien fue secuestrado y encarcelado durante décadas junto con varios miembros masculinos de su familia, incluyendo niños de corta edad, hasta 1991) o los responsables de la intentona militar de 1972, quienes fueron encerrados en Tamazmart al año siguiente, pereciendo la mitad de ellos. Además, Marruecos tiene en su haber el penoso récord de haber mantenido en prisión al preso político más antiguo de África después de Nelson Mandela, Abraham Serfaty, antiguo militante del Partido Comunista y judío marroquí que abogaba por la solución de “dos Estados” en Palestina.

    Durante décadas, Marruecos ha logrado mantener la escala represiva sin escándalo de la comunidad internacional gracias a la lógica de la “guerra fría”, en la que se convirtió en un aliado esencial de Estados Unidos en la lucha contra la penetración de la izquierda comunista y del alineamiento prosoviético de otros regímenes árabes del Magreb como la Argelia del FLN, el Egipto de Nasser o, con posterioridad, la Libia del coronel Gadaffi. Además del apoyo estadounidense, Francia, como antigua metrópoli, consideraba a Marruecos una pieza esencial dentro de su política de la “Françafrique”, especialmente tras el fracaso de la guerra de Argelia y la política independiente del nuevo gobierno de socialismo árabe instalado en Argel, así como para contar con una posición avanzada de cara a controlar Mauritania, la zona del Sahel y los estados de la antigua África Occidental Francesa. Esta consideración de régimen amigo es considerada clave para la implicación, a juicio de varios testimonios, de los servicios de inteligencia franceses y norteamericanos en la muerte de un líder tan peligroso para el gobierno de Rabat como Mehdi Ben Barka, quien ostentaba en ese momento la presidencia de la Conferencia Tricontinental, de gran influencia en el mundo no alineado.

    En la actualidad, el papel de Marruecos, finalizada la política de bloques, se ha mantenido como “gendarme” en la vigilancia de la frontera sur del Mediterráneo tanto en lo que se refiere al control de las migraciones procedentes del África subsahariana con destino a Europa como en el terrorismo de corte islamista radical. Esto ha hecho que, en los últimos años del reinado de Hassan II y estos primeros años de Mohammed VI, la política de las potencias occidentales no haya variado esencialmente respecto al vecino alauí, como puede observarse en temas como el respeto a los derechos humanos -que básicamente pasan por la consideración de Marruecos como un país garantista en este aspecto- o el referéndum por la autodeterminación del Sáhara Occidental, pospuesto prácticamente “sine die”. Y aún cuando se producen protestas en este o en otro sentido que pueden irritar a Palacio, al gobierno o a los intereses que rodean a la monarquía, la respuesta de Rabat, retórica pero poderosa, suele derivar en amenazas chantajistas sobre las pretensiones anexionistas sobre Ceuta y Melilla o el cese de las “obligaciones contraídas” con la Unión Europea en la vigilancia de la frontera, ocasionando las consabidas molestias y enojos para España y para las instituciones de Bruselas, pero zanjándose rápidamente la cuestión y olvidando la que dio lugar a la controversia.

    Por este motivo, ante la ausencia de una presión exterior que acabe obligando a Marruecos a llevar a la práctica su retórica o a acelerar sus reformas en lugar de usar la clásica vara de la represión (que denuncian no ha desaparecido del mapa) y la estrategia de la “apertura cerrada”, muchos son los que emiten críticas hacia la labor del Consejo Consultivo de Derechos Humanos y la Instancia Equidad y Reconciliación y la posibilidad de que realmente sea eficaz para saldar las cuentas de la sociedad marroquí con su pasado. En primer lugar, se establece una indemnización a las víctimas, pero no existe un verdadero derecho a saber y por supuesto no hay posibilidad alguna de un derecho a la justicia, los tres pilares fundamentales sobre los que se asienta la doctrina de Naciones Unidas a este respecto. Las instituciones estatales no establecen castigo alguno a los culpables, porque ello supondría cuestionar la estructura misma del estado y de la monarquía marroquí (¿cómo condenar al anterior monarca, expresar públicamente que Hassan II fue un genocida?), dado que muchos siguen al frente de los asuntos públicos o han sido sucedidos en sus puestos con normalidad institucional, siendo legitimados en cierto modo -un problema que nos suena por estas latitudes-. Además, existen sospechas de que el impulso de estas organizaciones por parte del Estado se ha hecho para frenar el empuje, mucho mayor y menos controlable, de las asociaciones cívicas.

    Por otro lado, en muchas ocasiones la víctima de violaciones de derechos humanos -caso de los golpistas- acaban siendo culpadas de su situación (de ahí lo que se mencionaba anteriormente: la posibilidad de que el Estado considere discrecionalmente quién es y quién no es víctima) porque despertaron una reacción (léase, tortura, asesinato, desaparición forzada…) de las fuerzas de seguridad. De ahí que el abogado Abdelrrahim Barrada se escandalice de ello del siguiente modo: “¡Las víctimas son, a sus ojos, los primeros culpables! ¡El Estado no ha hecho sino defenderse! Por ello el CCDH pide la gracia real [tal y como aparece en el memorándum del Consejo Consultivo] para estos “malhechores”…” De hecho, denuncia, aquellos que no sean “culpables” de provocar los hechos serán indemnizados.

    Para terminar, el hecho de que se lleven a cabo estas medidas, con un alcance limitado en el tiempo, no garantiza realmente que situaciones de esta índole no vuelvan a repetirse. De hecho, desde Nuremberg se ha venido afirmando la necesidad del castigo a los crímenes contra la Humanidad para evitar que cunda el ejemplo y que salga “gratis” para el genocida o el criminal de guerra llevar sus planes a cabo. Lejos de ello, no son pocas las voces que advierten que Marruecos podrían haber tomado apenas un respiro con la apertura de los primeros tiempos del reinado de Mohammed VI y la puesta en marcha de la IER, para después volver por las andadas, como muestra el desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik, el maltrato a los migrantes subsaharianos en el monte Gurugú o la represión al colectivo LGTBI.

    MEHDI BEN BARKA: DE LA INDEPENDENCIA A LA DISIDENCIA

    Ben Barka es una de esas figuras indispensables para entender lo que ha significado el camino de las independencias frustradas en el Tercer Mundo y la exploración de vías de desarrollo políticas, económicas y sociales autónomas surgidas de la Conferencia de Bandung y del movimiento de los No Alineados. De un lado, un sentimiento nacionalista plasmado en la necesidad de buscar un destino propio, libre de injerencias políticas de corte neocolonialista (de las anteriores metrópolis o de las grandes potencias); de otro, un sentimiento de solidaridad internacionalista con las naciones recién independizadas y/o por su especial vulnerabilidad de cara a las presiones exteriores, que llevó a la creación de instituciones como el Movimiento de Países No-Alineados o la Conferencia Tricontinental. En los inicios de este movimiento (de la Conferencia de Bandung, 1955 a la I Conferencia de No-Alineados, Belgrado,1961) destacaron Nasser, Tito, Nehru, los líderes Sukarno de Indonesia, Kwame Nkrumah de Ghana o inclusive Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara de Cuba, aunque la revolución en la isla tuvo que decantarse cada vez más hacia el sistema socialista, dejando en segundo plano su carácter inicial de revolución nacionalista y antiimperialista, debido a la hostilidad y bloqueo estadounidenses a la misma y la falta de aliados estratégicos más allá del bloque soviético. En el MPNAL el caso cubano no fue el único: si en América Latina (Argentina, Chile, Colombia, Granada), Asia (Laos, Indonesia, Camboya) o el África francófona (Gabón, República Democrática del Congo, Mali, Camerún, Togo, Costa de Marfil o Alto Volta), la intervención a través de golpes de estado o del dominio poscolonial de Estados Unidos, Francia o Bélgica les colocó como estados “clientes” del bloque occidental, para quien el neutralismo -como muestran documentos elaborados por la administración en los primeros años de la guerra fría- no era una opción, la lucha anticolonial se fue revistiendo (en buena parte, producto de lo anterior) de un trasfondo antiimperialista y anticapitalista que dio origen a movimientos revolucionarios marxistas que tomaron el poder en países miembros del movimientos o que adquirieron luego esa condición, decantándose como aliados soviéticos: Yemen del Sur, Etiopía, Somalia (cuyo líder, Siad Barré, primero fue aliado soviético y a raíz del conflicto de Ogadén con Etiopía pasó a aliarse con Estados Unidos), las antiguas colonias portuguesas en África, Vietnam, la República Popular del Congo o Afganistán. Resultaba difícil la supervivencia en un mundo bipolar (y cuánto más en uno unipolar…)

    Mehdi Ben barka nació en Rabat, la hoy capital del país y entonces parte del protectorado francés, en 1920, donde formó parte de una familia humilde. Su padre era recitador del Corán en la mezquita y vendedor de té y azúcar. Ben Barka acudió a la escuela coránica hasta los nueve años, pero la familia no tenía recursos para mandar a más de uno de los dos hijos a la escuela más allá de esa edad, de modo que acompañaba a su hermano mayor al colegio francés, pero se quedaba fuera. La maestra le invitó a entrar como oyente, y eso cambió la historia del muchacho, dado que se reveló como un excepcional estudiante. Mehdi Ben Barka acabó convirtiéndose en el primer licenciado en Matemáticas de Marruecos (realizó sus estudios superiores en la universidad de Argel, pues en el momento de hacerlos no existía la posibilidad de realizarlos en su país natal y Francia, la otra opción, se encontraba ocupada por la Alemania de Hitler).

    En su juventud y durante sus etapa universitaria, frecuentó amistades y círculos nacionalistas -también de otros países del Mageb, como Argelia y Túnez- y fue uno de los fundadores del partido del Istiqlal en 1943, convirtiéndose en uno de los principales dirigentes del mismo dos años más tarde -de hecho, eso le llevó a ser desterrado en 1944 a las montañas del Atlas por las autoridades francesas, donde permanecerá siete años-. Sin embargo, su pensamiento estaba dirigido no sólo hacia la consecución de la independencia plena del país y la salida de las potencias dominadoras, España y Francia. Interesado por la economía, la modernización de la sociedad marroquí desde sus estructuras feudales, la reforma agraria y la no discriminación de la mujer, “deviene en combatiente por la independencia de las personas corrientes y del campesinado…” (Omar Benjelloun, abogado, colaborador de Le Monde Diplomatique y descendiente de militantes históricos de la izquierda marroquí). Por ese motivo, y aunque su actividad es esencial para el regreso del rey Mohammed V en 1955, exiliado por las autoridades francesas en Madagascar -para lo que pusieron en su lugar a un familiar más manejable-, conseguida la independencia en 1956, “se negó a sentarse en el gobierno y se opone a un régimen aristocrático desde su puesto en la presidencia de la Asamblea Consultiva”, escribe Benjelloun. La crítica se dirige hacia el clientelismo, el absolutismo del monarca y el conformismo del que hacen gala partidos políticos como el suyo propio, donde el impulso cobrado para lograr la independencia parece haberse quedado ahí, juzgándolo de este modo Ben Barka como muy conservador y un instrumento del régimen.

    LA UNFP Y EL EXILIO

    Bachir Ben Barka, hijo del líder marroquí, afirmó en una entrevista en octubre de 2016 cómo las puertas a cualquier apertura política en el país se cerraron casi de inmediato a la independencia, y el desarrollo de un proyecto alternativo al defendido desde los ambientes palaciegos no llegó siquiera a poderse plantear. “tras la independencia, con la euforia que esta generó, había una dinámica alimentada por esta joven generación de militantes que eran Mehdi Ben Barka, Bouabid, Basri […] Esta generación emprendió esa lucha para que la independencia tuviera un contenido social y progresista […] Pero poco a poco la relación de fuerza se invirtió y a finales de la década de 1950 se debilitó esta nueva fuerza emergente y Palacio retomó totalmente las riendas gracias a las alianzas políticas y estratégicas entre el feudalismo marroquí y los intereses neocoloniales e imperialistas, más particularmente franceses.” La subida al trono en 1961 de Hassan II de un lado, con una política mucho menos favorable hacia el aperturismo político de lo que hubiera podido demostrar su padre y antecesor en el trono -y, como demostró Mohammed V en la represión del Rif, igualmente dispuesto al uso de los mecanismos represivos que éste había utilizado-, y del otro la división mostrada en el campo político que, con partidos como el Istiqlal cooptados por la élite dominante (y que, en el caso de la antigua organización de Ben Barka, a partir de entonces pasará a formar parte del aparato del régimen) y una izquierda atomizada y fuertemente reprimida, marcará los años venideros y dará comienzo a una fructífera relación del reino con las potencias occidentales para la represión del nacionalismo árabe socialista y los movimientos de izquierda en el área (alianza frente a la Argelia revolucionaria, apoyo tácito a la ocupación del Sáhara Occidental, etc.)

    Cuando Hassan II llega al trono, Ben Barka es una figura de elevado prestigio, a pesar de no tener ningún cargo ejecutivo. Sus reuniones con líderes de movimientos independentistas y antiimperialistas del Tercer Mundo de reconocido carisma en aquellos momentos (Mao, Ho Chi Minh, otros más aún en el mundo árabe como Gamal Abdel Nasser); sus críticas a la situación política y su negativa a las componendas; sus proyectos de rescatar al país del feudalismo, acabar con el analfabetismo, las desigualdades sociales y otras lacras que arrastraba y el éxito de proyectos como la formación de jóvenes a través de proyectos de infraestructuras como la de la carretera de la Unidad (la carretera que unía las zonas de los antiguos protectorados español y francés) le convirtieron en una figura de masas, aun cuando entonces todavía formaba parte de un Istiqlal ya abiertamente empeñado en el mantenimiento del status quo.

    La situación entre el sector conservador y el izquierdista del Istiqlal, encabezado por Ben Barka, Basri y Bouabid y al que se encontraban adheridos los jóvenes del partido y los sindicatos, estalló finalmente en 1959, cuando esta última corriente propuso que se convocara una Asamblea Constituyente que elaborara una carta magna que, entre otras cosas, delimitara claramente las funciones del monarca y sustituyera las estructuras clientelares de poder (el Majzén) que entonces regían la vida política en el país por unas instituciones genuinamente democráticas. Los dirigentes del partido -pertenecientes al ala derechista- interpretaron que Ben Barka y los suyos asumían una postura republicana y de ruptura, por lo que acabaron expulsándolos del partido. Este fue el pistoletazo de salida para la creación de la Union Nationale des Forces Populaires (Unión Nacional de Fuerzas Populares, UNFP).

    La UNFP sigue los principios reflejados por el ala izquierda en la ruptura del Istiqlal: revolución democrática, reforma agraria, alfabetización, fin de la discriminación a las mujeres, reforma social en favor de las clases trabajadoras urbanas y campesinas, transformación de las estructuras del poder vigentes para poner fin al dominio social y político de unos pocos privilegiados y del dominio neocolonial y solidaridad con y entre los pueblos del Tercer Mundo. Ben Barka -que se convertirá en pocos años en uno de los dirigentes internacionales más importantes del movimiento no-alineado- entiende que la lucha de las naciones colonizadas y sometidas al yugo de la injerencia externa debe ser una lucha conjunta en la que en intercambio de experiencias y la unidad entre ellas debe ser central para el éxito final.

    Por supuesto, la presencia de un partido regido por principios que ponen en cuestión el régimen vigente con una claridad harto meridiana no es en absoluto del gusto de ningún sector poderoso de la sociedad marroquí, de tal modo que en poco tiempo la UNFP es ilegalizada y su órgano de prensa clausurado. Ben Barka partió al exilio en París, aunque regresó en 1962 tras una primera tímida apertura de Hassan II, coincidente con la redacción de una constitución “a medida”, rechazada por las fuerzas de izquierda, entre ellas la UNFP. Tras sufrir un primer intento de asesinato -un accidente de tráfico provocado que se saldó con una fractura leve-, se presentó como candidato a las elecciones generales del año siguiente, que se saldaron con la victoria de un partido “cortesano” creado ad hoc, pese a la enorme movilización conseguida por la UNFP (que quedó en tercer lugar). Las denuncias y protestas populares por fraude se saldaron con una violenta represión y la condena a prisión de los dirigentes de la UNFP -algunos de ellos encarcelados y torturados- por planear un complot contra la vida del monarca. Ben Barka consiguió huir y regresó a su exilio parisino, del que ya no regresaría.

    Sin embargo, no sería la última vez que el régimen marroquí desencadenaría una campaña de infamias -previa a su asesinato- contra el dirigente opositor. En 1963, como consecuencia de la “guerra de las Arenas” que Marruecos desencadenó contra Argelia a consecuencia de una disputa fronteriza que ambos países mantenían, Palacio mantuvo que Ben Barka apoyaba a Argelia en contra de su país natal, asimilando su postura con una traición. “Ahora bien”, relata su hijo Bachir, “lo que hizo fue condenar la guerra. Estaba en contra de esta guerra, que él calificó de agresión contra la joven Revolución argelina, la cual se había convertido en una referencia para los movimientos de liberación africanos y latinoamericanos. Es cierto que era un apoyo a Argelia y una condena, no de su país, sino del régimen que llevaba a cabo esta agresión para debilitar Argelia”. Hemos de observar que, como militante de la causa del Tercer Mundo, Ben Barka no podía estar más en contra con el hecho de que dos países recientemente independizados, que debían dedicar sus esfuerzos en el desarrollo de sus países y el bienestar de sus pueblos tras largos años de colonización y sujeción a los intereses de una potencia extranjera, malgastaran sus recursos en enfrentarse entre ellos en una guerra a la que se sospechaba, además, Marruecos había sido empujado por los intereses de la ex metrópoli Francia.

    LA TRICONTINENTAL

    Las experiencias del exilio, tanto la primera como la segunda y definitiva, contribuyeron a forjar una extraordinaria imagen exterior del líder marroquí, en particular como líder del Tercer Mundo. Su comprensión de los problemas que acuciaban a los países de África, Asia y Latinoamérica, muchos de ellos estados recién independizados del dominio colonial, y el eco que se hizo como voz autorizada a la hora de hablar de los mismos y de sus soluciones le auparon a ser una de las principales figuras de lo que hoy llamaríamos el “Sur global”.

    A lo largo de ese exilio sin residencia fija (vivió a caballo entre Argel, El Cairo y París), de 1962 a 1965, y partiendo de sus experiencias y charlas con líderes como Nasser, Ho Chi Minh, Nkrumah, Jomo Kenyatta, o Julius Nyerere, su pensamiento se enriquece, hacia una perspectiva más global acerca de la exploración de las características y las múltiples facetas que adquiere el dominio colonial e imperialista (neocolonial) y una convergencia sobre cómo emprender la lucha contra él -la necesidad de unidad de lucha y de compartir experiencias, antes mencionada-. “Su inspiración proviene de Frantz Fanon, así como de “Discurso sobre el colonialismo” de Aimé Césaire, de “Retrato del colonizador” (1957) y “Retrato del colonizado” de Albert Memmi” (Rebellyon.info).

    La capital argelina será un lugar donde encontrará enormes estímulos intelectuales para desarrollar su pensamiento antiimperialista. Al calor de los primeros años de la revolución en el país, comandada por Ahmed Ben Bella, y del estímulo que ésta supone para muchos movimientos de liberación nacional en otras partes del continente e incluso más allá de las propias fronteras africanas, Argel se convierte en una suerte de “melting pot” en la que se dan cita exiliados y líderes guerrilleros y tienen lugar interesantes intercambios de ideas. “La capital de Argelia se había convertido en el centro intelectual de la contestación revolucionaria internacional. Se encontraron allí, en primer lugar, los líderes exiliados de los movimientos de liberación de las colonias portuguesas, después de los problemas en Angola (1961), en Guinea Bissau (1963) y Mozambique (1964). Mestizos y minoritarios, los intelectuales de Cabo Verde, incluyendo a Amílcar Cabral, se hicieron eco de las corrientes libertadoras del continente americano.

    Una de las figuras más poderosas del movimiento negro en Estados Unidos, Malcolm X, estaba alojado en Argel en 1964; Ernesto Che Guevara, antes de contactar con los guerrilleros [lumumbistas] del Congo, también pasa por allí en la primavera de 1965” (ídem).

    El líder disidente marroquí es un auténtico “trotamundos” de la causa “altermundista”. Su presencia en el exilio, lejos de alejarle de la actividad política, le confiere un nuevo papel a su manera de entenderla, alejándola del marco exclusivamente nacional e incluyéndola dentro de un proyecto mucho más amplio, atendiendo a lo que Omar Benjelloun llama el tríptico “movilización, unidad, liberación”: “Ben Barka quiere salir fuera del marco nacionalista y ampliar la batalla de Marruecos mediante su inclusión en una visión universal. Viajando por el mundo como un viajante incansable de la revolución, que pasa de un continente a otro, escapando de varios intentos de asesinato. Un día está en El Cairo para dar un discurso
    defintorio y fustigante del neocolonialismo. Al día siguiente se va a Moscú y luego a Beijing para idear para aliviar la disputa chino-soviética, antes de regresar a Damasco a fin de conciliar al Egipto nasserista y la Siria baazista”.

    Su hijo Bachir comenta algunos aspectos que contribuyeron a la popularidad de Ben Barka. En primer lugar, remontándose a los inicios de la independencia de Marruecos, recuerda el proyecto de integración magrebí que partidos como el Istiqlal -liderado entonces por Ben Barka, el FLN argelino o el Nèo-Destour tunecino expusieron en la Conferencia de Tánger de 1958. Allí se expuso claramente, en ese contexto norteafricano, la necesidad de una solidaridad entre los pueblos desde una postura de respeto a la especificidad, a las circunstancias particulares de cada uno de los países y a la necesidad de que cada uno de ellos explore sus particulares vías de desarrollo. “Cada país tiene que llevar a cabo su propia evolución, pero gracias a la solidaridad entre ellos los pueblos van a poder progresar juntos” Esa postura es la que con posterioridad desarrollará en un contexto global, y que es muy diferente, si comparamos, con las recetas globales de la democracia parlamentaria al modo capitalista-occidental (que no contempla o desprecia otros modos de democracia como la participativa o la comunitaria, desarrolladas en constituciones de América del Sur como las de Ecuador o Bolivia) o con las prescritas por las autoridades financieras mundiales como el FMI o el Banco Mundial, con independencia del contexto económico nacional. “Tenían -prosigue Bachir Ben Barka- una visión magrebí, actuaban en esa perspectiva, eran conscientes del problema del neocolonialismo y estaban en una perspectiva de construcción de un Magreb de los pueblos. Esta perspectiva ya no está a la orden del día. Desde finales de la década de 1960 lo que se impone es el Magreb de los Estados, el Magreb de las policías con una serie de operaciones en las que había mucha más solidaridad policial y de seguridad entre los tres, cuatro o cinco Estados del Magreb que voluntad política de liberación y de progreso”.

    En segundo lugar, dado que el enemigo -el colonialismo, neocolonialismo o imperialismo; múltiples nombres para una forma de dominación de los países ricos y fuertes sobre los pobres y débiles- es común, la unidad de acción debe ejercerse también, y esto debe significar establecer una organización que, al igual que las que representan a los estados ricos (sea la ONU con un consejo de seguridad antidemocrático y con poder de veto, el G7, el GATT -hoy Organización Mundial del Comercio-), permita abrir numerosos frentes comunes que dispersen sus fuerzas y dificulten su estrategia de dominio. “Crear una organización de solidaridad de los tres continentes quiere decir organizar en todas partes luchas para debilitar al adversario principal. Lo que él hizo fue movilizar a la juventud pero, al mismo tiempo, poner en común las potencialidades de cada país para modificar a su favor la relación de fuerzas”. Ése era el objetivo de la OSPAAAL y de la Conferencia Tricontinental.

    No es por tanto casual que la presidencia de la Conferencia Tricontinental, que iba a celebrarse en La Habana en enero de 1966, recayera sobre Ben Barka. Esta conferencia nació a raíz de las reuniones mantenidas en años previos por la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia y África en Accra, la capital ghanesa, en 1957 (debemos recordar que el presidente Nkrumah fue uno de los principales impulsores del movimiento de los no alineados y del movimiento panafricano, por lo que trató de convertir Ghana en uno de los principales centros del Sur global, de ese otro fiel de la balanza del poder mundial), y El Cairo en 1961, a la que los pueblos y organizaciones de liberación del Caribe y Latinoamérica se sumaron, dando lugar a la ampliación de las siglas de la organización -de OSPAA a OSPAAAL- y a la celebración de la histórica conferencia en la capital cubana. Según escribe Omar Benjelloun, Ben Barka fue uno de los principales impulsores de la ampliación del marco de la OSPAA al continente americano, convenciendo a sus interlocutores africanos y asiáticos -había estado presente en las reuniones de Accra y El Cairo- de ampliar a Latinoamérica su labor de solidaridad, y a raíz de sus conversaciones con “Che” Guevara en Argel, la mediación del guerrillero argentino y ex vicepresidente de la Cuba revolucionaria le hará ocupar la presidencia del encuentro habanero.

    La celebración de la conferencia fue un motivo de orgullo para Mehdi Ben Barka, quien se refirió a ella en los siguientes términos: “Es un acontecimiento histórico la reunión de organizaciones antiimperialistas de África, Asia y América Latina, por su composición y por estar representadas las dos grandes corrientes contemporáneas de la Revolución Mundial: la revolución socialista y la revolución de liberación nacional. Lo hace histórico también su celebración en Cuba, donde tienen lugar ambas revoluciones” (cita Reinaldo Morales Campos), lo que hizo que, por insistencia de Ben Barka, la intervención inaugural y final de la misma fueran realizadas por Fidel Castro. Sin embargo, en el momento de celebrarse, su presidente ya había sido secuestrado en París y asesinado. Este hecho produjo la más absoluta condena por parte de la organización de la Tricontinental -entre ellos el líder cubano Osmany Cienfuegos, hermano del revolucionario Camilo Cienfuegos, quien realizó un alegato contra la intervención de la CIA en los hechos- y los miembros de la OSPAAAL.

    Aunque la Conferencia Tricontinental no volvió a celebrarse, la OSPAAAL y la revista Tricontinental, fundada a raíz de su celebración, sigue presente como movimiento de promoción de la solidaridad, el desarrollo autónomo de los países del Sur, la paz y los derechos humanos, teniendo en la actualidad su secretariado permanente en Cuba y perteneciendo a ella doce países y con participantes de diversas partes del globo. La OSPAAAL es desde 1998 una organización con estatus consultivo especial del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas o ECOSOC . La organización impone a personalidades relevantes -entre otros, por ejemplo, Nelson Mandela- que han destacado por la promoción de la solidaridad entre los pueblos la medalla de la Orden de Ben Barka, lo que demuestra que el legado en pro de la liberación de los pueblos del Tercer Mundo del líder marroquí sigue vigente.

    UN CRIMEN SIN RESOLVER

    El 29 de octubre de 1965 Ben Barka se había citado con el cineasta francés Georges Franju en la Brasserie Lipp de París. Allí llegó acompañado del estudiante marroquí Thami Azemmuri, a eso de las doce y cuarto del mediodía.

    La cita entre ambos formaba parte de una colaboración que el líder opositor marroquí iba a hacer con el realizador para el film anticolonialista “Basta!”, con guión de Marguerite Duras, en el que Ben Barka sería asesor histórico. Sin embargo, al parecer tanto Ben Barka como Duras y Franju fueron engañados por George Figon, supuesto productor de la película, que en realidad no existía, siendo en realidad un cebo para poder dar caza al líder del Tercer Mundo.

    La llegada de Ben Barka a París había sido vigilada por los servicios secretos del gobierno del general De Gaulle, de tal suerte que Antoine Lopez, jefe de escala de Air France en el aeropuerto de Orly y colaborador habitual del SDECE (Servicio de Documentación Exterior y Contraespionaje) informó a su superior Marcel Le Roy Finville para la preparación del operativo en cuanto Ben Barka pisó suelo francés.

    A la puerta de la brasserie, dos policías franceses, Louis Souchon y Roger Voitot, de la brigada de estupefacientes, se encargaron de interceptar a Ben Barka e introducirlo en un Peugeot 403, mientras individuos marroquíes espantaron a Azemmuri, quien corrió a avisar al hermano del infortunado opositor, anunciándole el suceso. Ese fue el último momento en que se vio con vida a Mehdi Ben Barka. Poco después Azzemuri también moriría, supuestamente suicidándose.

    Ben Barka subió al automóvil sin oponer resistencia debido a que Souchon y Voitot le habían comunicado que una autoridad francesa deseaba verle, por lo que pensó que éste debía ser De Gaulle, quien había mostrado interés en verle y seguía una política de cierta independencia respecto de Washington, lo que podía evidenciar un cierto acercamiento entre el presidente francés y los líderes nacionalistas del Tercer Mundo. Sin embargo, con lo que se encontró fue con la muerte tras una larga sesión de torturas en una casa de Fontenay-le-Vicomte, en la región de Ille-de-France (la misma donde se ubica París). La residencia pertenecía a Georges Boucheseiche, antiguo colaborador de la Gestapo convenientemente reconvertido en colaborador de las cloacas de la Francia democrática.

    ¿Quiénes fueron los torturadores y qué pretendían? Sobre este asunto hay mucha especulación y la investigación judicial en Francia, que con más de cincuenta años es el proceso que más tiempo lleva abierto en el Tribunal Supremo de París, no avanza como para poder determinar a ciencia cierta quiénes son sospechosos. Se alude a la existencia de un equipo formado por hombres de confianza de Boucheseiche a los que se unió posteriormente George Figon, lo que determinaría la complicidad de los servicios secretos franceses, así como a la de los agentes marroquíes que ya antes se habían encargado de “espantar” a Thami Azzemuri y todo ello además con el conocimiento -y en algunos casos la presencia- de los máximos directores de la seguridad del reino alauí: Ahmed Dlimi, responsable de la seguridad nacional; el agente Chtouki y el ministro del Interior magrebí Mohammed Oufkir, quien llegó con posterioridad a la casa y finalmente asesinó a Ben Barka de una puñalada en el pecho. George Figon, que posteriormente se convertiría en un prófugo de la justicia, hizo unas declaraciones al periódico Le Monde en enero de 1966 –tituladas de forma sensacionalista “Yo he visto matar a Ben Barka”, aunque no es cierto que estuviera presente en el momento del asesinato- en las que incriminaba a Dlimi y Oufkir en la tortura y muerte del líder, aunque es posible que se trate de una treta con la que tratar de librar de la prisión a los franceses implicados, entre ellos los hombres de Boucheseiche.

    Se especula con que la intención de quienes acabaron con la vida de Ben Barka no fue la de acabar con su vida, sino la de forzarle a firmar un poder en su favor para poder sacar los archivos que tenía depositados en un banco de Ginebra. También con que tan sólo se le quería amenazar para que cesara en su actividad de denuncia contra el régimen de Hassan II. Sin embargo, el asesinato también tenía para Marruecos y para las potencias coloniales y neocoloniales las ventajas de privar de un extraordinario portavoz a la causa de la democracia y el progreso en el país magrebí y a la causa de los pueblos sometidos a dominio extranjero, apenas unos meses antes de la celebración de la Conferencia Tricontinental.

    ¿Qué ocurrió con el cadáver? Dado que el cuerpo del líder africano no ha aparecido, el destino del mismo sigue siendo un misterio a día de hoy, surgiendo varias hipótesis al respecto. La más repetida es la apuntada por el antiguo agente de los servicios de seguridad marroquíes Ahmed Bujari, participante en el operativo de tortura y posterior asesinato, que expone que el cadáver fue trasladado a Marruecos, al centro de detención de la policía en Rabat, y sumergido en una cuba de ácido para que se disolviera sin dejar rastro. Bujari apunta que la operación fue filmada para que el propio monarca marroquí Hassan II tuviera constancia de la desaparición de Ben Barka.

    Otra hipótesis apunta a que su cuerpo fue enterrado en Francia, en un sarcófago de cemento, en un lugar próximo al sitio donde tuvo lugar el asesinato, excepto la cabeza, que fue llevada al rey de Marruecos como prueba del cumplimiento de la misión.

    Durante un tiempo se especuló con la posibilidad de que el cadáver de Ben Barka hubiera sido enterrado -arrojado más bien- en el interior de un mausoleo del cementerio de Ituren, una pequeña localidad del Pirineo navarro, y descubierto junto al cadáver de su secretaria cuando iba a ser enterrada una anciana del lugar, en septiembre de 1966. Sin embargo, estos hechos -que dieron pie a portadas de la prensa de sucesos española como “El Caso” y a espacios en programas televisivos actualmente como “Cuarto Milenio”- no parecen obedecer a la realidad, dado que en ningún caso se habló de que Ben Barka estuviera acompañado por una mujer cuando fue conducido al chalé de Fontenay-le-Vicomte ni existe referencia a secretaria alguna.

    ¿Hubo responsabilidad de los gobiernos de Francia y de otros estados? Las relaciones de alianza estratégica de Francia y Estados Unidos con la monarquía marroquí hacen muy plausibles la hipótesis de que existe una corresponsabilidad de ambos estados con Marruecos en el asesinato. Sobre los Estados Unidos, Ahmed Bujari afirma que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) dio su apoyo al asesinato y que en el transcurso de la operación de desaparición del cadáver hubo un norteamericano, un oficial llamado coronel Martin, realizando labores de supervisión, añadiendo que Martin había aprendido ese método de hacer desaparecer cuerpos durante el golpe de estado de 1953 en Irán que depuso al primer ministro nacionalista Muhammad Mossadegh. Los norteamericanos podrían tener interés en hacer desaparecer al “alma” de la Tricontinental y asestar un golpe cuasi mortal a una conferencia y una organización como la OSPAAAL que tan duramente se oponía a los intereses de las grandes potencias. En la actualidad, la CIA posee 1800 documentos relativos a Ben Barka, pero aún no han sido desclasificados.

    Por parte francesa, De Gaulle negó en su día la implicación de los servicios secretos en su conjunto, bien llevándola a cabo o bien como encubridores. No obstante, aunque las altas instancias de la República no dieran su visto bueno a la operación y los servicios secretos actuaran de forma autónoma, los sucesivos gobiernos franceses, tanto socialistas como conservadores, han contribuido a tapar las responsabilidades de los agentes galos en la operación, de tal suerte que una de las quejas de la familia consiste en la escasa colaboración que las autoridades francesas tienen con la justicia para el esclarecimiento de los hechos, no sólo en lo que respecta a este extremo, sino incluso para dar curso a Interpol de las órdenes de detención de marroquíes implicados en la operación. “La razón de Estado se mofa de nuestro derecho a la verdad”, declara su hijo Bachir.

    EPÍLOGO

    Tras la muerte de Ben Barka, la historia fue repitiéndose sucesivamente en diversas partes del globo. La revolución argelina terminó por descarrilar; tenía lugar el golpe de estado contra Sukarno en Indonesia y el comienzo de una terrible matanza, apoyadas ambas por Estados Unidos, de Ahmed Suharto; el Che moría abatido por el ejército boliviano; ascendía al poder el hombre de la CIA en Congo-Léopoldville y artífice del golpe contra Lumumba, Joseph Mobutu; la lista iría poco a poco ampliándose con más nombres, como los de Amílcar Cabral, Eduardo Mondlane, Salvador Allende… El universo tricontinental apareció cada vez más dominado por los intereses de las antiguas potencias coloniales y las nuevas potencias neocoloniales y la lógica de la “guerra fría”, por lo que la necesidad de unión y fuerza que Ben Barka propugnaba fue vencida por la fuerza de una realidad más contundente. La herida dejada por el crimen cometido en la persona del líder marroquí fue demasiado grande para sanar.

    En el caso de Marruecos, no sólo fue grave el hecho de la consolidación de las estructuras de poder tradicionales que tantas veces habían sido denunciadas por Ben Barka como medievales y causantes del retardo, las desigualdades y la falta de democracia en las que estaba sumido el país. También resulta de igual gravedad el hecho de que las fuerzas de izquierda, causa por la que él tanto había luchado dentro y fuera de las fronteras del Magreb, acabaran formando parte del mismo entramado de poder. Primero el Istiqlal, como el mismo denunció en vida, y más adelante la Unión Socialista de Fuerzas Populares, reclamada como heredera de la UNFP que fundó, son hoy parte del sistema político de la “apertura cerrada” cuyo epicentro, hoy como ayer, sigue siendo el palacio real.

    Ben Barka sigue, de todos modos, presente en el recuerdo de la OSPAAAL que impulsó y en el espíritu de quienes aún hoy desean una transformación mucho más profunda de Marruecos que aquella que incluso Mohammed VI, a pesar de las esperanzas depositadas en él al principio de su reinado, y su corte están dispuestos a aceptar. La reclamación de justicia -y su sucesiva obstaculización- en este y en otros casos demuestra lo escaso que es el impulso que la monarquía quiere dar al cambio en el país. La movilización e inquietud de los jóvenes, demostrada recientemente al calor de la “primavera árabe” puede suponer un cambio en la correlación de fuerzas, aunque todo dependerá de si el rey y su gobierno pueden seguir contando con la represión y el apoyo exterior para seguir sosteniéndose.

    FUENTES:

    Mehdi Ben Barka

    Asunto Ben Barka

    Años de plomo (Marruecos)”

    El caso Ben Barka: 51 años después de los hechos todavía se teme a la verdad”, 29/10/2016, Entrevista de Alex Anfruns a Bachir Ben Barka.

    A los 45 años del asesinato de Ben Barka. Su imagen y pensamiento tricontinental.” Reinaldo Morales Campos. 09/02/2011.

    “Ben Barka, un mort à la vie longue”. Omar Benjelloun. Le Monde Diplomatique. Octubre 2015.

    “Mehdi Ben Barka et la Tricontinentale”. René Gallissot. Le Monde Diplomatique. Octubre 2005.

    Caso Ben Barka”. Blog “Entretanto, Entretente”. 23/01/2010

    La defensa de la impunidad. Crímenes de Estado y derechos humanos en Marruecos” Abderrahim Berrada y Manuel Lorenzo Villar, Nación Árabe, Nº 45, Año XV, Verano 2001.

    Mehdi Ben Barka assassiné le 29 octobre 1965 avec l’aide du gouvernement français”, Rebellyon.info, 29/10/2016,

    Fuente : Historias de la otra historia

    Tags : Marruecos, Mehdi Ben Barka, Sahara occidental, Mossad, Israel,

  • Maroc : Le tag « marocaines » (en arabe) dans les résultats de recherche de Twitter

    Si vous avez encore un doute sur la réputation des femmes du Maroc, Twitter peut s’envoler à votre secours. Il suffit d’écrire le mot « marocaines » en arabe (مغربيات) dans la case « recherche ».

    Les résultats sont époustouflants et presque tous identiques. Ce mot devient synonyme de « prostitution » et elles sont toutes liées aux offres de sexe et elles viennent des monarchies du Golfe. L’offre aussi est identique et par les plus chères, la pénétration anale, la spécialité qui a rendu les marocains célèbres dans le monde arabe.

    Dans toutes les offres:

    – Belles filles arabes et marocaines

    – Danse & sex

    – pénetration vaginale : 1500 dirhams

    – pénétration anale : 2000 dirhams

    – fellation, cunnilingus

    – Faut ajouter les frais de taxis

    – Soirée de 6 heures

    – Age comprises entre 18 et 25 ans

    – Envoyer l’adresse et les coordonnées GPS

    – Choix parmi des photos

    En dépit de cela, les marocains dont le roi est le plus grand proxénète de la planète, sont arrogants, narcissiques et se croient supérieurs aux autres peuples de la région malgré que le Maroc a battu tous les records négatifs : pauvrete, analphabétisme, précarité, injustice, inégalités, prostitution… D’ailleurs, si la région du Maghreb n’a jamais connu la stabilité, c’est en raison des véléïtes expansionnistes de la monarchie alaouite dont la seula raison d’être est de servir la France. Non sans raison est son garant depuis 1912, date de la signature du Protectorat. Aujourd’hui, l’Elysée soutient le régime de Mohammed VI dans sa politique de répression contre les marocains et s’affiche comme le premier défenseur des intérêts du Maroc dans le conflit du Sahara Occidental.

    Tags : Maroc, Sahara Occidental, prostitution, Mohammed VI, sexe, proxénètes,

  • Maroc : La tempête silencieuse du hacker Chris Coleman

    C’est bientôt Noël chez les zmagris, il fait froid, tout le monde tire la gueule et ça sent le sapin… Jusqu’au Maroc.

    Depuis plusieurs semaines, l’état marocain vit tribulations sur tribulations, suite aux multiples publications de Chris_Coleman24. Ce cyber-activiste distille sur le WEB via Twitter, des documents aspirés dans les limbes cybernétiques, classés top secrets du gouvernement marocain.

    Il ne cache ni sa sympathie pour la cause sahraouie ni son envie de déstabiliser le régime marocain. Les médias officiels du pays restent trop discrets sur ce qui est déjà qualifié par des observateurs comme étant : l’affaire du « Snowden marocain ».

    Et gare à ceux qui tenteront de vexer Chris_Coleman24 en prétextant que les documents présentés ne sont pas authentiques. Il se rebiffe aussitôt, l’amenant à partager, authentifications à l’appui, d’autres documents compromettant.

    Une sorte de boîte de pandore qu’il aurait fallu pour le Makhzen (nom attribué à l’état marocain) qu’elle ne s’ouvre jamais.

    L’un des récents faits d’arme de Chris_Coleman24 rapporté par un journaliste, est le partage de documents révélant, les noms de journalistes français, soudoyés par les services de renseignements marocains.

    Oui Monsieur, de la corruption en d’autres termes !

    Pour nous relayer ces histoires de divulgations, quelques médias occidentaux et des médias électroniques indépendants marocains, à l’instar du célèbre journal électronique du journaliste dissident Ali Lmrabet : « Demainonline ».

    Chris_coleman24 inquiète jusque dans les plus hautes sphères de l’état marocain, il y a peu de doutes là-dessus.

    Faut-il s’en réjouir ou s’indigner ?

    Pour ma part je pense qu’on ne procède pas de manières nobles avec ceux qui usent des pires méthodes. Chris_Coleman24 agit tel un miroir, il mime ceux-là même qu’il tente de déstabiliser.

    Il est fort à parier que Chris_coleman24 deviendra dans les semaines, dans les mois à venir, la voix de la conscience d’une certaine opposition marocaine. Que ce pseudo emprunté au sélectionneur de l’équipe de football galloise acquiert au fil des jours une couleur outre-méditerranée .

    Il est déjà celui que tout le monde attend … Sympathisants comme contradicteurs.

    Est-il protéger par des cieux moins soupçonnables que « l’éternel coupable » algérien constamment avancé par les officiels marocains ?

    Protégé peut-être par ceux qui connaissent le Makhzen, qui mangent à même la table avec lui. Qui tirent les ficelles de ce qui pourrait ressembler à un règlement de compte. Comme celui d’un client déçu par une passe dans une maison close …?

    Sont -ils plusieurs …?

    Seul le temps et un travail journalistique digne de ce nom pourront nous éclairer.

    Pourquoi le dossier du Sahara … ?

    Pour ceux qui l’ignorent encore, l’épineux dossier du Sahara est ce lègue empoisonné du roi Hassan2 à son fils Mohamed 6. Cet immense territoire au sud, revendiqué à la fois par le Maroc et à la fois par le Front Polisario ( indépendantistes sahraouis).

    Ce dossier « Chlingue » à tous les niveaux, tant les montants alloués à la corruption des élites marocaines et internationales, pour plaider la cause de la souveraineté chérifienne ont été (et sont toujours) faramineuses. Tant la crédibilité des uns est souillée par une pastilla jambe en l’air ou une invitation « mamounesque » de trop.

    Ce dossier semble capital pour le sommet du pays et fait l’objet d’un quasi unanimisme non-négociable, qu’il serait inconscient aujourd’hui de vouloir bousculer.

    « Ceux qui feignent croire se coucher du bon côté, finissent toujours par avoir des crampes » disait l’ancien.

    Chris_coleman24 est cette donne imprévisible, sortie de nulle part et qui vous pète à la figure.

    Le journalisme marocain a été tué plusieurs fois, brûlé vif sur l’autel de la corruption ! De ses cendres renaissent ici et là des phœnixs qui tentent d’informer au péril de leur vie parfois, ceux qui se donnent la peine de cliquer sur les bons onglets.

    Chris_Coleman24 a au moins ce mérite là pour l’heure, donner à cette dissidence journalistique la portée qu’elle mérite.

    J’ignore où tout cela va mener… Et ce qui mène vers l’inconnu excite autant qu’il inquiète.

    Mais à cette allure, 2015 s’annonce pourrit pour ceux qui ont œuvrés à tout pourrir autour d’eux.

    Zmagri

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, Front Polisario, hacker Chris Coleman, diplomatie,

  • El Sáhara traicionado por España

    « Los acuerdos de Madrid de 1975 NO han transferido la soberanía del Sáhara Occidental ni han otorgado a ninguna de las firmantes el status de potencia administradora, estatus que España NO puede transferir unilateralmente ». ( Resolución S/2002/161 del Departamento Jurídico de Naciones Unidas ).

    ¡ NO, señora ministra de Asuntos Exteriores del gobierno de su querido y amado Zapatero ! ¡ NO, señora Trinidad Jimenez Garcia-Herrera ! Por mucho que usted sea ministra de no sé cuántas cosas – usted tampoco lo sabe – a la vez que miembra trilateralista del CLUB BILDEBERG, junto con la reina de España, la Botin, o el Solana, entre otros sujetos y sujetas, en absoluto le otorga el derecho para mentir tan descaradamente a la opinión pública al afirmar que “España está desligada de toda responsabilidad en el SAHARA”, porque con esas y otras estúpidas afirmaciones no demuestra más que ser una ignorante, una insensata y, lo que es peor, una de las responsables del GENOCIDIO que viene llevando a cabo el gobierno asesino del moro MOHAMED VI contra el pueblo árabe del SAHARA, aquel pueblo hermano que hace 35 años constituía la provincia número 53 del Estado español.

    Comenzaré recordándole que, de acuerdo con la Declaración de Madrid de 14 de noviembre de 1975, “la descolonización del SAHARA OCCIDENTAL culminará cuando la opinión de la población saharaui se haya expresado válidamente.” Y como quiera que, al día de hoy, después de 35 años de aquella “marcha verde” – orquestada por el régimen asesino de HASSAN II y apoyada por “esos poderes trilateralistas” que usted y su querido Zapatero representan -, no se ha producido el tan masoneado referéndum de autodeterminación, la cuestión del SAHARA debe seguir incluida en el orden del día de la O.N.U. Dicho de otra manera,España sigue siendo jurídicamente responsable de conducir el territorio saharaui a su plena descolonización mediante la aplicación del principio de autodeterminación, y ello, dígase lo que se diga, quiere decir que Marruecos en absoluto tiene soberanía alguna sobre la que un día fuera la 53 provincia española. Por si ello no fuera suficiente, el “informe Corell” que usted menciona para seguir engañando a la opinión pública ACLARA muy claramente que como Marruecos no está incluido como potencia administradora del territorio en la lista

    de las Naciones Unidas, España sigue siendo la potencia administradora de iure y, como tal, sigue siendo responsable de conducir el territorio del SAHARA, hoy Okupado y masacrado por los moros del MOHAMED VI, hacia la plena descolonización, sin coacciones, sin presencia de las fuerzas armadas moras – sólo con la presencia de observadores de las Naciones Unidas -, y siempre en base al censo elaborado por nuestro pais en el año 1974 donde resultaron censados 74.000 saharauis.

    La cuestión es que los desdichados acuerdos de Madrid habían liquidado todos y cada uno de los supuestos en que se había basado la doctrina de la descolonización española hasta esa fatídica fecha, basada en aceptar las exigencias de la Comunidad Internacional para llevar a cabo la autodeterminación, llegando inclusive, si así lo decidía la voluntad mayoritaria del pueblo saharaui, a la independencia, pero los políticos de la España de 1975, aprovechándose de la agonía del dictador Franco, dieron un giro radical a la doctrina descolonizadora asentada y decidieron abandonar tan cobarde como canallescamente al pueblo hermano del SAHARA OCCIDENTAL, haciendo dejación de sus responsabilidades jurídicas, políticas e históricas y, lo más sangrante de estos indeseables, entregando, totalmente desamparadas, a aquellas personas y su tierra a la voracidad de un asesino como HASSAN II, no sin antes haber pasado por “caja” para recibir el precio pactado, tal y como nos llegó a confirmar personalmente el mismísimo ministro de información de la REPUBLICA ARABE SAHARAUI DEMOCRATICA, Mohamed Salem uid Salec, en una de nuestras visitas a los campamentos, allá por marzo de 1977, destacando personajes como los Solís Ruiz, Areilza, Cortina Mauri, Alvarez Miranda…

    Desde entonces, todos los gobiernos que se vinieron sucediendo en España, tras la felonía cometida contra el pueblo saharaui, no sólo han mirado para otro lado, tratando de endosar a otras instancias la solución de un desgarrador conflicto que ellos contribuyeron a crear, sino incluso vendiéndoles armamento de todo tipo, como ocurrió con el gobierno del PSOE presidido por Felipe González – hoy consejero áulico del rey moro MOHAMED VI – para que el sucesor del asesino HASSAN II las emplee, las está empleando, contra aquel pueblo que, allá por noviembre de 1976, tuvo el cinismo de visitar en las arenas del desierto para darles su total apoyo en nombre del PSOE y posteriormente EXIGIR al gobierno de Adolfo Suárez, en el pleno del Parlamento de 16 de agosto de 1979, “el reconocimiento del FRENTE POLISARIO como representante del pueblo saharaui, así como los derechos de este pueblo a la independencia y soberanía nacional en el marco de la intangibilidad de las fronteras heredadas de la época colonial, de acuerdo con las Cartas de las Naciones Unidas y de la Organización para la Unidad Africana

    Ahora, tras el brutal ataque de los sicarios del MOHAMED VI al campamento de protesta saharaui el reciente 8 de noviembre con un balance de más de 30 muertos y cientos de heridos graves – la monarquia mora es tan democrática y transparente que ni siquiera permite la entrada de periodistas – Marruecos se permite el lujo de imponer un verdadero estado de terror, con detenciones masivas y torturas hasta causar la muerte de los saharauis, como antesala de una auténtica “guerra”, mientras el gobierno del pipiolo monclovita se niega a condenar la masacre. ¿Por qué ese silencio cómplice? ¿Está pagando Zapatero el costoso precio de aquel atentado terrorista del 11-M que sirvió, entre otras cosas, para elevarle a las poltronas del Palacio de la Moncloa?

    Lo cierto es que nos encontramos ante el último episodio del giro radical en el gobierno deZP sobre el pueblo saharaui respecto a la postura histórica de nuestro pais y del mismísimo PSOE, hasta el punto de que hemos pasado de una clara defensa por parte de todos los gobiernos de la democracia del derecho de autodeterminación, incluyendo al gobierno del Partido Popular, a tener que escuchar en boca del vallisoletano de Leónde que el Plan Baker – este se basaba en la libre autodeterminación del pueblo saharaui, que podría escoger entre la independencia, la aceptación de la situación actual o una amplia autonomía dentro de Marruecos – no era la mejor solución, en aquel acto tan indecente con Marruecos que envenenó hasta nuestras relaciones con Argelia. La brutal y feroz LIMPIEZA ETNICA que viene llevando a cabo Marruecos y la política de asentamientos y desplazamientos para diluir la población autóctona acabarán haciendo definitivamente inviable la convocatoria del referéndum de autodeterminación, hasta el punto de que el silencio cómplice y la inacción del gobierno de los Zapatero, el Rubalcaba, la Trini , el Marcelino, o el Jauregui suponen la mayor de las traiciones cometidas contra un pueblo, en este caso el SAHARA OCCIDENTAL.

    Fuente : ANTON SAAVEDRA

    Tags : Marruecos, Sahara Occidental, España, descolonización,

  • La epopeya histórica de Seydah Debba

    El 7 de febrero, el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, nombra a Olof Rydbeck, embajador de Suecia ante la ONU como mediador. Rydbeck fue bien recibido por Argelia, pero fue tratado con reserva por Marruecos. Llegó al Sahara occidental entre el 7 y el 11 de febrero. En El Aaiun había una atmósfera de terror a raiz de la violenta y salvaje represión perpetrada por las autoridades de ocupación marroquíes.

    A pesar de todas las medidas represivas, los manifestantes saharauis que portaban pancartas y banderas del Frente Polisario, gritando « ¡Viva el Sahara libre, el Sáhara independiente! », salieron al encuentro del automóvil del enviado onusino.

    Seydah Debba, militante saharaui del Frente Polisario, logró cruzar el draconiano cordón de seguridad impuesto por los marroquíes y se deslizó dentro del Parador de El Aaiun en el seno de un comité de trabajo que se reuniría con el embajador Olof Rydbeck.

    Al final de la reunión, el activista entregó una carta al enviado de la ONU. Los marroquíes que formaban la delegación intentaron detenerlo en el momento de la salida, pero logró regresar a la sala donde estaba el enviado especial de la ONU con quien pudo discutir sobre la situación durante dos horas.

    Al final de la reunión, el enviado de la ONU llamó a los tres gobernadores coloniales (el Sahara Occidental estaba en ese momento administrado por una administración tripartita provisional): le preguntó al mauritano si quería asumir la responsabilidad de entregarlo a la Embajada de Libia, que lo sacaría de Mauritania. Solo el gobernador español aceptó responsabilizarse del militante saharaui hasta que fue entregado a la embajada argelina en Madrid. El gobernador marroquí, mientras tanto, participó en una comedia en gran escala que pretendía agradecer a « este hijo que vino a unirse a la patria », pero fue en vano.

    Otro primo del rey Hassan II, fue al aeropuerto de El Aaiun para encontrarse con el militante saharaui, realizó otra tentativa que denota los procedimientos empleados. Le ofreció 10 millones de dirhams y todas las villas y autos que podría desear.

    De esta manera, el gobernador español facilitó el traslado de Seydah Debba a Madrid desde donde pudo irse a los campos de refugiados saharauis en Argelia, donde se unió al Ejército de Liberación Popular Saharaui. El 14 de diciembre de 1977, Seydah cayó en el campo de batalla bajo el fuego de los jaguares franceses en la región de Ouediane El Kharroub, en el norte de Mauritania.

    Etiquetas: Marruecos, Sahara Occidental, Frente Polisario, Seydah Debba, Olof Rydbeck,

  • Sahara Occidental : Le dangeureux engagement américain

    Les Etats-Unis s’engagent ouvertement dans le conflit du Sahara Occidental : tel est le sens donné par un grand nombre d’observateurs.

    Si dans les années de guerre, Washington n’a pas hésité à fournir au Maroc du matériel militaire très spphistiqué destiné à être utilisé contre le peuple sahraoui, aujourd’hui tous les indices semblent indiquer que les américains font tout leur possible en vue d’imposer une solution favorable au Maroc. En un mot, ils ont emboîté le pas de Paris dans son soutien inconditionnel aux ambitions expansionnistes de la monarchie médiévale alaouite.

    En effet, dès les années 1970, le Maroc avait fait appel aux Etats-Unis pour leur demander de faire pression sur l’Espagne afin que celle-ci remette le Sahara Occidental au royaume de Hassan II. En 1975, Henry Kissinger envoyait le Général Vernon Walters, alors directeur adjoint de la CIA. En mission secrète dans cette région. Son rôle consista surtout à demander au régime franquiste d’accepter les Accords de Madrid. Dès leur signature, les Etats-Unis intensifièrent considérablement leurs livraisons d’armes, la plupart étant utilisées contre le Front Polisario.

    La résistance et le détermination des combattants sahraouis et la fin de la guerre froide obligea Washington à réviser sa copie en vue d’améliorer ses relations avec l’Algérie tout en subissant les pressions de la France qui défend les intérêts du Maroc au Conseil de Sécurité. Les responsables américains ont fini par succumber aux pressions françaises. Depuis la fin du cycle des négociations de Manhasset en 2007, américains et français n’ont qu’un seul but : mettre fin au conflit du Sahara Occidental en octroyant un pouvoir autonomique aux sahraouis dans le cadre d’une entité dépendant du royaume du Maroc.

    Depuis plus de 40 ans, les rois du Maroc donnent à leurs revendications territoriales le masque d’une croisade de défense de l’Occidental. Une tactique qui a donné ses fruits grâce à l’interventionnisme français à cet égard. Voilà Washington qui s’ajoute à Paris dans la caution de l’expansionnisme et l’intransigence marocaines.

    Dans leurs faux calculs, les deux alliés du Maroc voient dans la conjoncture particulière traversée par l’Algérie une occasion de contenter les jours du royaume moribond de Mohammed VI. Ainsi, ils ont poussé l’émissaire onusien Horst Köhler à la démission dans une dangereuse escalade.

    Ainsi, les deux superpuissances s’engagent dans une logique dangereuse qui prend la responsabilité, en s’opposant à la légalité internationale et aux droits du peuple à l’autodétermination, de transformer une question de décolonisation en une conflgration régionale dont personne ne peut prévoir toutes les répercussions.

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, Etats-Unis, France, ONU, MINURSO, Horst Köhler,

  • Fadel, scuplteur sahraoui exhibe ses œuvres 5e édition du Circuit de découverte des ateliers d’artistes (Vienne)

    Il s’appelle Fadel, sculpteur originaire du Sahara Occidental. Il a vécu aux camps de réfugiés sahraouie en Algérie avant de regagner le Portugal, puis l’Espagne, ensuite la France où il réside actuellement.

    Il fait partie d’un groupe de près de 70 artistes qui ont exposé leurs œuvres dans plusieurs villes suisses, samedi, dimanche et lundi derniers, dans le cadre de la 5e édition du Circuit de découverte des ateliers d’artistes.

    Il est l’auteur d’étonnants personnages, humains ou animaux, réalistes ou fantastiques, réalisés avec des métaux de récupération. « Je n’avais jamais fait de sculpture avant, souligne-t-il. Si j’avais fait ça dans mon pays on m’aurait traité de fou et enfermé ! Ici, je peux m’exprimer ».

    Les œuvres de Fadel sont figuratives mais jouent avec l’imaginaire : « chacun peut y voir ce qu’il veut… ». Le jeune artiste a été très remarqué et encouragé durant ces trois jours.

    Pour rappel, le Sahara Occidental est une ancienne colonie espagnole qui a été envahie par le Maroc en 1975. Depuis, l’ONU tente d’organiser un référendum d’autodétermination auquel s’oppose le Maroc soutenu par la France.

    Avec La Nouvelle République

    Tags : Sahara Occidental, Front Polisario, Maroc, art, sculpture, Fadel, exposition,

  • Firma de Pablo Dalmases en la Feria del Libro de Madrid. “Viajes a Ifni. Tras las huellas de Santa Cruz de Mar Pequeña”

    Miércoles 12 de junio de 18:30 a 20:00 horas. Caseta 260 Grupo Sial Pigmalión

    “Viajes a Ifni. Tras las huellas de Santa Cruz de Mar Pequeña” de Pablo Ignacio de Dalmases

    Ifni fue uno de los más excéntricos territorios coloniales. Su justificación histórica se basó en la existencia en la costa africana próxima a Canarias de la torre castellana de Santa Cruz de Mar Pequeña, que desapareció entre 1524 y 1526 y de cuyo emplazamiento se perdió la memoria.

    Cuando España venció a Marruecos en la guerra de 1860 le obligó a reconocerle, en el tratado de paz, el derecho a recuperar aquel punto, lo que dio lugar a la realización de expediciones, investigaciones y negociaciones para fijar el lugar, habiendo aceptado finalmente el sultán su ubicación en la desembocadura del río Ifni. Pero Francia, interesada en extender su dominio en el noroeste de África, estorbó —pese a reconocer el derecho que asistía a España— la ocupación efectiva de dicho territorio. Tras varios intentos frustrados, se consiguió finalmente en 1934 y España permaneció allí hasta 1969, aunque abandonó la zona interior del enclave a consecuencia de la llamada «guerra de Ifni», conservando solo la capital y un área perimetral de defensa.

    Las expediciones científicas que se enviaron no hallaron nunca riquezas naturales y el peor problema fue el de su acceso: muy difícil por mar y con un recorrido de más de 1.000 kilómetros por tierra desde Ceuta. A partir de la independencia de Marruecos generó, además, un litigio diplomático, pese a que España lo convirtió en provincia. Pero curiosamente, tanto los que cumplieron en tan remoto lugar su servicio militar, como la población autóctona, recuerdan con nostalgia aquella época.

    Pablo-Ignacio de Dalmases (Barcelona, 1945) es doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona, máster universitario en Historia contemporánea y licenciado en Ciencias de la Información. Ha trabajado como periodista durante más de cincuenta años y desempeñado diversos cargos directivos: director de RNE y TVE en el Sáhara español, director del diario La Realidad de El Aaiún, jefe de los Servicios Informativos del Gobierno de Sáhara, jefe del Gabinete de Prensa de RTVE en Cataluña y jefe de Informativos de Radiocadena Española en Cataluña.

    Se ha dedicado también a la docencia como profesor titular de cátedra en la Escuela Oficial de Publicidad, consultor de la Universitat Oberta de Catalunya y técnico superior de Educación de la Diputación Provincial de Barcelona. Es autor de varias obras de investigación sobre África española, así como de memorias y libros de viajes.

    En 2011 fue elegido académico correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.

    Fuente : Poemario por un Sahara Libre

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Ifni, Pablo Ignacio de Dalmases,

  • Rapport RSF : Sahara Occidental trou noir de l’information

    Dans son rapport sur la liberté de la presse au Sahara occidental, Reporters sans frontières (RSF) révèle un territoire coupé du monde, véritable trou noir de l’information, devenu une zone de non-droit pour les journalistes.

    La section espagnole de Reporters sans frontières (RSF) présente ce 11 Juin à Madrid son nouveau rapport intitulé “Sahara Occidental, un désert pour le journalisme”, qui constitue le premier travail de recherche jamais réalisé sur la liberté de la presse dans ce territoire non-autonome.

    Une histoire oubliée

    Le silence entourant la zone est principalement lié à la persécution et à la répression constantes des journalistes sahraouis qui s’efforcent de faire leur métier en dehors des circuits officiels marocains, mais aussi à l’impossibilité pour les journalistes étrangers de travailler dans la région.

    Le Maroc applique une politique de refoulement quasi systématique de la presse étrangère qui tente de se rendre au Sahara occidental et punit très sévèrement les journalistes citoyens qui essaient de donner une version autre du discours officiel sur les réseaux sociaux. Ces différents blocages ont transformé le Sahara occidental au fil des ans en un véritable trou noir de l’information.

    “Plus personne ne parle du Sahara occidental”, explique Alfonso Armada, président de RSF Espagne. “Le territoire qui n’est ni en guerre ni en paix, est désormais abordé uniquement sous l’angle humanitaire par les médias étrangers alors que le conflit se perpétue sans issue depuis quatre décennies.”

    Témoignages

    Le rapport qui examine les histoires de journalistes sahraouis emprisonnés et souvent condamnés à de très lourdes peines donne pour la première fois la parole à ces acteurs essentiels pour la paix dans la région ainsi qu’à des spécialistes du conflit.

    Le document analyse aussi le rôle essentiel des médias internationaux, notamment espagnols et français, dans l’oubli collectif entourant la question du Sahara occidental, mais aussi relativement à la responsabilité du Front Polisario, représentant reconnu par l’ONU du peuple sahraoui, dont la communication se limite parfois à une simple propagande répétitive, que les jeunes journalistes sahraouis commencent à remettre en question.

    Enfin, le rapport présente une nouvelle génération de journalistes sahraouis qui surmonte tant bien que mal ces obstacles et constitue une nouvelle source d’information précieuse pour la presse étrangère et les organisations internationales.

    Le Maroc, occupe la 135ème position du Classement Mondial de la Liberté de Presse de RSF.

    Source : RSF

    Tags : Sahara Occidental, Maroc, médias, information, presse, répression,